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DEBATE
PASO 2015. Escriben Pagni, Van der Kooy, Aulicino, Majul y Fidanza
20/04/2015

Afloran todas las fortalezas y debilidades

La Nación

Por Carlos Pagni.

Las primarias de ayer en Santa Fe y Mendoza son una encuesta demasiado imperfecta para detectar cómo se están moviendo las corrientes que desembocarán en las elecciones de octubre. Sin embargo, en ellas afloraron fortalezas, fragilidades y problemas de los candidatos a suceder a Cristina Kirchner.

La nota más estridente sonó en Mendoza. Allí ganó la fórmula de Alfredo Cornejo y Laura Montero, con 50%. Cornejo y Montero son radicales, pero detrás se alinearon Pro, de Mauricio Macri; el Partido Demócrata, cerca de la extinción; el socialismo de Hermes Binner y el Frente Renovador, de Sergio Massa.

Massa se preparó para, a partir del triunfo de Cornejo, exigir su incorporación a la primaria presidencial del macrismo y la UCR. El viernes apareció de improviso en Mendoza para fotografiarse con el ganador de anoche. Y su jefe de campaña, Juan José Álvarez, atormentó a Cornejo, durante todo el día, con envío mensajes de texto advirtiéndole que, si Macri aparecía en los festejos, Massa también se subiría al avión.

Massa, que presiona con el estilo inconfundible de un peronista bonaerense, desató una deliberación de urgencia entre los radicales y Pro. Ernesto Sanz habló con Macri y con su ministro de Gobierno, Emilio Monzó, para que suspendieran el viaje que tenían previsto. Ambos aceptaron con tal de evitar que Massa capitalice la victoria. Sanz logró, acaso sin quererlo, una foto interesante: la de Cornejo fue presentada como una hazaña del radicalismo, aspecto al que contribuyó la presencia en Mendoza de todos los aspirantes a gobernador de ese partido. Corolario: sin saberlo, Massa colaboró con Sanz, el candidato de la UCR.

Massa no actuó solo. También Julio Cobos y Gerardo Morales pretenden que su inclusión en la alianza que se selló con Macri. En las primarias mendocinas intentaron reabrir la discusión que perdieron en Gualeguaychú.

Más allá de esta disputa, el balance de lo que ocurrió en Mendoza favorece a la asociación entre el radicalismo y Macri. Entre otras cosas, porque el ganador, Cornejo, fue uno de los primeros en proponerla.

El protagonismo mendocino de Massa, en cambio, es artificial porque carece de fuerza en la provincia. Él había apostado a que Cobos fuera su candidato a gobernador. Pero Cobos insistió con la batalla presidencial, sin calcular que debería resignarla ante Sanz en Gualeguaychú. Una vez más, Massa cometió un error de ingeniería electoral. Curioso que le haya sucedido en la tierra de sus amigos Daniel Vila y José Luis Manzano.

Si se descifran los resultados de anoche, la asociación nacional entre Macri y los radicales podría funcionar bastante bien también en Santa Fe. Aun cuando ayer la UCR compitió dentro del Frente Progresista que integra con el Partido Socialista.

El macrista Miguel Del Sel sacó el mayor número de votos. Según los cómputos de la medianoche, alrededor del 35%. Del Sel llevó como vice a Jorge Boasso, un radical que va por su sexto mandato como concejal de Rosario. Otra curiosidad: Massa intentó capturar a Boasso a través de su amigo, el agente de prensa César Mansilla. Pero Boasso prefirió a Del Sel. La fórmula no enfrentó a otra en la interna. Esta vez Macri pudo viajar: anoche estuvo en Santa Fe para festejar.

En el Frente Progresista se enfrentaron el rosarino Miguel Lifschitz, socialista, y el ex intendente de Santa Fe Mario Barletta, radical. Al cierre de esta edición rondaban el 31% de los votos. Es decir, juntos no superaban a Del Sel. El interrogante más obvio es adónde irían los sufragios de Barletta cuando se elija al presidente de la Nación. Es posible que prefieran al candidato de la alianza Pro-UCR, sea Sanz o, lo más probable, Macri. Mucho más si se considera que Hermes Binner decidió no competir. Éste será un problema para Margarita Stolbizer, ya que no capturará de modo lineal los votos que ayer obtuvo el Frente Progresista.

