IAPG ENCABEZADOPAN AMERICAN ENERGY (CABECERA
WEGTGN
SECCO ENCABEZADOALEPH ENERGY ENCABEZADO
PRELASTKNIGHT PIÉSOLD ENCABEZADO
SACDE ENCABEZADOINFA ENCABEZADO
RUCAPANELMETSO CABECERA
Induser ENCABEZADOSAXUM ENGINEERED SOLUTIONS ENCABEZADO
GSB CABECERA ROTATIVOFERMA ENCABEZADO
METROGAS monoxidoMilicic ENCABEZADO
PIPE GROUP ENCABEZADGRUPO LEIVA
cgc encabezadoGenneia ENCABEZADO
BANCO SC ENCABEZADOPWC ENCABEZADO ENER
WICHI TOLEDO ENCABEZADOJMB Ingenieria Ambiental - R
WIRING ENCABEZADOCRISTIAN COACH ENCABEZADOCINTER ENCABEZADO
EVENTO LITIO ENCABEZADOBANCO SJ ENCABEZADONATURGY (GAS NATURAL FENOSA) encabezado
OMBU CONFECATSERVICIOS VIALES ENCABEZADO ENER
DEBATE
Inseguridad, Dólar y Elecciones. Escriben: Pagni, Grondona, Fernández Canedo y Kohan
23/10/2014

Una rendición ante la inseguridad

La Nación.

Por Carlos Pagni.

La inseguridad corroe a la política. Cristina Kirchner volvió a demostrarlo anteanoche. Al presentar su proyecto de reforma del Código Procesal Penal , protagonizó una rendición doctrinaria. La propuesta oficial es, en muchos aspectos, un reconocimiento silencioso a algunos de sus más destacados rivales políticos. O una defraudación para el ala más radicalizada del oficialismo, que había soñado con la fundación de un orden jurídico menos punitivo.

En varios pasajes del articulado enviado al Congreso, la Presidenta tomó partido por la posición más conservadora del debate penal.

Aquella que, como denunció Michel Foucault, no castiga a los individuos por la transgresión corroborada de normas específicas, sino, también, por su "peligrosidad". Esa ideología está detrás del criterio que ve en la reincidencia el agravante de un delito. La señora de Kirchner se apropió de ese criterio, lo que implica algo más que un alineamiento teórico: fue una forma de recusar las teorías del juez Raúl Zaffaroni. Si Zaffaroni necesitaba un motivo más para dejar al Gobierno con un voto menos en la Corte Suprema a partir de enero, ya se lo dieron. A diferencia de Ricardo Lorenzetti con el Código Civil y Comercial, la década ganada no lo convertirá en padre de una gran reforma en su especialidad. Funcionarios judiciales atribuyen a este desencuentro el alejamiento de Zaffaroni. Es cierto que en enero cumplirá 75 años, pero hasta ahora la doctrina de la Corte, expuesta en el caso Fayt, es que la cláusula constitucional que fijó ese límite de edad es nula de nulidad absoluta.

La otra adhesión, si se quiere subliminal, de Cristina Kirchner al concepto de "peligrosidad" aparece en la decisión de deportar a los extranjeros que sean sorprendidos mientras actúan fuera de la ley. Aquí los decepcionados serán los profesores del grupo Carta Abierta. En su último pronunciamiento, encendidos de garantismo, acusaron: "Se busca suscitar las reacciones más agazapadas en la oscuridad de las conciencias, usando gentilicios habituales, de valor fraterno, como «chilenos» y «paraguayos» , pero para invertirlos. Y así los hacen sinónimos de una amenaza difusa, que luego sirve para justificar tremendos y reprobables conceptos, como el de «deportación». ¿Es que se habla contra las derechas utilizando los mismos conceptos de las derechas? No es así como todos esperamos que se traten las necesidades y carencias de sectores de la población que son víctimas antes que agentes de actos furtivos o comercios ilegales".

