Krommenie es una bella y tranquila ciudad holandesa ubicada a unos 25 minutos al noroeste de Amsterdam. Desde hace seis meses allí funciona la primera bicisenda solar. Durante ese lapso por allí pasaron unas 150.000 bicicletas y se generaron unos 3.000 kW/h. La innovadora propuesta híbrida sumó sus primeras horas de prueba y ya tiene resultados para mostrar: virtudes y mejoras necesarias.

La iniciativa fue impulsada por la firma SolaRoad (Camino Solar) que desarrolla los pisos solares. Desde su sitio oficial definen su proyecto como "una innovación pionera en el campo de recolección de energía". Su filosofía se basa en pensar a las redes viales como fuentes inagotables de energía verde por sus extensiones en todo el mundo. Sin embargo hay un desafío: identificar el material para construir los revestimientos para los paneles y reducir costos.

La prueba piloto se implementó en un trayecto de la bicisenda troncal de la localidad holandesa con un costo de tres millones de euros. Se trata de un tramo de 70 metros compuesto por células fotovoltaicas integradas en módulos de hormigón de 2,5 a 3,5 metros, en las que por encima llevan una doble capa de vidrio templado, de un centímetro de grosor, como protección.

Los paneles cumplen la función estándar de captar la energía solar diaria. La novedad está relacionada con la posibilidad de montar las celdas sobre un espacio resistente que pueda ser aprovechado con otro fin. Es decir, en vez de crear grandes granjas solares con el fin exclusivo de la generación, proponen apostar a generar y a la vez usar el espacio con otros fines como el transporte, en todas sus formas.

Según el reporte de las pruebas realizadas en los 70 metros de bicisendas se generaron unos 3.000 kW/h, una cantidad que podría abastecer de energía a un hogar en el que vive una persona durante un año. Ahora el desafío del proyecto piloto es que la energía obtenida pueda ser conectada a la red y usada para hacer funcionar semáforos, iluminar el propio carril o incluso a las estaciones de carga de coches eléctricos, algo para lo que será necesario extender el tramo de prueba.

La mala noticia, además de los elevados costos, es que el material de cubierta utilizado para las primeras pruebas no entregó los resultados esperados. Los cambios de temperatura deterioraron el revestimiento.

Uno de los déficits es la imposibilidad de mejorar la eficiencia de los paneles con direccionamiento.