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DEBATE
Julio de Vido: Crecimiento record del sector metalúrgico
26/08/2014
Página 12

Por Julio De Vido *

En ocasiones los ejecutivos de las empresas realizan declaraciones que nos sorprenden. No se sabe si ignoran la realidad de su propio sector o hacen balances negativos a sabiendas de que mienten con alguna intención política. Es lo que ocurrió días atrás con el presidente de Acindar, Miguel Acevedo, quien en una entrevista criticó las “malas” herencias que deja esta década. Nadie puede negar que en estos diez años el sector metalúrgico, y en especial el siderúrgico, tuvo un desarrollo record en la Argentina. Esta es la notable herencia que le deja este modelo económico. Esto es así porque la actividad aumentó su producción global más del 150 por ciento, la ocupación se incrementó 97 por ciento (con notable productividad y capacitación de la fuerza trabajadora), se triplicaron las exportaciones y la cantidad de empresas del sector se incrementó 52 por ciento respecto del año 2003.

Todos los indicadores, tanto de actividad, cantidad de empresas, empleo directo y consumo energético, son records históricos y posibilitaron que en estos diez años el sector metalúrgico se duplicara en el país. El gobierno nacional, a través del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios que conduzco, ejecutó desde el año 2003 el Plan de Obras de Infraestructura más grande de toda la historia, involucrando decididamente a todos los sectores nacionales, entre ellos principalmente a la industria metalúrgica, que participó de lleno en todo el plan de 5500 kilómetros de líneas de alta tensión, 9000 megavatios en centrales eléctricas, en la Central Nuclear Néstor Kirchner (ex Atucha II), que está cerca de Acindar y constituye un importante respaldo para su provisión de energía. De la misma manera, se concluyeron 2800 kilómetros de gasoductos, 290.000 HP de Plantas Compresoras, 1800 kilómetros de autopistas, 4500 kilómetros de rutas, 30.000 kilómetros de fibra óptica, 90 estaciones de TV Digital, entre otros.

Como bien sabe Acevedo, el sector metalúrgico es un demandante energético intensivo por excelencia. En Argentina consume en promedio 9 millones de metros cúbicos por día de gas, es decir, un 7 por ciento de la demanda total del país, y 6 millones de megavatios anuales, lo que representa 5 por ciento del total y equivale a 5 millones de hogares.

En países vecinos de la región o de Latinoamérica, la energía le conllevaría a la metalurgia un piso de sobrecosto de 2000 millones de dólares anuales. Este ahorro de costos para el sector constituye una competitividad incuestionable y ha permitido su exponencial desarrollo. Como también lo es la mano de obra local, que es la de mayor capacitación y productividad de la región. Lo que ningún ejecutivo puede ignorar es que en cualquier país del mundo durante los períodos invernales, ante un incremento repentino del requerimiento del servicio de gas por parte de los hogares, los sectores industriales tienen ventanas de abastecimiento. Durante estas ventanas el abastecimiento a las industrias se va adecuando a la evolución del requerimiento residencial. En Argentina este procedimiento es planificado eficientemente, programado previamente al invierno y en ningún caso afecta el normal desenvolvimiento de las empresas.

No tengo ninguna duda de que la historia colocará en su lugar cada cosa. Esta gestión de gobierno asumió todas las deudas que se generaron en el pasado: las deudas financieras externas, pero también las deudas internas con su industria y los argentinos excluidos. Este panorama implicaba un obstáculo insuperable para encarar un proceso de crecimiento sostenido como el que se logró consolidar desde el año 2003.

El PBI de Argentina se ha expandido más de 93 por ciento, se crearon 220.000 nuevas empresas y 6 millones de puestos de trabajo, la Argentina pasó del quinto al primer puesto en salarios y jubilaciones promedio regionales, la pobreza se redujo del 54 por ciento a un dígito y la desocupación del 25 al 7,5 por ciento, lo que generó un extraordinario proceso de desarrollo con inclusión. Estos hechos constituyen la herencia de la última década, y desvalorizar los resultados logrados obedece sin dudas a intereses que prefieren un país sin futuro ni inclusión social.

Esto fue posible a partir de un modelo económico que viabilizó una Argentina con inclusión social, impulsando a todos los sectores productivos, industriales y comerciales, con competitividad y con decididas políticas para el desarrollo. La decisión política, la competitividad, la industria, el trabajo y el poder adquisitivo de los salarios son el motor del mercado interno y promovieron el desarrollo de empresas, comercios, productores y fábricas, que de otra manera no podrían existir y hubiesen tenido que cerrar sus puertas.

Retornar a modelos neoliberales o de descontrolado endeudamiento reproduciría las crisis del pasado: los primeros resultados directos serán la contracción de la producción y el trabajo, inmediatamente después la pobreza y la exclusión social.

La convergencia de los últimos diez años de las políticas públicas con las decisiones privadas ha generado un claro proceso de desarrollo con inversión, innovación, capacitación de la fuerza de trabajo, crecimiento e inclusión social. Profundizar y desarrollar esta convergencia permitirá volver a duplicar el producto bruto interno en los próximos diez años.

Sin duda, esta réplica surge por las repreguntas que aun sabiendo todos estos datos la periodista no hizo. La única deuda es la que tiene Acevedo con este gobierno y con este modelo que implementó Néstor Kirchner en 2003 y profundiza la Presidenta, que permitió una expansión de su sector sin precedentes que le reportó cuantiosas ganancias. Lástima que por falta de real vocación industrialista decidió vender la compañía a capitales extranjeros en lugar de apostar por el desarrollo de su país.

Por ello que diagnosticar sin fundamento o hablar sin criterio o con liviandad de lo que tiene que hacer Argentina es un claro, deliberado e intencionado desprecio por la responsabilidad social.

* Ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios.


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