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ANÁLISIS
Lamothe (Abeceb): Pocos ganadores a nivel sectorial
03/03/2015

Pocos ganadores a nivel sectorial

Abeceb

Por Mariano Lamothe

El 2014 dejó pocos ganadores a nivel sectorial.El sector agropecuario, si bien obtuvo cosechas récord en soja y maíz, presenció a partir del segundo semestre una caída significativa en los precios internacionales de los commodities, que se sumó a la apreciación cambiaria local. De esta manera, los márgenes agropecuarios continuaron a la baja, lo que se vio reflejado en una desaceleración y retroceso de las ventas de insumos relacionados, como son los agroquímicos o la maquinaria agrícola.

La industria cerró su tercer año en caída, con una reducción de entre 2,5% y 3,0% interanual. El sector automotriz se llevó la baja más pronunciada (-22,0%), no sólo producto de los menores patentamientos y exportaciones a Brasil, sino también por las restricciones en la oferta de importaciones a partir de las limitaciones en el acceso al mercado de cambios (las automotrices acumulan una deuda que se estima en USD 2.000 millones con sus proveedores externos). Esto afectó a las industrias relacionadas, como caucho y plástico o la metalmecánica, que finalizaron el año con un descenso de 5,0% y 1,1% respectivamente.

Dentro de las alzas, se destacan las metálicas básicas, sustancias y productos químicos, y alimentos y bebidas. En el primer caso, se observó un fuerte rebote de la siderurgia en el primer semestre (+9,7%) producto de una baja base de comparación por paradas de mantenimiento, pero se estabilizó en el segundo semestre (+0,9%) a un ritmo más acorde con una demanda planchada.

En alimentos y bebidas, sólo la molienda de una cosecha récord traccionó al alza, mientras que se observaron caídas en la producción de carnes (a excepción de la porcina), lácteos y bebidas. La contracción del consumo interno per cápita, se sumó a las ya existentes dificultades para colocar la producción en el exterior, tanto por cuestiones de competitividad (apreciación cambiaria en contexto de baja en los precios internacionales) como por las autorizaciones en los envíos. El resto de los sectores industriales mostró un estancamiento en 2014, con variaciones de entre +0,5% y -0,5%, para los minerales no metálicos, papel y cartón, textiles, tabaco y la refinación de petróleo.

El sector energético trajo varias novedades en 2014. En marzo se anunció una quita parcial de subsidios en las tarifas de gas natural, que después terminó en un leve aumento para los actores de la cadena (producción, transporte y distribución). La suba de tarifas habría impactado en la demanda, aunque todavía es difícil de separar el impacto de un invierno que fue menos frio.

En las tarifas eléctricas, en cambio, los acuerdos en el marco del “Programa de Convergencia de Tarifas”, sellaron el congelamiento de los cuadros tarifarios provinciales a cambio de transferencias del Tesoro Nacional para el financiamiento de obras de infraestructura. Si bien en un primer momento parecía adelantar una suba en el precio mayorista de la energía para reducir subsidios, eso finalmente no sucedió y no se espera que se avance en el año electoral. Las generadoras eléctricas sí recibieron una suba en la remuneración media en mayo, aunque al igual que en el aumento otorgado a la cadena del gas natural, el retraso en tarifas es tal que siguen lejos de los valores que viabilizan las inversiones. En este sentido, las distribuidoras eléctricas fueron las más perjudicadas, con tarifas que quedaron planchadas en el marco de los acuerdos y una mayor dependencia de las transferencias del Estado Nacional.

Pero fue el upstream de Petróleo y Gas el que sin dudas lideró las novedades, con una nueva Ley de Hidrocarburos aprobada en octubre que extendió los plazos de las concesiones y convalidó el esquema de beneficios impulsado por el Decreto Chevron. Luego, desde el mercado internacional estalló la noticia de cambio de estrategia por parte de la OPEP ante el incremento de la producción estadounidense, lo que derrumbó la cotización del Brent para finalizar el año en USD 55 el barril. La caída en el precio del crudo, si bien en el corto plazo repercute positivamente por un menor déficit energético y una desaceleración en el crecimiento de los subsidios, generó también una preocupación de cara a futuro sobre las inversiones en el sector. En un contexto de menores precios internacionales, la industria a nivel global enfrenta un achicamiento y replanteo de los montos y proyectos de inversión. En este sentido, y más allá de la potencialidad geológica, se pone a prueba la competitividad del marco de inversiones y regulatorio. 

Así, en diciembre se impulsó un acuerdo entre gobierno e industria. El mismo estableció una leve baja en los precios de los combustibles en surtidor (-5,0%), una reducción de USD 7 por barril en la cotización del crudo local (mucho menor a la caída en el precio internacional), una disminución en la presión fiscal (derechos de exportación, ITC) y un esquema de incentivos para aquellas empresas petroleras que sostuvieran los niveles de producción y empleo. Se buscó, así, sostener un precio local del crudo desacoplado del mercado mundial, esta vez “para arriba”. Habrá que ver si podrá sostenerse en un contexto mundial que prevé precios bajos del crudo en los próximos dos años. Mientras tanto, permitirá mostrar a YPF una posición financiera más sólida para las colocaciones de deuda o en la búsqueda de nuevos socios para el desarrollo de los recursos hidrocarburíferos. De todas formas, en todos los casos el precio recibido por el productor se mantendría en niveles inferiores a los del año 2014, lo que podría acentuar la caída en la producción.

En vistas a 2015, la evolución del precio del crudo seguirá siendo clave, aunque a la administración actual probablemente le favorezca que se mantenga en niveles bajos, porque implica una menor presión sobre los subsidios y la emisión monetaria. Esto, mientras ello no arrastre a la cotización de la soja, que por el contrario podría encontrar un piso a la baja con el relanzamiento del QE europeo. En este sentido, ya se prevé una caída en el aporte de divisas del sector agropecuario, primero porque la base de comparación en las cotizaciones es elevada, y segundo porque se proyecta un menor saldo exportable en maíz debido a que la baja rentabilidad desalentó la siembra de este ceral. Una parte de este retroceso sería compensado por la reducción del déficit energético, mientras que el resto generará más presiones sobre las importaciones.

Así, el flujo de divisas para la importación de insumos, maquinaria y pago a proveedores será nuevamente una de las mayores preocupaciones en la agenda de corto, que se sumará a una demanda estancada, menores precios internacionales y apreciación cambiaria. El desafío, entonces, radicará en mirar las potencialidades de mediano. 


Precios de principales commodities. Índice 2001=100.

*Economista. Gerente de Análisis Económico


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