Los intelectuales oficialistas criticaban, sin llamarlo por su nombre, al teniente coronel Sergio Berni, el viceministro de Seguridad, quien varias veces identificó, coherente con la difusa xenofobia que detectan las encuestas, inseguridad con inmigración. Ahora esos escritores quedaron enfrentados con su heroína, la Presidenta. Una falta imperdonable de coordinación en el pensamiento estratégico nacional.

La revisión a la que la señora de Kirchner sometió un conjunto de creencias que, para muchos de sus acólitos, parecían inseparables de su proyecto social no es el resultado de una meditación teórica. Antes de cruzar a una vereda más conservadora, ella necesitó padecer la derrota electoral. Sergio Massa la doblegó hace un año en la provincia de Buenos Aires levantando la bandera de la seguridad. Y la volvió a desafiar con un plebiscito, a todas luces inconstitucional, para derribar la reforma del Código Penal que ella había pactado con la UCR y Pro. Aun así, todavía falta para que el candidato del Frente Renovador alcance el poder de síntesis de aquel Ruckauf que, en 1999, conquistó el trono bonaerense con la consigna "meta bala al delincuente". Entonces, como ahora, la economía estaba en recesión.

Massa, que se propuso minar al oficialismo en todas las provincias, arrastra a su antigua jefa hacia una posición que expone a la izquierda peronista al escarnio del trotskismo. Los más mortificados son los que apostaron a que en el kirchnerismo existe algo "irreversible". Al contrario, Daniel Scioli celebra el corrimiento. No sólo porque lo convalida ante los sectores del Gobierno que lo desprecian por reaccionario. También porque este giro es otra señal de lo que él está esperando: un compromiso decidido de la Presidenta con la suerte electoral del Frente para la Victoria, aunque más no sea en defensa propia.

La eficacia de la reforma oficial va a ser muy discutible. La mayor parte de los crímenes se encuadra en las codificaciones provinciales, muchas de las cuales ya incorporaron, sin éxito alguno, algunas de las recetas que propuso la señora de Kirchner. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires la investigación es responsabilidad de los fiscales. Para saber cómo funciona allí el sistema recomendado basta observar las agresiones a las que está siendo sometido en La Plata Jorge Paolini, quien investiga irregularidades de la intendencia de Pablo Bruera en la administración del programa Procrear. Paolini ya fue víctima de presiones similares del ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal, cuando determinó que los muertos en las inundaciones de abril de 2013 habían sido, contra lo que pretendía Scioli, muchos más que 50.

Las imperfecciones jurídicas son un detalle frente al descalabro de la política de seguridad de la Presidenta. La abogada exitosa que dictó cátedra por cadena nacional no consigue orquestar a las fuerzas que tiene bajo su mando. La Policía Federal está enfrentada con la Metropolitana en la ciudad de Buenos Aires. La bonaerense y la Secretaría de Inteligencia -ex SIDE- llevan adelante una guerra en la que sus autoridades se imputan asesinatos cruzados. La Gendarmería investiga a policías de provincias administradas por la oposición. Y rivaliza con el Ejército, que la sustituyó en algunas tareas, sobre todo en el norte del país. El Ejército, por su parte, se ofrece como aparato de espionaje a una Cristina Kirchner que, como ella misma sugirió el 30 de septiembre pasado, ya no controla a la antigua SIDE. En vez de luchar contra la delincuencia, los encargados del orden pelean entre sí.

Uno de los fenómenos para los que sí puede ser efectiva la reforma es la proliferación de la corrupción. El proyecto es un caballo de Troya. La Presidenta presentó como un gran progreso que se consagre la independencia de los fiscales. Un pronunciamiento paradójico en alguien que, como ella, reemplazó como procurador a Esteban Righi por el verticalizado Daniel Reposo y, al no conseguir el acuerdo del Senado, promovió a Alejandra Gils Carbó, quien no da un paso sin consultar a la Casa Rosada.

