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DEBATE
Tealdi (PS de Río negro): "Acerca del fracking allá lejos y aquí cerca"

"Primero se llevaron a los comunistas, pero a mí no me importó porque yo no lo era; enseguida se llevaron a unos obreros, pero a mí no me importó porque yo tampoco lo era; después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista; luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso tampoco me importó. Ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde".
Bertolt Brecht (1898-1956), poeta y dramaturgo alemán

28/03/2014
Río Negro Online. Por Juan José Tealdi*

Haciendo un paralelismo con estas líneas de Bertolt Brecht podríamos decir: "Primero derramaron petróleo en el desierto, pero a mí no me importó porque yo no vivo en el desierto; enseguida derramaron petróleo en el mar, pero a mí no me importó porque yo no vivo en el mar; después derramaron petróleo en los territorios de pueblos originarios, pero a mí no me importó porque yo no vivo con ellos; luego inventaron el fracking, que contamina más aún, pero a mí no me importó porque no vivo en Vaca Muerta. Ahora lo están aplicando a la vuelta de mi casa, pero ya es demasiado tarde".

Es duro admitirlo, pero así funcionamos muchas veces los seres humanos. No reaccionamos hasta que el problema nos toca la puerta de casa y en algún caso puede que sea tarde, como lo expresa el genial dramaturgo. Pero no lo es para la sociedad en su conjunto. Estamos a tiempo de cambiar la historia. Nuestra sociedad debe participar, opinar y, sobre todo, ejercer su derecho y su deber de decidir sobre su propio destino.

La explosión incontrolada e imprevista del 19 de este mes por la noche no sólo muestra la incompatibilidad del método de fractura hidráulica de extracción de gas o petróleo con la vida y la producción de nuestro Valle sino que pone sobre la mesa la mentira oficial. Esa mentira que nos dice que el gobierno garantiza los controles y tiene todo previsto ante posibles accidentes.

Nunca existieron esos controles en casos convencionales, menos aún en estos casos más complejos. Las petroleras que explotan nuestro gas y nuestro petróleo allá lejos y acá cerca lo hacen sin control. Sin control de la cantidad que se llevan porque el gobierno acepta sus declaraciones juradas a los efectos de cobrar migajas para compensar la enorme renta que ellas obtienen. Sin controles medioambientales, como lo muestra el grave estado del río Colorado y de otras zonas en explotación que, por ser poco pobladas, no llaman la atención de la mayor parte de nuestra población aunque la contaminación que en soledad denuncian nuestros pueblos originarios se propague por aire, suelo y aguas subterráneas y alguna vez lo que está lejos llegará a los centros más poblados de una u otra manera.

Nuestra sociedad contemporánea es hija del petróleo y se acostumbró al uso de la energía rápida y relativamente económica que a partir del mismo se puede generar, así como de tantos de sus subproductos. Pero también alrededor del petróleo se han desatado y se siguen desatando guerras y otros métodos de sojuzgamiento para hacer de ese recurso natural de toda la humanidad el privilegio de unos pocos que lo extraen y lo utilizan para su beneficio, dejando pueblos enteros sin energía y con alta contaminación ambiental.

Mientras repensamos nuestros índices de consumo, es imprescindible cuidar nuestro petróleo y nuestro gas, desarrollar energías alternativas, cuidar y respetar nuestro hábitat y fijar nuestras prioridades.

En Allen hace 100 años que producimos peras y otros frutos, para nosotros y para el mundo. La irracionalidad y la irresponsabilidad del gobierno y el apetito de ganancia ilimitada de las multinacionales están cambiando inconsultamente esta maravillosa y sustentable cultura de trabajo, transformando lentamente una de las pocas zonas que pueden producir alimentos de calidad y ser un hermoso lugar para vivir en un campamento desolado y contaminado. Si lo hace por inconsciencia, que reaccione y tendrá todo nuestro apoyo. Si lo hace por complicidad, tarde o temprano tendrá que rendir cuentas ante la ley y el veredicto de los ciudadanos rionegrinos.

No es tarde si actuamos como sociedad y le demostramos a este gobierno, que se dice progresista, que está recorriendo el camino de la destrucción y el retroceso social, económico, ecológico y cultural.

(*) Presidente del Partido Socialista de Río Negro


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