Por Joaquín Morales Solá.

La torpeza es siempre un buen termómetro de la desesperación. Si se confiara en la eficiencia de ese censor, podría asegurarse entonces que el cristinismo está, sobre todo, asustado. El aturdimiento intelectual llegó ayer a una cima desconocida cuando el viceministro de Justicia, Julián Álvarez , consideró públicamente que el vicepresidente Amado Boudou está "bien procesado".

Se refería al procesamiento que dictó el juez Claudio Bonadio (no al que resolvió otro juez, Ariel Lijo ), que es precisamente el magistrado que acaba de allanar la oficina ficticia de una empresa de Cristina Kirchner . ¿Un intento de negociar a Boudou por la salvación de la Presidenta? Imposible saberlo. El cristinismo pasó en los últimos días de reclamar para Cristina el trato de un monarca absoluto, como sólo existieron hasta el siglo XVIII, a ciertos acercamientos tímidamente lisonjeros con el juez Bonadio . Lo cierto es que, como lo aceptó ayer la propia Cristina Kirchner, esta vez es su nombre el que está peligrosamente mezclado con supuestos hechos de corrupción.

El esfuerzo con Bonadio es inútil. El juez sabe que en su momento el oficialismo le ofreció a la oposición la entrega de la cabeza de Norberto Oyarbide a cambio de que lo ayudara a destituir a los jueces Daniel Rafecas, que firmó las primeras investigaciones sobre Boudou, y al propio Bonadio. Dos por uno. La oposición se negó a ese trueque y los dos jueces perseguidos se enteraron. Es probable que también se haya enterado Oyarbide. Bonadio no es Rafecas ni el ex jefe de los fiscales Esteban Righi , más predispuestos a conciliar y a dar un paso al costado. Bonadio tiene un carácter más belicoso que aquellos y es, tal vez, uno de los mejores representantes de esa competente estirpe política que son los jueces federales.

La oposición en el Consejo de la Magistratura , que tiene el poder de darle al Gobierno los dos tercios para destituir a los jueces, consideró que todas las causas abiertas contra Bonadio no tienen sustento ni podrían, por lo tanto, justificar su remoción. No lo permitió antes, mucho menos lo permitirá ahora. Hay una vieja certeza repetidamente probada entre los jueces: nunca será destituido un juez que persigue a un gobernante o a un ex gobernante. Bonadio está a salvo, y él lo sabe.

El problema del Gobierno es que ese juez se niega a seguir la estrategia oficial, que consiste en encerrar el escándalo en las infracciones administrativas de la empresa Hotesur, que administra los hoteles de la Presidenta en la Patagonia. Esos faltantes (de balances, de notificaciones sobre la composición del directorio) se podrían resolver con una multa ridícula de 3000 pesos. El juez quiere profundizar la investigación y analizar la relación comercial de Hotesur con las empresas de Lázaro Báez , el argentino más investigado, aquí y en el exterior, por presunto lavado de dinero. ¿Dinero de quién? Ésta es la pregunta que no tiene respuesta todavía, pero que Bonadio parece dispuesto a contestar en algún momento.

Báez está siendo investigado por ese delito universal en el juzgado de Sebastián Casanello, que demoró una eternidad hasta que, al final, hizo lo obvio. Le pidió al juez de Nevada Cam Ferenbach, en los Estados Unidos , que le enviara la información que tiene sobre la denuncia de los fondos buitre sobre Báez y el lavado de dinero argentino. Ferenbach no contestó todavía, porque debe resolver si toma el testimonio de una "arrepentida", Patricia Amunategui, empleada del mayor estudio panameño especializado en la creación de empresas fantasma. Ese estudio y Amunategui habrían colaborado en la creación de 123 empresas a nombre de Báez y de otros argentinos, cuyos nombres se desconocen.

Báez está siendo investigado también en Suizay Uruguay , además de Estados Unidos, por presunto lavado de dinero. El vínculo de Báez con la Presidenta fue confirmado hasta por el propio jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray , quien aceptó públicamente una "relación comercial" entre ellos. La AFIP no avanzó nunca en una indagación propia sobre los bienes del empresario santacruceño. Y la Inspección General de Justicia no descubrió las infracciones de las empresas presidenciales hasta que un juez allanó una oficina.