La mayor autonomía del Ministerio Público no debe desligarse de la operación más sistemática del Poder Ejecutivo en relación con la Justicia: la designación en masa de fiscales identificados con el "proyecto nacional y popular". El nuevo código encargará las pesquisas penales, entre ellas las de episodios de corrupción, a esos fiscales ya seleccionados. Entre sus capacidades estará desistir de la investigación. Dicho de otro modo: la emancipación del Ministerio Público puede ser una nueva avenida hacia la impunidad. Un objetivo razonable para una Presidenta que supone que si el Estado está carcomido por los sobornos y el tráfico de influencias, es porque las perversidad de los empresarios consigue quebrar una honestidad consustancial a la política.

Nadie debe sentirse desalentado. Las miserias morales de la vida pública seguirán saliendo a la luz aun con un Ministerio Público amañado. Como demostró el politólogo Manuel Balán, los escándalos estallan gracias a las guerras de facción. La creación de un ejército de fiscales con potestades especiales es muy seductora para quien está por dejar el poder. A los oficialismos le interesa tener jueces amigos que ofrezcan protección. A las oposiciones le viene mejor contar con acusadores que molesten. Cristina Kirchner está en plena mutación.

En la difusión del nuevo código volvió a notarse una falta de armonía entre el texto y el contexto. Proponer una reforma para que los delitos federales, entre los que está la corrupción, se combatan con mayor rigor, 24 horas después de que el titular de la AFIP tuvo que explicar que Cristina Kirchner y Lázaro Báez no son socios, sino que sólo "tienen vínculos comerciales", no es la mejor exhibición de talento político. Por otra parte, la Presidenta reaccionó ante la noticia de que su condómino Báez adulteraba facturas como lo haría si un miembro de su familia quedara al descubierto: enfurecida, ordenó divulgar los datos de todas las sociedades que se encuentran en la misma situación. Como si esos otros transgresores también hubieran hecho su fortuna como proveedores de obra pública en Santa Cruz.

Cuando su amigo y secretario Miguel Ángel Vicco fue señalado por ser deudor del Banco Central, también Carlos Menem hizo publicar una lista infinita de casos parecidos. Los caudillos suelen caer en la iracundia cuando sienten vulnerada su intimidad.

Cuando el castrismo quiso conquistar América latina

La Nación

Por Mariano Grondona.

Bajo el título Fue Cuba, Juan Bautista Yofre ha escrito un libro ejemplar en el que examina el proyecto de Fidel Castro y de Ernesto Guevara de La Serna de convertir América latina, durante los años sesenta, en cabecera de puente de la penetración castrista en nuestra región. Pese a que contiene cerca de 500 páginas, el libro se lee como si fuera una novela. Su conclusión más inquietante es que Castro y Guevara estuvieron muy cerca de lograr sus objetivos, incluso más allá de Cuba y del resto de América latina.

Debe hacerse notar, en este sentido, el papel defensivo que cumplieron en este aspecto las fuerzas armadas de los distintos países de la región, en otros sentidos tan denostadas y, a veces, con razón. ¿Por qué no se equivocaron en eso? Quizás porque no se habían alejado tanto de la realidad, precisamente por falta de esa sofisticación del pensamiento tan propia de los intelectuales. Al castrismo también lo benefició, en suma, la soberbia de los intelectuales que, eso sí, cuando se equivocan, saben explicarlo mejor.

La tapa del libro merece un párrafo aparte. En ella figuran Fidel Castro tal como es y el Che tal como no fue, disfrazado hasta un punto tal que es imposible reconocerlo. Así era un mundo cuyos protagonistas con frecuencia cambiaban de aspecto para asegurar el éxito de su misión, porque la clave de la acción en esos tiempos turbulentos no era tanto acertar cuanto desorientar al rival, es decir, impedir que acertara.

La investigación de Yofre ha sido exhaustiva, lo cual arroja luz sobre un tiempo tembloroso en el cual pocos confesaban quiénes realmente eran y muchos confundían su misión para engañar al enemigo, aunque al fin terminaran, a veces, engañándose a ellos mismos.

