La pregunta más frecuente en estos días es si vemos con optimismo el futuro de nuestra actividad. Personalmente, soy muy optimista. Argentina tiene un gran futuro y Salta muy particularmente.
El mundo ha girado su mirada a Oriente, especialmente China e India, que serán dos potencias en las próximas décadas demandantes de productos agroindustriales. Salta se encuentra en el punto neurálgico del corredor Atlántico - Pacífico, a 800 km. de los puertos chilenos, y si aplicamos políticas de infraestructura, sobre todo de transporte, esa será la salida natural de nuestros productos.
Argentina y Salta en particular necesitan inversiones intensivas y de calidad para salir de sus problemas endémicos e iniciar una política de desarrollo.
La inversión energética en infraestructura, mejoramiento de salud y educación son puntos clave para el desarrollo. En Argentina se necesitan inversiones por el 25% de P.B.I. Para que esto ocurra hay que generar confianza, con un plan económico - social sustentable a mediano y largo plazo acompañado con calidad institucional que dé un marco claro de seguridad jurídica a los inversores.
Todos los sectores de la economía argentina vienen sintiendo el efecto de un particular momento económico, algunos con más notoriedad que otros. El sector automotriz e inmobiliario son de los más afectados.
No obstante nuestras ventas se incrementan en unidades físicas, en este último año, debido que al poner en funcionamiento una nueva planta, encaramos una agresiva política comercial a nivel nacional.
La industria es un pilar fundamental para el desarrollo argentino y hay que considerar que toda inversión en el sector industrial tiene un retorno a mediano y largo plazo. En el caso particular de Cerámica del Norte tuvo inversiones intensivas mediante un plan que llamamos 2005-2015. En ese período hemos invertido en la nueva Planta II puesta en marcha en el 2008; en la Planta III puesta en marcha en el 2013; hemos refuncionalizado la Planta I, y en este momento estamos instalando la Planta IV. De esta forma incrementamos la producción de ladrillos huecos de 16 millones de unidades en 2007 a 100 millones de unidades en 2015.
En cuanto a las necesidades globales: la provincia y el país afrontan la necesidad de una actualización en la educación técnica. A partir de la década de los 90 se cambiaron los planes de estudio en el nivel secundario y desapareció todo lo que fue la educación técnica y las formadoras de oficios. La educación es un factor determinante para acompañar todo un proceso de desarrollo en la Argentina y particularmente en la provincia.
Hay que complementar la educación con la demanda industrial, al ser este sector un demandante de mano de obra especializada, y una boca de salida laboral, imprescindible para dar respuesta a todos los jóvenes que se presentan al mercado laboral todos los años.
Salta hoy representa el 2% de la industria nacional. Salta debe salir de la primarización de la economía y para ello se necesita una industria pujante que le de valor a la producción primaria y a la minería.
La industrialización de la producción primaria y minera debe convertirse definitivamente en política de estado. Debemos exportar producción con valor agregado y con un alto contenido de mano de obra.
Hay problemas, pero con educación e inversión, hay futuro.
