Los avances tecnológicos en materia de mediciones y monitoreos ambientales responden a la necesidad de maximizar controles y a  la creciente demanda de las industrias que han tenido que adaptarse a un marco legal cada vez más riguroso y a una sociedad cada vez más demandante. En este contexto, el Grupo Induser, con 26 años de trayectoria en el mercado de los laboratorios de análisis industriales, busca distinguirse por la confiabilidad en los resultados, y para ello invierte constantemente en tecnología y capacitación para sus 200 empleados, y ha logrado las más altas acreditaciones requeridas para los servicios que ofrece.

“Mucho más de la exigencia externa que podamos tener, esa es nuestra filosofía: queremos generar resultados confiables no solo porque lo piden nuestros clientes sino porque nosotros mismos no queremos dudar de los resultados que obtenemos”, afirma el socio y gerente comercial de Induser, Gabriel Valerga.

Según el directivo, la firma cuenta con la acreditación ISO 17025, que es la que asegura el resultado del laboratorio; obliga a ciertos controles internos y calibraciones de equipos, uso de patrones y de estándares, y de esa manera no da lugar a que se emitan resultados que no estén absolutamente controlados. Es específica para laboratorios, y el único ente que la puede otorgar es el Organismo Argentino de Acreditación (OAA).  

“Hace 10 años, esa norma no existía, hace 5 muy pocos sabían de su existencia, hoy muchos clientes la están exigiendo”, explica Valerga y agrega que Induser cuenta además con 264 parámetros acreditados, entre ellos agua, suelos, metales pesados, y también hidrocarburos.

Por otra parte, la sede central de Induser, instalada en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora, es parte de la exclusiva lista que integran solo cuatro laboratorios (de un total de 100 que están habilitados), que fueron denominados “Clase A” por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sustentable de Buenos Aires.

“Si bien cada provincia tiene su legislación, para los otros laboratorios que tenemos en Neuquén, Salta y San Juan, y para nuestras bases operativas en Mendoza y en Comodoro Rivadavia,  mantenemos los mismos niveles que el de nuestra central en Buenos Aires”, señala Valerga y admite que competitivamente es un problema, porque otros laboratorios en otros distritos quizás tienen menos costos al no mantener estándares tan altos porque aún no le son requeridos.

“De todos modos, el mercado es cada vez más exigente, y eso hace que se vayan incrementando los requerimientos de sustentabilidad de las industrias que prefieren tomar más precauciones antes de correr ciertos riesgos; esa es la tendencia y en Induser estamos preparados para responder a eso”, resume el directivo.

En ese sentido,  para Valerga, Induser interviene en un círculo que puede ser virtuoso: “por un lado, ofrecemos servicios con la última tecnología, una empresa los empieza a requerir, al mismo tiempo, tal vez motivada por una creciente demanda de la sociedad, la Autoridad de Aplicación los empieza a exigir, y así todos vamos creciendo y aprendiendo cuáles son las mejores condiciones y procesos para asegurar el menor impacto para el medio ambiente”.

Asimismo, Induser cuenta con equipos de última generación, únicos en el país. “Invertimos todo el tiempo en tecnología en materia de diagnóstico y cuantificación de trazas de contaminación, a fin de distinguirnos en la oferta de servicios y para lograr mayor precisión en los resultados. También, invertimos en capacidad operativa: hoy contamos con 26 cromatógrafos, en todas sus variantes metodológicas y detectores disponibles, es decir que podemos responder a muchos de nuestros clientes paralelamente, sin necesidad de suspender operaciones para iniciar otras nuevas”, comenta el experto.

Monitoreos participativos

Las industrias extractivas actualmente optan por llevar adelante procesos específicos que les permitan asegurarse que no pondrán en riesgo su operación una vez iniciados sus proyectos. Contar con la denominada “licencia social” es hoy, para mineras y petroleras, una condición fundamental para llevar adelante la explotación en un yacimiento.  

Al respecto, Valerga indica que Induser trabaja con monitoreos participativos, que implican básicamente la integración de la comunidad, por medio de uno o varios representantes, en el proceso de mediciones y control de las variables y los valores del ambiente que se va a intervenir o afectar. “A veces son docentes, funcionarios públicos o religiosos, también periodistas, los designados por las comunidades para participar en la toma de muestras, viajar al laboratorio en caso de estar en zonas alejadas, ver cómo se hacen los análisis, y la obtención de los resultados. Esta modalidad le da confianza al proyecto: todo es transparente y a puertas abiertas”, describe el directivo y puntualiza que se está trabajando de esa manera con varias mineras en San Juan y con una empresa petrolera en Neuquén.

En minería, el monitoreo participativo se da en todos los pasos operativos: desde la prospección, la exploración, la explotación y cierre de mina. En el inicio de cada proyecto, se realiza un estudio de línea de base ambiental.

“Si una empresa cuenta con una línea de base, puede demostrar cómo estaba el ambiente antes de comenzar a operar. Después, durante la operación, la empresa sigue monitoreando para ver si hay alguna afectación del ambiente. Sabemos que lo que es imposible es evitar el impacto, pero sí lo que hay que evitar, y hay medios y tecnología para eso, es la contaminación”, completa el especialista.

Induser en la CEMA

La Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA) está conformada por 60 empresas que proveen bienes y servicios para la preservación del ambiente y la mejora de la calidad de vida, desde todos los aspectos que se pueden abordar: ingeniería, certificación, consultoría, mediciones y monitoreos, remediación y saneamiento, productos específicos y equipamientos, entre otros. En ese amplio abanico de empresas se encuentra Induser, que es parte fundamental de la oferta calificada y representativa de servicios ambientales del país.

De acuerdo con el socio gerente de la firma, Gabriel Valerga, quien además integra la comisión directiva de la CEMA, en la Cámara buscan dar un aporte fundamentalmente técnico para el desarrollo de legislaciones y normas ambientales, y también para mejorar los procesos industriales.

“Trabajamos en conjunto con autoridades de aplicación y organismos gubernamentales, que son principalmente quienes requieren de un sostén técnico”, indicó el especialista. “Asimismo, apoyamos la actividad industrial con el debido cuidado del medio ambiente, es decir que somos una Cámara empresaria pro-industria, y buscamos ofrecer nuestro aporte técnico para que los procesos productivos sean sustentables”, agregó.

Otra de las actividades que se realizan desde la CEMA, según apuntó Valerga, apunta a la organización de cursos de capacitación y jornadas técnicas con el fin de promover la jerarquización de la gestión ambiental en los ámbitos público y privado.  “Tenemos mucho para decir sobre cómo se debe trabajar para la mejora de las condiciones ambientales de toda actividad industrial; a eso queremos apuntar a fin de asegurar que el desarrollo sea sustentable”, concluyó.