La foto distorsionada del Che, que preside su tapa, muestra así el engaño de esta época en la cual todos o casi todos disimulaban su rol para asegurarse un lugar en una trama que tampoco ellos conocían enteramente. Fue Cuba es un libro ejemplar, decíamos, porque tiene la paciencia de seguir en sus vericuetos una época básicamente insincera cuyo mérito principal pareció ser confundir al otro para no perderse a uno mismo.

Si fue tan sutil y sofisticada, ¿por qué la ofensiva castrista, entonces, fracasó? Diríamos, por su desmesura. Hay un cierto narcisismo en los planes de acción. A sus autores los fascina, a veces, más que su éxito probable, su refinamiento en la concepción. Aquí juega su papel especial el narcisismo. ¿Cómo no va a ganar el más refinado, el más elaborado? ¿Cómo comparar, en este sentido, a un ideólogo refinado con un campesino ignorante?

Sin embargo, en Bolivia, y muchas otras veces, ganaron los soldados y los campesinos ignorantes sobre los intelectuales. La razón no depende siempre de la sofisticación. El soldado, el campesino están más cerca de la tierra, aunque en ocasiones no sepan explicarlo sobre un pizarrón.

El intelectual, al explicar las cosas, se anima a volar. Es, por eso, más brillante. También se equivoca más. Aquí cabría contrastar al intelectual con el realista. El ideólogo es una variedad del intelectual. El realista desciende a las profundidades, donde nada brilla o luce, pero donde acecha, pese a eso, la verdad.

Adam Smith habló del "espíritu de sistema" o, con otras palabras, de la fascinación de los intelectuales con las explicaciones sofisticadas. Esta explicación del exceso, de un error, ¿afecta incluso al marxismo? A veces, lo más verdadero no es lo más elaborado, sino lo más sencillo.

Kicillof, el dólar y un puente a enero

Clarín

Por Daniel Fernández Canedo

Paso a paso y a los manotazos, Axel Kicillof intenta la construcción de un puente financiero que le permita atravesar la notable escasez de dólares que enfrenta el Gobierno por lo menos hasta el primer bimestre de 2015.

Ese puente, frágil en su estructura primitiva, cuenta hasta ahora con dos pilares: evitar por todos los medios la caída de reservas del Banco Central. Y ofrecerle a exportadores, compañías de seguro y bancos, un bono con seguro de cambio, todo un premio para los compradores y, seguramente, un costo pesado para el futuro gobierno.

Después de que la Presidenta echara a Juan Carlos Fábrega y nombrara a Alejandro Vanoli en el Banco Central, Kicillof subió la tasa de interés para incentivar el ahorro en pesos y tratar de sacarle atractivo a la compra de dólares (lo que hubiese hecho Fábrega) y mandó inspectores y a la Gendarmería a la city porteña para tratar de asustar a los operadores del mercado paralelo de cambios.

Esa táctica tuvo otra pata en la presión sobre la compañías de seguros para que, junto con la ANSeS, vendan bonos dolarizados con el fin de aumentar la oferta de títulos para las operaciones conocidos como "contado con liquidación y favorecer así una baja de cotización en ese dólar. El "contado con liqui" que a fin de septiembre estaba en $ 15,20, ayer cotizaba a $ 13,47 mostrando una baja de 11,4% en el período.

Kicillof frenó al dólar paralelo basándose en aquietar al "contado con liquidación", un dólar al que las empresas habían comenzado a recurrir como alternativa de un dólar oficial de $ 8,49 que el Gobierno no les entregaba y sigue sin entregarle con fluidez. Ya es generalizada la información de que los atrasos en los pagos de importaciones rondan los US$ 5.000 millones.

Las semanas de calma cambiaria que se viven tienen, desde ya, otros ingredientes importantes. Uno de ellos fue Vanoli asegurando que no habrá otra devaluación (se sumó así a la interminable lista de funcionarios que lo niegan en algún momento); el otro, la decisión de Kicillof de ofrecer un bono por US$ 1.000 millones con un rendimiento atado a la cotización del dólar oficial. La renta de un bono "dólar-linked" está ligada al aumento que tenga el dólar oficial que ayer estaba en $ 8,49 y constituye un seguro de cambio para quien lo compre.