Del Sel, igual que Cornejo en Mendoza, fue contra quienes controlan el Estado provincial. Pero tuvo algunas ventajas, además del desgaste socialista. La más importante es el sistema electoral de Santa Fe. Allí rige la boleta única. El votante recibe una papeleta por cada nivel de gobierno (gobernador, legislador, intendente, etc.) y debe marcar a su favorito, identificado con una foto. El método beneficia al más famoso y relativiza el peso de la estructura territorial, ya que no hay arrastre de una categoría sobre otra. Otra novedad a favor de Del Sel es el repunte de Macri en Rosario.

Si se examina al Frente para la Victoria, las primarias de ayer expusieron algunas de sus características para las elecciones de este año. Una es dolorosa para Cristina Kirchner y su círculo: para volverse más competitiva, su agrupación debe recurrir a candidatos moderados. En Santa Fe, Omar Perotti obtenía anoche un resultado mejor que el esperado: 22%, con una lista única. Detrás de este tradicional dirigente de Rafaela se alineó todo el PJ. Aunque Perotti expresa, sobre todo, a Daniel Scioli.

Perotti significa en su distrito lo que Scioli en la escala nacional, Juan Manuel Urtubey en Salta, o los ex duhaldistas Julián Domínguez y Martín Insaurralde en el conurbano bonaerense: un reflujo del peronismo clásico, al que la imaginaria revolución de la Presidenta tiene bastante indiferente. Sea por su extremo egocentrismo, o por falta de empatía con la sociedad, la señora de Kirchner no ha generado un producto electoral distinto de ella misma.

Las primarias de Santa Fe plantean un interrogante: ¿Perotti logrará retener todos sus votos cuando Carlos Reutemann se sume a la campaña de Macri? Es una de las incógnitas que subyacen a la discusión de la fórmula presidencial de Pro. El martes pasado Macri recibió a Reutemann para pedirle disculpas por las declaraciones de su gurú ecuatoriano, el incontrolable Jaime Durán Barba, quien en una explosiva entrevista con Diego Shehinkman, en LA NACIÓN, sostuvo que su pupilo debe estar acompañado por una mujer de su propio partido. Macri sigue prefiriendo a Reutemann. Después de los resultados de ayer, más.

En Mendoza, el Frente para la Victoria mostró otro rostro, también muy contemporáneo. Fue el único distrito en el que Scioli enfrentó a Cristina Kirchner. Scioli apoyó a Adolfo Bermejo, el candidato del PJ provincial y del gobernador Francisco Pérez. Bermejo, que pertenece a la misma especie que Perotti, triunfó con alrededor del 48% de la primaria, el equivalente al 14% del total. El candidato de la Presidenta, de su gabinete, y de su agrupación -La Cámpora-, Guillermo Carmona, salió derrotado. El disidente Matías Roby, un electrón fuera de órbita, salió tercero.

La señora de Kirchner envió a Mendoza a todos sus funcionarios a levantar la mano de Carmona, que obtuvo cerca del 36% de su interna, lo que equivale al 10% de todos los votos de ayer. Hasta Florencio Randazzo, cuyo amigo Diego Martínez Palau es el vice de Bermejo, peregrinó hasta los Andes. Además, el Banco Nación demoró el envío de los fondos para salarios. Para suerte del gobernador Pérez, Scioli ofreció el Banco Provincia para que Mendoza colocara un bono. La guerra había comenzado cuando Juan Carlos Mazzón, gerente electoral de Scioli, excluyó a La Cámpora de las listas. Le costó la expulsión de la Casa Rosada.

Hay más acertijos en Mendoza. ¿Adónde irán los votos del camporista Carmona en las generales? ¿Se mantendrán en el peronismo o, desencantados por un candidato conservador, alimentarán al Frente de Izquierda? Anoche la trotskista Noelia Barbeito comenzó a reclamarlos. Es un anticipo de lo que sucedería en la peripecia nacional.

Las internas de ayer volvieron a poner en evidencia la indigencia territorial de Massa más allá de la provincia de Buenos Aires. Su participación nominal en el triunfo mendocino evitó que ocurriera lo de Santa Fe: anoche el Frente Renovador, en el que competían Oscar "Cachi" Martínez y Eduardo Buzzi, rondaba el 7% de los votos. La opción por Martínez corroboró las dificultades de Massa para establecer alianzas inteligentes: fue el factor que le alejó a Reutemann. ¿Tendrá el mismo efecto sobre José Manuel de la Sota, en Córdoba, la opción de Massa por su ex mujer, Olga Riutort?

