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DEBATE
González Escudero (FUNDECOS): "¿Cuánto vale el Petróleo?"
13/01/2015

¿Cuánto vale el Petróleo?

El Cronista

Por Alejandro González Escudero*

Sin duda el hecho de la economía global más relevante del año pasado fue la caída del precio del petróleo en un 50% en el término de los últimos seis meses. Pero, ¿por qué llama tanto la atención? ¿Acaso no hay ejemplos de una volatilidad similar a lo largo de las últimas décadas? Si bien esto último es cierto, después del pico (a 140 dólares el barril) y la caída (a u$s 60) del 2008, no se esperaba una disminución de precios de tamaña magnitud cuando se ubicó por varios años por arriba de los u$s 80.

La caída del precio del petróleo volvió a demostrar que los acontecimientos de gran impacto –los ‘cisnes negros‘ como los llama Nassim Taleb–, son difíciles de prever. Ningún analista económico o de inversiones vaticinó esta caída. Aunque, como siempre ocurre, abundaron las explicaciones a posteriori del suceso. Pero esas explicaciones no acuerdan una causa común. ¿Es la disminución del crecimiento de la economía, la valorización del dólar, el aumento de la producción petrolera internacional, un complot para perjudicar a Rusia, Irán y Venezuela o, más convincente, el afán de los principales productores árabes de dejar fuera del mercado a los nuevos productores de shale oil?

No es un dato menor en este análisis los costos de producción de unos y otros. Los productores ‘tradicionales con las inversiones ya amortizadas y encabezados por los árabes, se ubican en u$s 30 –el barril, mientras que las nuevas tecnologías del shale oil requieren u$s 80– para cubrir las operaciones y recuperar en un lapso razonable las fuertes inversiones iniciales que se necesitaron. Por supuesto que varios países que producen a u$s 30 ya tienen comprometida la diferencia hasta un precio mucho más alto para financiar sus gastos públicos, como es el caso de Venezuela e Irán.

Si se mantiene en el tiempo, la baja del petróleo no solo tornará antieconómica la producción de shale oil. También lo hará con muchas nuevas tecnologías, algunas todavía en desarrollo, para sustituir las energías convencionales por nuevas. Así se resentirán los reemplazos de usinas termoeléctricas por la generación eólica y solar. Perderán interés los combustibles vegetales como el biodiesel. También disminuirá el reciclado de plásticos si el producto virgen -derivado del petróleo y el gas-baja sus precios. Tampoco se buscará reducir el consumo de los vehículos o promover automóviles híbridos, porque la gasolina será más barata. ¿Volverán las grandes camionetas con motores enormes e ineficientes que devoraban los combustibles baratos de los años 80?
Algunos predicen que con precios del petróleo bajos aumentará el consumo en general y no solo, como es obvio, el de los combustibles. Esto posibilitaría estimular el crecimiento económico. Sin embargo, se postergarán inversiones en nuevas tecnologías, las de un consumo más sustentable, que también generan crecimiento.

En definitiva, ¿cuál es el valor presente de un bien que puede desaparecer en el futuro? Es cierto que desde los famosos trabajos del Club de Roma en los años 60 se viene vaticinando el agotamiento de los combustibles tradicionales, lo cual afortunadamente no ocurrió.

Pero la humanidad no debería correr el riesgo de que ello finalmente suceda. En ese sentido cabe preguntarse qué tiene mayor impacto para lograr un uso responsable de un recurso escaso e incentivar el estudio de sus productos sustitutos: ¿La toma de conciencia por parte de los consumidores o sencillamente un mayor precio del elemento crítico? En esta disyuntiva, la predicción de la economía resulta verosímil: Se gasta menos de lo que cuesta más. Dada la miopía de los hombres para ver el futuro, no malgastar energía y estudiar sus reemplazos, el precio del petróleo tendría que ser alto. ¿Cómo lograrlo? Hasta ahora, ni los operadores del mercado ni las agencias estatales tienen la respuesta.

*Presidente de FUNDECOS Fundación Economía y Sociedad


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