La justicia suiza, a su vez, les aseguró a políticos argentinos que la justicia local no le respondía los pedidos de informes sobre Báez que le reclamó. Pero los jueces argentinos aseguran que sí respondieron a los exhortos de Suiza. El canal por el que se tramitan esos pedidos y sus respuestas es el de la cancillería argentina. ¿En qué cajón de Héctor Timerman duermen las respuestas de los jueces argentinos a sus colegas suizos? El Estado parece inquietarse ante el tamaño de las acusaciones que, por primera vez, incluyen el nombre de la propia Presidenta.

Los jueces se han declarado en rebeldía. Ayer, el propio juez Bonadio citó a declarar al fiscal Carlos Gonella, un discípulo y protegido de la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó . Es la segunda vez que lo cita. Bonadio ya había advertido que pediría su desafuero para llevarlo por la fuerza si no iba ayer. No fue. En la causa que tramita Bonadio contra Gonella no hay inocentes. Fue iniciada por una jueza, que acusó a Gonella de abuso de autoridad y de filtración de datos, en una investigación sobre la pareja de la magistrada, que es un narcotraficante condenado.

Otro juez, Rodolfo Canicoba Corral , allanó ya dos veces la oficina de Gils Carbó. La causa que investiga este juez es por la presunta intervención de Gils Carbó en el sistema informático de los fiscales. Es decir, espiaría sus trabajos, sus borradores y sus archivos. Canicoba Corral sabía que no encontraría nada en el despacho de la jefa de los fiscales. Esas cosas no se hacen desde oficinas formales. Pero fue una advertencia: ella también puede caer bajo la pesquisa de los jueces, a los que pretende vaciar de poder a través de la reforma del Código Procesal Penal.

En otra jueza federal, María Servini de Cubría , recayó la denuncia por sedición contra la oposición en el Senado por anticipar que no votaría a ningún candidato del Gobierno para cubrir la vacante deRaúl Zaffaroni en la Corte Suprema de Justicia. La denuncia la hizo el abogado Eduardo Barcesat, estrechamente vinculado al kirchnerismo. Servini de Cubría es uno de los jueces con más experiencia en el fuero federal penal. Conoce, por lo tanto, la diferencia entre "sedición", que significa levantarse contra la Constitución, y un simple acuerdo político de legisladores elegidos popularmente, quienes, en todo caso, están sólo anticipando su voto en el Senado. No falta mucho para que la jueza rechace esa denuncia.

El conflicto judicial, cuya deriva final es imprevisible, reside en gran parte en que no se trata sólo de Bonadio. Los jueces decidieron sublevarse cuando el nombre de la Presidenta frecuenta los tribunales. Cristina reconoció ayer, implícitamente, que Báez es sólo el escaparate de una investigación que la acecha a ella..

Por 
Gustavo Sylvestre.

El Huracán Lilita pasó por Unen y arrasó con todo y promete llegar a las puertas del Pro... veremos cómo nos preparamos". El que habla es uno de los armadores políticos de Mauricio Macri, quien disfruta de los "destrozos" que dejó la renuncia/denuncia de Carrió contra todos los integrantes de Unen, y en especial, sobre el estado de parálisis que dejó a la Unión Cívica Radical. "Lo mejor que le pasó al PRO es que la arremetida de Carrió paralizó todos los intentos de los radicales de pasarse con Massa, que es uno de los perjudicados por Lilita... por ahora nosotros la balconeamos, cuando toque la puerta veremos que pasa".

En PRO temen al efecto "devastador" del Huracán Carrió, y son varios los que le susurran al oído a Mauricio Macri que "para qué comprarse un problema, si nos estamos consolidando bien con nuestras alianzas propias". La decisión se tomará recién para marzo del año próximo, cuando el calendario electoral se esté inaugurando en la ciudad de Buenos Aires, con las PASO para elegir Jefe de Gobierno porteño. Otras voces del PRO, que piensan en el mismo sentido, sin embargo prefieren arriesgarse y sostienen que "puede estar bueno el aporte de Carrió, es ampliar el espacio... No nos vendría mal, pero siempre y cuando venga con algo más, ella sola no nos sirve... por ahora solo conversa con Gabriela (Michetti) está contenida...".