Estas dificultades de Massa para dotarse de una extensión geográfica refuerzan su problemático rol en la escena nacional. Los votos y los distritos que acumula no le alcanzan para imponerse como candidato a presidente. Pero tampoco lo obligan a renunciar a esa posición. Frente a este dilema, vuelve a exigir un lugar en la mesa de Pro y la UCR. Su argumento es conocido. Ayer lo citaban en los bares de Mendoza Cobos, Morales, José Cano y Miguel Naidenoff, sus aliados radicales: "Si desisto de mi candidatura presidencial mis votos pasan a Scioli que podría ganar, así, en primera vuelta".

Macri y Sanz tienen otra hipótesis: la única forma de que Massa contenga a sus votantes es que los ate a su candidatura a gobernador de Buenos Aires. Imposible determinar si es más poderoso el argumento o el problema que pretende resolver: la provincia de Buenos Aires sigue siendo un agujero negro para Macri y para Sanz.

Un primer paso favorable para Macri

Clarín

Por Eduardo van der Kooy.

Anoche comenzó en Santa Fe una semana muy importante para las pretensiones políticas y presidenciales de Mauricio Macri. El recorrido podrá cerrarse, en primera instancia, con las primarias en Capital. Allí la interna entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti, según todas las encuestas publicadas el fin de semana, no deja espacio todavía para ningún pronóstico definitivo. El arranque del jefe de Gobierno fue auspicioso: su candidato a gobernador santafecino, Miguel del Sel, se convirtió en el candidato largamente más votado en las primarias. No significa eso que esté dicha la última palabra para los comicios definitivos del 14 de junio.

Sucede que el Frente Amplio Progresista, una alianza de socialistas y radicales que gobierna desde hace ocho años la provincia, sacaba provisoriamente una cifra cercana. La discusión rondaba sobre si era mayor o no. Allí se computó la suma del ex intendente de Rosario, Miguel Lifschitz y el radical Mario Barletta. Pero no se podrían soslayar los antecedentes para interpretar el mapa electoral: desde que participó en internas abiertas, Del Sel siempre había ocupado el tercer lugar. Incluso por debajo del peronismo. En el 2011 fue notable. Se ubicó en las primarias a una distancia de más de 400 mil votos del FAP y del FPV. Pero Antonio Bonfatti, el ahora gobernador socialista, lo terminó doblegando en la instancia decisiva por apenas un 3%.

La imagen de semejante revoltijo deberá ser tenida en cuenta por todos los candidatos hasta junio. Está claro que existiría una gran mutación de sufragios entre uno y otro turno. Y que las posiciones conocidas anoche podrían variar.El salto de Del Sel y del PRO en Santa Fe –Ana Martinez fue individualmente la más votada para la intendencia de Rosario que los socialistas dominan desde principios de este siglo– podría atribuirse a una convergencia de circunstancias.

Mas allá de la influencia de Macri, que estuvo muy presente en la campaña –tres veces visitó Rosario y encabezó casi todos los spots–, habría que reparar en un desgaste natural de la alianza que gobierna. A Hermes Binner, el primer gobernador que destronó al PJ tras 24 años, le tocó lidiar con el conflicto con el campo y una relación hostil con Cristina. Bonfatti mejoró su vínculo con los K pero se vio sobresaltado por la irrupción del narcotráfico, la violencia, y los crímenes. En especial, en Rosario. Ese se convirtió en un problema traumático e insoluble aún para la provincia.

Macri tuvo aciertos en esta apuesta y también una dosis de fortuna. Insistió con Del Sel después de la derrota de 2011, pese a que el actor estuvo bastante tiempo en una segunda línea de la figuración pública. “Ocupándome de la gente, no tomando café como los otros dirigentes”, se justificó el ex Midachi. También el jefe porteño debió contemporizar cuando en esta campaña Del Sel rompió algunos códigos del buen gusto y mereció el reproche de la clase política.

Su acercamiento a Carlos Reutemann, que anoche estuvo en la tarima de la fiesta macrista en Puerto Norte, también lo habría ayudado para el anclaje en Santa Fe. Se trata de una carta valiosa aquí para el tiempo de la carrera presidencial. No habría que olvidar que el ex gobernador había estado alineado en las legislativas de 2013 junto a Sergio Massa, ahora uno de los grandes rivales de Macri.

Lo impensado habría surgido con la deserción de Binner como candidato presidencial. El socialista siempre tuvo una intención de voto en Santa Fe bien por encima del tercio. Perdió con la marea cristinista en 2011 apenas por centésimas. Su desaparición, según los primeros sondeos, habría provocado una transferencia de adhesiones hacia Macri. Muy poco hacia la candidata natural de aquel espacio, Margarita Stolbizer. Es cierto que resta demasiado para las presidenciales. Pero sería un fenómeno a computar. Que explicaría, en parte, el fortalecimiento del macrismo en Santa Fe, del cual Del Sel parece haber sacado provecho.

