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DEBATE
Escribe Salvador Treber: YPF, en busca del autoabastecimiento
05/04/2015

YPF, en busca del autoabastecimiento

La Voz

 La localización de yacimientos no convencionales de gran magnitud aleja el peligro de que se agoten las fuentes actuales de hidrocarburos en el transcurso del presente siglo y vuelve a encumbrar a Estados Unidos en su función de proveedor.

Hasta hace poco menos de dos años, se suponía que la provisión planetaria de hidrocarburos líquidos y gaseosos no podría satisfacer la demanda por más de 40 años, lapso en que los yacimientos se agotarían.

Por tal causa, Estados Unidos implementó una estrategia conservadora que tenía por objeto prolongar todo lo posible la explotación de los existentes en su territorio.

Semejante esquema cambió de modo sustancial, pues ahora sus reservas se han más que duplicado con el hallazgo de grandes reservas de esquistos situados a gran profundidad (entre dos mil y 4.500 metros).

Para explotar esta riqueza, la metodología excluyente implica inyectar agua a temperatura y gran presión, con el objeto de desprenderlos de las rocas a las que están adheridos en estado sólido. De esa forma se los licúa, primero, luego se los gasifica y, en ese estado, se los extrae para comercializarlos.

Tensiones e intereses

Las más abundantes existencias se hallan en el territorio estadounidense, mientras que Argentina posee el segundo mayor reservorio mundial de gas y el cuarto de petróleo en el yacimiento de Vaca Muerta, Neuquén, en una superficie de 40 mil kilómetros cuadrados (km2).

Se supone que su plena explotación insumirá no menos de 50 mil millones de dólares y un período de cinco años para llegar al nivel óptimo.

Ese tesoro subterráneo fue dividido en 33 fracciones de igual superficie, con el propósito de que en cada una de ellas YPF se asocie al 50 por ciento con otras tantas petroleras extranjeras.

Hasta la fecha, en apenas tres de ellas se ha concretado este tipo de gestión compartida. Y es probable que se demore bastante en completar el esquema, pues el precio del barril de petróleo, que llegó a cotizarse a 140 dólares, cayó en sólo seis meses a menos de 50.

Esta evolución tan contradictoria fue digitada por los Estados Unidos y procura poner al borde de la bancarrota a una serie de países productores, para comprar sus respectivos yacimientos por mucho menos de lo que valen y monopolizar así el tráfico mundial en esa materia.

Por lo visto, la naturaleza fue pródiga con ese país, que contiene las reservas más abundantes de hidrocarburos no convencionales, y ha experimentado y perfeccionado la forma de extraerlo para volcarlo al mercado.

En función de ello, ha variado de manera sustancial su rol, pasando de importador masivo a convertirse en el máximo proveedor y eje de insistentes maniobras de concentración. Se supone que los bajos precios actuales del barril se modificarán en poco tiempo, pues no son rentables a menos de 80 dólares.

En la Argentina

Creada como empresa estatal en 1928 y privatizada en la década de 1990, YPF fue reestatizada en 2012 en un 51 por ciento de su capital accionario.

El cambio operativo ha sido notable desde que la dirige el ingeniero Miguel Galuccio. 
En 2014, su producción en materia de petróleo creció en comparación interanual un 8,85 por ciento; y en gas, un 12,5 por ciento.

En Vaca Muerta, la inversión realizada por YPF asciende a unos 3.500 millones de dólares y se está concretando a través de Chevron y Petronas.

De esa forma, se vienen produciendo 33 mil barriles en un área de 12 mil km2; es decir, el 30 por ciento de la superficie total.

El 4 de febrero pasado, ante la caída del precio del barril –lo cual frenó a varios interesados en invertir–, la conducción de YPF logró que el Tesoro de la Nación incentivara a las empresas en producción con tres dólares por barril hasta fines del corriente año. Estímulo que podrá extenderse por otro año, hasta fines de 2016.

A ese incentivo, se suma otro subsidio de dos dólares por barril para premiar a las empresas que exporten todo aquello que no se pueda refinar en el país.

Debe recordarse que el precio interno del barril supera en un 50 por ciento al que rige en el exterior. A juzgar por la emisión de títulos lanzados al mercado financiero –de óptimo nivel de aceptación–, la conducción de YPF esta decidida a seguir ampliando su presencia con o sin nuevos acompañantes.

Lo que falta

Según la Secretaría de Energía de la Nación, pese a los avances registrados por parte de YPF –que atiende el 64,5 por ciento del consumo interno–, el 35,5 por ciento todavía a cargo de las empresas privadas viene bajando su respectivo aporte, de forma tal que, en conjunto, las producciones totales de petróleo y gas descendieron 1,4 por ciento y 0,5 por ciento, respectivamente. De tal modo, la producción de combustibles líquidos llegó a 30.880 millones de metros cúbicos, y la de gas natural, a 41.483 millones. Mediante la importación, se cubrió 9,2 por ciento de la demanda total.

Si la producción privada hubiese tenido un nivel semejante a la de YPF, ya se habría alcanzado el tan ansiado autoabastecimiento.

Los caminos a ese objetivo son tres: que se intensifique la explotación de Vaca Muerta; que YPF siga avanzando con el ritmo de crecimiento de los dos últimos años, y que se haga cargo de la explotación hasta ahora en manos privadas.


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