Aquí también habrá que ver que determinación toma el actual diputado nacional Martín Lousteau, empujado ya por Carrió a la arena electoral porteña para el próximo año. Sin embargo el ex ministro de Economía aún no ha tomado una definición, en cuanto a si será candidato y si propondrá al PRO jugar en sus PASO como candidato de UNEN. En el PRO, Horacio Rodríguez Larreta no ve con buenos ojos la presencia de Lousteau, ni de ningún candidato que pueda hacer peligrar su postulación a la Jefatura de Gobierno porteño.

Las últimas encuestas que maneja el PRO, en un mix de encuestas propias y de dos consultoras del mercado, lo dan a Daniel Scioli consolidando la primera posición entre un 25 al 30%, seguido de Macri entre un 23 al 27% y tercero Sergio Massa entre un 20 y 23%.
"Es increíble que en el mes de las inundaciones Scioli haya crecido, se está consolidando muy bien... y Massa viene perdiendo puntos y los acuerdos con los radicales lo han desperfilado como candidato, no termina de consolidar su perfil... Por eso nosotros apuntamos a una fórmula propia y fuerte como Macri–Michetti", sostiene el armador político de Macri.

Por el lado de los radicales, todo ha sido pateado para adelante. El próximo 4 de diciembre, volverán a reunirse los "caudillos" provinciales que empujan acuerdos extra partidarios. Allí tantearán las posibilidades de reunir a la convención partidaria, que debe definir esos acuerdos, pero no hay mucho entusiasmo para que la misma delibere. "Ahora hay que barajar y dar de nuevo, en Unen y en todo... después de lo de Carrió que nos ha dañado mucho, todo está en revisión", sostienen desde el centenario partido. "¿También las candidaturas presidenciales?", se le pregunta al dirigente, que responde: "Obvio, ¿para qué insistir con candidaturas que sabemos que no convocan a nadie si podemos sacar mayor rédito político en una alianza a nivel nacional con una figura ganadora, ya sea Macri o Massa?", sostiene uno de los "gerentes" del radicalismo.

Todas las determinaciones, en todos los partidos, se tomarán recién cuando el otoño del 2015 esté entre nosotros. Por ahora, todos son aprontes para la batalla final.

Diciembre, está cerca...
...Y el gobierno nacional, desde hace tiempo, viene monitoreando en silencio y armando redes de contención para evitar que la historia vuelva a repetirse. Los "informes" a los que aludió el secretario Berni en las últimas horas, hace tiempo que circulan por los despachos oficiales.

Hablan de situaciones de "riesgo" en la provincia de Santa Fe, donde el problema mayor es la Policía de esa provincia, que según fuentes del gobierno nacional "se encuentra sin control político". En las distintas provincias el tema policial es seguido de cerca y monitoreado en forma permanente. La mayoría de los fiscales tienen directivas respecto a que cualquier intento de levantamiento debe ser denunciado de inmediato bajo la figura de "sedición" y para que promuevan de inmediato las acciones correspondientes.

En la provincia de Buenos Aires hay un monitoreo permanente a nivel político y de las fuerzas federales, además del trabajo cotidiano de la provincia en ese sentido. Y la militancia del oficialismo ha redoblado su accionar para "controlar" las posibles "zonas rojas" del conurbano.
Mientras el Gobierno, a través del ministro de Economía, está analizando la posibilidad de exceptuar del pago de Ganancias el aguinaldo de diciembre, pero sin una definición aún.

Por DANIEL MUCHNIK.

Tres importantes encuadres legales se encargan de las posibles transgresiones de funcionarios públicos en materia de enriquecimiento por actos dolosos. Uno es la Constitución Nacional, la de 1994, en su artículo 36; el otro es el Código Penal en sus artículos a partir del 260 y finalmente la Ley 25.188 de Etica Pública, aprobada en 1999.