Macri no habría dejado de mirar, tampoco, la buena performance peronista con la fórmula del ex intendente de Rafaela y diputado, Omar Perotti, y el secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos. Es cierto que en la tabla de posiciones primarias quedaron terceros, con poco más del 20%. Peor que en las presentaciones anteriores. Pero todo esos votos les pertenecerían. Porque, al menos para la disputa a gobernador, carecieron de otras colectoras.

Perotti se ocupó sobre todo de deskirchnerizar la campaña. Llamó al FPV “Frente Justicialista para la Victoria”. Cristina casi no tuvo presencia, ni siquiera en afiches callejeros. Ramos se aferró al impacto político que produjo en Rosario la reapertura del tren a Buenos Aires. Un rédito que también intentaron capitalizar los socialistas. Aunque se trate todavía de una virtualidad. Hay una frecuencia diaria que demora seis horas o más. Con una ocupación hasta ahora (debutó el primer día de este mes) que no supera el 40%. No podría competir en tiempo –si en costo– contra las tres horas de auto, las cuatro de micro o los 25 minutos de avión.

Con Perotti, en cambio, sí se alienaron varias veces Daniel Scioli, Florencio Randazzo y otros aspirantes menores del FPV. Agustín Rossi, el ministro de Defensa, el rostro K en Santa Fe, se conformó con participar en las sombras de una pelea menor. La candidatura por la intendencia de Rosario, contra un rival del Movimiento Evita.

¿Podría haber el 14 de junio cierto fluido de alguna porción del voto peronista al macrismo? Esa es una conjetura permanente en las comarcas de Macri y Del Sel. ¿Qué pasará con los votos de otros postulantes, como Eduardo Buzzi, de la Federación Agraria, u Oscar Martínez, lanzados al ruedo aquí por Massa? Entre ambos no habrían llegado a redondear un 7%. El líder del Frente Renovador sabía lo que se avecinaba. Prefirió ir al cierre de campaña en Mendoza, donde estuvo junto a Julio Cobos, y evitó Santa Fe.

Anoche sólo hubo celebración en el cuartel macrista. La provincia empezó una vigilia crucial de dos meses.

UCR: un golpe más fuerte que el esperado

Clarín

Por Eduardo Aulicino-

Dicen los políticos muy pragmáticos y bastante cínicos que los triunfos curan heridas y las derrotas, las crean o profundizan. Algo de eso proyecta Mendoza, quinto distrito electoral del país, con sus primarias de ayer. Impactan en el plano nacional y dejan también mucho material para leer las internas de las principales fuerzas del país. La UCR logró un éxito superior a sus mejores sueños. Quedó en las puertas de recuperar la provincia después de ocho años y produjo así algo de medicina para saldar cuentas hacia su interior, con proyección nada desdeñable sobre su hasta ahora dificultoso armado nacional. El peronismo quedó frente a la amargura de una derrota que imaginaba menor, más asimilable. Con un agregado: el candidato del gobernador, Francisco Pérez –alineado con Daniel Scioli–, se impuso al preferido de Olivos, segundo en la escuadra derrotada a pesar –o por efecto, según sus detractores– del enorme apoyo de la estructura kirchnerista.

El radicalismo había preparado el escenario para un triunfo menos ruidoso que el esperado, y pensó en buena medida en su difícil frente interno. Ernesto Sanz debió maniobrar para circunscribir el festejo provincial a la UCR. No hubo ofendidos: Mauricio Macri estaba decidido a viajar primero a Rosario, para explotar la elección de Miguel del Sel. Desde allí envió sus saludos. Sergio Massa no competía seriamente en este turno.

Sanz se aseguró temprano una foto de unidad partidaria: estuvieron casi todos los candidatos a gobernador de la UCR y algunos otros dirigentes de peso, entre ellos quienes cuestionan el acuerdo con el PRO, que también se sumaron a la celebración de Alfredo Cornejo y Laura Montero. Por Mendoza desfilaron Gerardo Morales, Ricardo Alfonsín y algunos de los dirigentes que mantienen acuerdos locales con Massa. Por supuesto, Julio Cobos jugó de local y estuvo en la primera línea.

