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OPINIÓN
Soledad Alvear: La Alianza del Pacífico
01/10/2014
La Tercera

En tiempos de transición y cambio para el mundo, ¿dónde queda Chile? ¿En qué importamos o incidimos los chilenos? Uno de los aspectos más interesantes es descubrir que muchos países similares en tamaño geográfico y/o población tienen más peso específico dentro del concierto internacional que nosotros, lo que redunda en mejores condiciones de vida para sus habitantes y cumplir un rol destacado en la sociedad internacional.

Con lo anterior se aseguran la paz y el progreso en las regiones y de nuestros países. Chile tiene algo que decir, no sólo en lo comercial, sino además en lo estratégico y el aseguramiento de la paz. En este sentido, la existencia de instancias como el trabajo combinado con las Fuerzas Armadas de Argentina “Cruz del Sur”es una muestra del interés de nuestro país por integrarse con nuestros más próximos vecinos y juntos ponerse a disposición de la comunidad internacional para mejorar la seguridad internacional y la paz.

Así como promovemos la paz, Chile se ha integrado comercialmente al mundo. Tenemos acuerdos con los cinco continentes, pero hay una mirada, una ventana al mundo, que hoy es estratégica. El siglo XXI tiene como eje el océano Pacífico. Tal como antes fue el Atlántico, hoy es el Asia Pacífico en sus dos riberas. Así lo ha planteado el presidente de los Estados Unidos. La principal potencia del mundo sabe que su destino se juega en un área donde tenemos más de cinco mil kilómetros de costa.

Cuando se piensa en la Alianza del Pacífico con México, Costa Rica, Colombia y Perú, debemos tener claro que es nuestra ancla estratégica, el núcleo de acción para que los latinoamericanos y esta orilla del océano trabajen juntos y mancomunados.
Por eso debemos superar la tendencia a ideologizar lo que no es partidista. A diferencia de otras instancias, acá no se ingresa ni se sale por el partido del presidente (a). Esta es una alianza que permite sumar y no restar. Chile no debe romper con su región más inmediata y que sale al Atlántico. Por el contrario, nuestro destino está indisolublemente unido al de muchos de los países que componen el Mercosur, incluyendo a los dos más grandes (Brasil y Argentina). Nuestra presencia en el Pacífico debe ser la puerta de entrada para países hermanos que no lo están.

La Alianza del Pacífico es un activo que nos debe alegrar y no avergonzar, como pareciera ocurrirles a algunos sectores. Esto no se trata de un acuerdo o sistema de acuerdos internacionales versus otros. Chile no debe pedir perdón por estar en el centro estratégico del mundo. Si nos detenemos, puede ser muy tarde. Otro socio en el Pacífico puede tomar nuestro rol y perderemos una gran oportunidad.

Esta Alianza debe ser entendida como una instancia de solidaridad, en especial con aquellos países que están más allá de las riberas del Pacífico. Segundo, nosotros debemos ser los líderes en promover la cooperación en su interior. Tercero, es nuestra Cancillería la que debe ser líder en la Alianza, siendo el puente con Argentina y Brasil.

*Abogada


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