En los últimos meses la suba del dólar oficial fue menor al 1% mensual con lo que el tipo de cambio se fue comiendo parte de la devaluación de enero (18%) y retrasando frente a una inflación que crece por encima del 2% por mes.Así, ese retraso relativo del dólar oficial le hace ganar atractivo al bono que desde hoy suscribirán aseguradoras, bancos y exportadores (ayer liquidaron más dólares para conseguir pesos y aprovechar la oportunidad) y que deberán pagar el lunes.

Para dar una idea de lo ventajoso de este bono sólo habría que contestar una pregunta: ¿Habrá gente dispuesta a adquirir un bono que equivalga a comprar dólares a $ 8,49 cuando el paralelo cotiza a $ 14,69?Seguramente para el Gobierno será como vender caramelos y con la ventaja que no será él el encargado de pagar la factura.

La apuesta oficial es a no tener una devaluación hasta fin de año para que después Kicillof cumpla "la orden" que habría recibido de la Presidenta de negociar y llegar a un acuerdo con los fondos buitre para permitir el tan ansiado, dentro y fuera del gobierno, regreso de los dólares.

La estrategia de defender las reservas del Central no impide la caída (US$ 3.000 millones en el año) y día a día la recesión se hace sentir con más intensidad.

Colocar bonos atados al dólar oficial y darle cobertura cambiaria al sector privado puede contribuir a aliviar las tensiones, pero podría ser de efecto temporario.

Mientras tanto, Kicillof no se olvidó de conseguir pesos y dólares sacándoselos al Banco Central. El Tesoro le colocó una "letra intransferible" (especie de "paga-dios" en la jerga popular) por US$ 3.200 millones en lo que podría constituir el adelanto de que se usarán más dólares de las ya alicaídas reservas para el pago de la deuda.

Subiendo al 23% anual las tasas de interés para los ahorristas, corriendo a los operadores del dólar paralelo, ofreciendo bonos jugosos para aseguradoras, bancos y exportadores, prometiendo la entrada de fondos de un acuerdo con el Banco Central de China, Kicillof va construyendo lo que se supone es un puente endeble y pedregoso hasta enero cuando, según le adelantara Vanoli a los banqueros en EE.UU., habrá una negociación con los fondos buitre.

Dentro y fuera del Gobierno, gente con sentido común considera que esa negociación será inevitable para pensar en alguna mejora de la actividad económica en 2015.

Además, a diferencia de otros fines de año, la caída de los precios de la soja en el mercado internacional (de US$ 550 a US$ 340 la tonelada) modera la expectativa sobre el futuro ingreso de dólares.

El puente cambiario que perfila Kicillof se presenta transitorio para llegar sólo hasta enero. Para algunos, una eternidad.

Una pesadilla atormenta a empresas, políticos y jueces: que Cristina no se vaya en 2015

El Cronista

Por Guillermo Kohan.

Entre los múltiples escenarios económicos y políticos que se conversan para el futuro de la Argentina entre banqueros, empresarios y hombres de la política y los negocios; surge estas semanas una pregunta que descoloca a propios y extraños y que para muchos, de sólo pensarlo, supondría una pesadilla. Qué pasa si Cristina no se va como todos creen en 2015.

En general se opina que resultaría muy improbable una chavización extrema, en la que el oficialismo directamente lograra cambiar de facto la constitución para perpetrarse en el poder como lo hizo Hugo Chávez. Aún así la mayoría de los observadores y actores políticos con los que dialoga el periodismo, coinciden en que, efectivamente, si pudiera, Cristina y la facción de poder que la acompaña no se irían en diciembre de 2015.