“Creo que estamos cerrando el último capítulo de Gualeguaychú”, se le escuchó decir a Sanz. La última reunión de la Convención Nacional había consagrado su plan de sociedades políticas para octubre, pero dejó heridos. Esa es la cuenta que pretende saldar con el éxito en su propia provincia.

Finalmente, y a pesar de evitar que los aliados participaran de los festejos, pareció evidente que habían procesado el tema. Un enviado del macrismo estuvo temprano en Mendoza, y a la noche tarde creían que los resultados de Santa Fe y Mendoza se asociaban a la distancia, cada uno con su foto y con sus propios colores.

La proyección del resultado de ayer puede evaluarse también frente a los resultados locales más cercanos. La última elección de gobernador, en 2011, fue para Francisco Pérez, que sumó el 42,8 por ciento de los votos. En aquél turno, el radical Roberto Iglesias, con aliados, quedó lejos: registró el 34,5 por ciento. La elección presidencial de aquel año mostró a un oficialismo fuerte: Cristina Fernández de Kirchner logró 51 puntos. Las elecciones legislativas de 2013 anticiparon que los números empezaban a cambiar y anoche, el lento recuento dibujaba el nuevo cuadro.

El peronismo, por supuesto, hacía sus propias cuentas. El PJ llegó dividido a esta instancia, como traducción práctica de la imposibilidad de articular un entendimiento, empujado entre otros por Juan Carlos Mazzón –alejado del Gobierno por decisión presidencial–, en medio de exigencias del cristinismo duro consideradas inaceptables por el resto de los jugadores de peso en el PJ mendocino.

Adolfo Bermejo, el candidato respaldado por el gobernador, se impuso en la interna frente al cristinista Guillermo Carmona. El tercero en esa pelea, Matías Roby, quedó muy relegado y fue el primero en reconocer la derrota. Pero las mayores facturas corrían por otro carril.

Carmona contó con el respaldo explícito de Olivos y sólo sumó alrededor de 10 puntos. El cristinismo no ahorró nada en esta competencia, aún a contramano del gobernador. En los últimos días, ese respaldo se había expresado en declaraciones y visitas de Axel Kicillof, de Florencio Randazzo y de Alicia Kirchner. Es decir, el ministro de mayor peso, el apellido Kirchner y uno de los candidatos a presidente. Las cuentas, por estas horas, se hacen en espejo con el nivel de esos apoyos.

El punto, hacia adelante, se resume en cuál es la real proyección nacional de lo ocurrido ayer en las urnas. Una reflexión que poco tiene que ver con las visitas de los referentes nacionales a cada distrito, en una práctica que se extenderá por meses y que inauguró hace una semana el oficialismo con el viaje de diez figuras de primer nivel a Salta para celebrar el triunfo del gobernador Juan Manuel Urtubey.

El éxito del radicalismo mendocino, evaluaban anoche algunos opositores, se potenciaba con los resultados de Santa Fe, no sólo como expresión de la competencia entre el macrismo y el Frente Progresista, sino además porque el peronismo alineado con Olivos se mantenía relegado nuevamente al tercer puesto.

En una provincia propia, Salta, el oficialismo logró imponerse, a pesar de que perdió 12 puntos en relación con su victoria local de 2011. En otro distrito que gobierna, Mendoza, sufrió una derrota por diferencias que nadie pronosticaba. Y en una provincia que no gobierna, Santa Fe, quedó lejos de la disputa de fondo.

Con todo, no alcanza para sacar conclusiones definitivas a escala nacional, pero sí seguramente para alterar algunos nervios K.

La Argentina anestesiada, a favor del gobierno nacional

El Cronista

Por Luis Majul.

