DANIEL BOSQUE*
The after day. El borradorazo del Consejo Federal Minero (COFEMIN) ya produjo los primeros coletazos al interior y al exterior de la minería.
El primero, rápido como si hubiera estado esperando la noticia, fue el anuncio del gobernador de Chubut, Mario Das Neves, de que no firmará el pacto federal porque en su provincia no quiere minería. Una novedad que no sorprende pero que desarma uno de los ejes argumentales de la Secretaría de Minería de la Nación: de que con el AFM, cederían las oposiciones al desarrollo minero en las provincias remisas.
En estos días se verá otra pata de la sota, en Mendoza, cuando el gobierno de Alfredo Cornejo anuncie esta semana sus conclusiones sobre el Diálogo Social que impulsó a propósito de la cuestión minera el año pasado. La provincia cuyana hace tiempo que no acierta a desmontar la prohibición de la minería impuesta allí por la Ley Cobos.
El cable de Télam que informaba sobre el contundente apoyo del presidente de la cámara minera mendocina CaMeM al polémico acuerdo sorprendió a la CAEM. Los dichos de Mario Chabert dejaron algo descolocados a decenas de ejecutivos de las mineras que estuvieron tratando, sin mayor éxito, de hacer oír sus posiciones en el COFEMIN.
Está la forma y el fondo. En la CAEM cayó como una patada al bajo vientre tanto la abrupta cancelación de todo diálogo con el sector - 36 horas después de que el ministro Juan José Aranguren les propusiera buscar caminos juntos - como la movida de prensa del gobierno para dar a conocer el “punto final después de un año de trabajo y de consensos”. “Usaron nuestros números, los del Desafío 2020 y los del trabajo de Abeceb para decir que con el Acuerdo Federal que cuestionamos se llegará a la meta”, se quejaban amargamente en la entidad empresaria.
En paralelo, en los medios de las provincias, que suelen reflejar más la posición de los gobiernos provinciales más que de los sectores productivos, se reprodujeron las loas al AFM. En casi todos los casos la gacetilla ministerial encabezada con el protagonismo de la autoridad local en la rúbrica del documento.
La lectura mesurada del acuerdo deja un par de conclusiones básicas: por un lado, no está mal que un país que requiere minería se proponga reglar con cierta armonía cuestiones básicas como el capítulo ambiental o el cierre de minas.
Por otro, el acápite clave, el tributario, deja a unas provincias mejor paradas que a otras. La fórmula del 5,5% impulsada por San Juan y Catamarca (3% de regalías por ventas, más 1,5% de fondo de fideicomiso, más 1% de fondo (unos US$ 30/40.000.000 a las cifras de hoy) para promover la minería que manejará Daniel Meilán) ordena la tributación en los territorios donde ya hay minas, pero le sube el listón a otras, como Salta, donde la ecuación impositiva ofrecida al inversor era menor, por ejemplo.
Entre las dudas, que son muchas, están las referidas a si el pacto federal, en las provincias, doblegará no sólo resistencias (lo de Chubut es un ejemplo claro) y apetencias. Como las de Jujuy, cuyo gobernador radical Gerardo Morales no abjura, hasta el momento, de ambicionar un 20% de los nuevos proyectos de la fiebre del litio.
Este film no ha terminado, más bien recién empieza. Ya se ha dicho que en la cita de Toronto, la PDAC 2017, habrá preguntas difíciles para el team argentino, que el año pasado fue recibido con oropeles tras el adiós a Cristina y Axel.
“No nos gusta esta suerte de “relato M” de Meilán, dijeron que nos escucharían e hicieron lo que quisieron, les agarró un ataque peronista con un discurso de que las empresas somos malas e insaciables y quieren que vayamos al mundo como si nada”, dijo con dureza un referente minero que prefirió el anonimato, como en la Era K.
El malestar de las mineras era mayor cuando se enteraron, por boca del sanjuanino Eduardo Cáceres, de que el COFEMIN tampoco había esperado las observaciones de los legisladores del Congreso Nacional. Hace no mucho, sobre el filo del fin de año, los Meilán boys y las mineras festejaban al unísono haber derrotado el invento de Sergio Massa de reponer las retenciones a la minería. El idilio duró poco. La “agenda común” que estrenaron MINEM y CAEM en enero 2016 hoy está suspendida, hasta nuevo aviso.
* Director de Mining Press y EnerNews