La mayoría de la oposición está muda respecto de la radicalización del Gobierno contra empresas y medios; prefiere hacer marketing político hablando del futuro y se desentiende del presente. No hay marchas en las calles como en 2013 y se asume que solo, por el paso del tiempo y la supuesta valentía de algunos jueces, el Gobierno habrá de abandonar el poder. También los empresarios que se alarman en privado con el rumbo del país, avisaron que en el Coloquio de Idea que comenzó ayer en Mar del Plata se hablará del futuro, no del presente.

Los más alarmados observan la manera en que la Presidenta todavía mantiene en un puño al peronismo, logra la aprobación express de leyes radicalizadas sin consenso con la oposición y los actores sociales, y avanza con el nombramiento y ascenso de militantes políticos en estamentos clave de la Justicia, el Parlamento, Ministerios y organismos de control del Estado.

La nueva embestida del Gobierno contra el Grupo Clarín reaparece como un punto de inflexión. "Si voltean a Clarín se llevan puesto el país. No los para nadie, Cristina eterna", comentaba estas horas uno de los empresarios que más frecuentó la Casa de Gobierno en la era K.

Una vez más, empresarios y políticos miran a los jueces. La verdad es que la reglamentación de la ley de medios es mucho peor que la ley en sí. Le otorga al Gobierno la facultad para nombrar interventores y silenciar medios, en caso que proceda la adecuación de oficio y venta compulsiva de activos. Si la Justicia no la detiene, la AFSCA podría solicitar la intervención en caso de que el Grupo Clarín se resistiera a colaborar con la adecuación. ¿Alguien puede suponer que una empresa va a colaborar para que la liquiden? El caso es que una vez iniciado el proceso, la ley ordena que deba rematarse primero el activo de menor valor. En el caso de Clarín, la primera víctima sería Radio Mitre, luego TN, luego Canal 13 y por último Cablevisión.

Comentaba el caso la semana pasada en tono desafiante un allegado a la familia Noble: "Nosotros no somos Repsol. Si nos vienen a intervenir, que sepan que no nos vamos a ir corriendo de nuestras oficinas. Nos van a tener que sacar esposados de los escritorios", bramaba.

Como se sabe, el Grupo Clarín pedirá a la Justicia que frene la avanzada del Gobierno, con el argumento de que se la resolución del Afsca es directamente para censurar y cerrar los medios críticos, fundamentalmente Radio Mitre, TN y Canal 13, y que viola expresamente el fallo de la Corte que exige equilibrio y ecuanimidad en la aplicación de la ley. Otra vez el destino, en manos de los jueces.

Los magistrados, por su parte, también miran a la política y fundamentalmente a la oposición. También ellos se preguntan si realmente Cristina será historia tarde o temprano el año próximo, o si se queda. Hay hombres de la Justicia preocupados al observar que la oposición habla del futuro y no se mete en el barro de las peleas del presente, a la espera que los jueces frenen a Cristina.

Aún sin llegar al delirio de violar la Constitución, aparecen por estas horas infinitas combinaciones que explican cómo la Jefa de Estado, aun dejando el sillón en diciembre de 2015, podría mantenerse en el poder. Futura gobernadora, presidenta de la Cámara de Diputados, jefa política y operativa de un eventual gobierno de Daniel Scioli, o en la retaguardia para que el modelo le explote en la cara a Mauricio Macri o a Sergio Massa.

Es cierto que la idea de Cristina eterna enfrenta, seguramente, otro límite además de los medios independientes y críticos que logran récord de audiencias. Definitivamente el drama de la inseguridad y la crisis económica. Nada menos que la realidad.

Un capítulo que, de paso, coloca al mundo económico ante una desagradable disyuntiva. Para evitar la pesadilla de que Cristina se quede con mucho poder; o que pueda volver rápido y recuperada políticamente a la presidencia, sería inexorable que la economía y la situación social se siga deteriorando.

Es obvio que para eternizarse, debería asegurarse que la economía recupere algo en 2015. Escenario que hoy parece lejano para la mayoría de los observadores, aún si se retomara la negociación con los acreedores para resolver o atenuar el default.


Vuelva a HOME

;