Muchos son los expertos y periodistas que han hablado del incomprensible enriquecimiento de la Presidente y de varios miembros de su equipo. Y de una serie de disposiciones emanadas por orden de la Casa Rosada que le quitan su destino a determinados fondos. Por ejemplo los caudales de la ANSeS, la patria de los jubilados, que le gira millones al Tesoro Nacional.

Si acaso se probara que la Presidente no cometió exacciones ilegales, abusando de su cargo para favorecerse ella o un tercero, sus negocios y su enriquecimiento entran en el terreno de la ética, del comportamiento esperable de alguien elegido por el voto popular. Pero si a alguien del Ejecutivo se le ocurre hacerlos es porque tiene impunidad total y además la sociedad a la que pertenece ya no tiene (o no dispone de) capacidad de reaccionar.

La mayoría de la población calló cuando el ex-presidente Kirchner giró más de 2 millones de dólares hace unos años. Fue una acción llena de misterios y pocas aclaraciones, salvo el intento de aportar argumentos que convencieron al locutor Víctor Hugo Morales y transformaron su visión e ideología frente a los dilemas del poder.

Se sabía desde hace bastante tiempo que la familia Kirchner participaba de negocios importantes en Santa Cruz y fuera de la provincia. Y no dudaban en exhibirlos. Sus hoteles en El Calafate y los compromisos que tenía el matrimonio presidencial con el cuestionado empresario Lázaro Báez dejan, sin duda, con la boca abierta.

Desde hace años que viene prendiéndose la lamparita roja cada vez que se divulgan los bienes presidenciales y sus crecimientos de difícil de explicación. Los militantes oficialistas nada dicen y en la escribanía que es el Parlamento todos callan. Aquí no pasó nada.

Es un gobierno sin pruritos. ¿Desde cuando? Desde antes de Menem, que en estas cuestiones fue un maestro pero ahora ha quedado casi como un aprendiz. Y el cierre con un gobierno de la Alianza que no puede sacarse de encima -pese a la reciente acción de la Justicia que lo beneficia- el estigma del soborno a los legisladores para aprobar determina ley. Guste o no guste, muchos movimientos realizados en los gobiernos de Perón -junto a todo un séquito de ministros, parientes y funcionarios- ingresaron también en la sombra de las sospechas.

Los militares dispusieron de los fondos públicos a sus anchas y sin control. Y antes de la dictadura los militares de los golpes de la década del sesenta concluyeron sus días activos como directores estupendamente remunerados en las grandes empresas privadas argentinas o extranjeras.

El clima que rodeó a Hipólito Yrigoyen desde 1928 fue pleno de acusaciones de corrupción aprobada desde la Casa Rosada. Incluso esa fue la bandera para derrocarlo e inaugurar el ciclo de participación militar en el poder, una gran desgracia. Eso sí: no se pudo probar que Yrigoyen haya favorecido negocios o se haya quedado él con ganancias incorrectas.

Hay historias anteriores a la de Yrigoyen, que llegan al nacimiento de la patria. No hubo nunca quejas populares ni acusaciones que llevaran a los presidentes a los estrados de la Justicia. Se sabe que muchas familias se enriquecieron al amparo de presidentes amigos, abasteciendo a las tropas, llevándoles comestibles y armas. Y se hizo sin mayores embestidas.

En otros países, en un mundo donde se han derrumbado valores esenciales, el pudor existe.Y el castigo ético también. Piñera, que para los que rodean a Cristina Fernández fue un presidente chileno ‘derechista y reaccionario’, vendió sus acciones en LAN apenas asumido. Y se deshizo de otros compromisos para que nadie pensara mal. Dilma Roussef no quiso hacerse cargo de los amigos de Lula, muchos militantes del PT, que ocuparon ministerios y estafaron las cuentas públicas para su provecho y los echó, sin piedad. Fueron ocho.

Incluso los movimientos del ex-Jefe del Gobierno español José María Aznar o del ex-premier británico Tony Blair que han utilizado sus agendas de gobernantes, incluso después de dejar el privilegio del poder, para hacer negocios, crear compañías de relaciones públicas protegiendo a figuras poco agradables han sido cuestionadas por abusadores e inmorales. Y fueron tapa de los medios de comunicación.