A tres meses de la muerte del fiscal Alberto Nisman, los argentinos parecemos más preocupados por los tres superclásicos de mayo, las compras en 24 cuotas, el impuesto a las ganancias y el comienzo de una nueva temporada de ‘Bailando por un sueño’, además del inicio de un prolongado calendario electoral. Esto es lo que demuestra la cobertura de los grandes medios y los contenidos de las charlas entre familiares o amigos, en los clubes, en los bares o en la oficina. Tanta parece la despreocupación por uno de los hechos más graves desde la restauración de la democracia, que el gobierno no solo se da el lujo de exhibir las nuevas encuestas que muestran a la Presidenta con una imagen positiva de cerca de 40 puntos. Además opera, cada vez con más desparpajo, para evitar que fiscales y jueces críticos e independientes investiguen a Cristina Fernández, a su hijo, Máximo Kirchner y sepulten, de una vez y para siempre, la denuncia que presentó Nisman y la declaración de inconstitucionalidad del Memorandum de Entendimiento que se firmó con Irán. El juez Claudio Bonadio ya había adelantado a sus pares que si al final se lo termina desplazando de la causa Hotesur, en que la indaga sobre un presunto lavado de dinero, pegará un portazo y abandonará su cargo.
En las próximas horas de sabrá si el camarista Gustavo Hornos votará en contra o a favor de la recusación. Sobre sus espaldas pesa la decisión final. Ya se sabe que su colega Luis Cabral optará porque se lo ratifique en el cargo. Y que la presidenta de la sala, Ana María Figueroa le dará la razón a Romina Mercado, la sobrina de la Presidenta, quien pidió el apartamiento de Bonadio por imparcialidad manifiesta. Si Hornos vota como Figueroa ¿serviría el gesto de Bonadio para golpear la conciencia de una parte de la sociedad anestesiada? El magistrado no solo es quien investiga quizá la causa que más preocupa a la jefa de Estado. Es, además, quien parece tener más claras las consecuencias del avance del gobierno contra el Poder Judicial. "Van a convertir a los jueces federales en cartón pintado. Y van a utilizar a los nuevos fiscales para perseguir a los críticos y la oposición y proteger a sus amigos", resumió, incluso, antes de la muerte de Nisman, y después de leer los cambios que pretendían imponer en el nuevo Código Procesal Penal. ¿Dónde quedaron los efectos de la última Marcha de Silencio? ¿Qué hicieron los principales dirigentes de la oposición para transformar la indignación general en herramientas capaces de mejorar las instituciones?
El jefe de gabinete, Aníbal Fernández, una suerte de Alberto Samid con bigotes, se dio el lujo de ensuciar primero a un funcionario que no se podía defender porque había muerto. Después empezó a hacer especulaciones sobre su exesposa, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado. Y ahora, ya descontrolado, pide la detención de Sara Garkunkel, la madre del fiscal, y la culpa por no respetar el luto y abrir una caja fuerte, en una actuación vergonzosa y desopilante a la vez, y en la que cumple los roles de fiscal, juez, investigador y perito de parte. En cualquier otro país, el jefe de gabinete debería estar respondiendo a todo el Parlamento por sus escandalosas declaraciones. Y también debería estar respondiendo por la imputación que le formuló la jueza María Servini de Cubría por su actuación en la distribución de fondos públicos del Fútbol para Todos. Pero en este, el resultado de su verborragia se mide por la cantidad de seguidores bancados por el Estado en Twitter o Facebook, quienes lo consideran una estrella de rock. Y encima la Presidenta lo usa sin disimulo, para decir lo que ella piensa pero no puede declarar en público. ¿Cómo se para, por ejemplo, el jefe de gobierno de la Ciudad y precandidato a Presidente, frente a todo esto? No se para de ninguna manera. No se pronuncia. Solo aguarda que los candidatos a los que apoya ganen en la mayoría de los distritos. Y sobre todo, espera que la interna de PRO en la Ciudad termine cuánto antes, porque la atención y la energía que lo obligaron a poner lo hicieron aparecer distraído frente a su candidatura presidencial. El, igual que Daniel Scioli y Sergio Massa, consumen una buena parte de su tiempo sumando, restando, leyendo e interpretando encuestas, bajo el supuesto de que lo llevarán al sillón de Rivadavia. Macri, por ejemplo, está seguro de que va camino a una segura polarización contra el gobernador de la provincia, y que al final ganará en segunda vuelta, porque la ola de cambio todavía le estaría ganando a la de continuidad. Scioli también piensa que su principal rival será Macri, pero sueña con ganarle en primera vuelta, o sacarle una diferencia suficiente como para quedase con la victoria en la segunda vuelta. El gobernador no solo está exultante porque ahora aparece primero en las encuestas. También celebra la aparición como precandidata a presidente de Margarita Stolbizer porque presume que quitaría a Macri muchos votos de radicales desencantados y progresistas que se niegan a elegir a un millonario y empresario como Presidente de los argentinos. ¿Es el momento de empezar a pensar seriamente en una gran PASO de la oposición que incluya a Macri, Massa, Ernesto Sanz, Elisa Carrió y José Manuel de la Sota, por ejemplo? Jaime Durán Barba pondría el grito en el cielo, pero los asesores más ‘políticos’ del jefe de gobierno no desean cerrar la puerta a semejante posibilidad. Por lo menos no lo quieren hacer sin los resultados seguros de la competencia entre Horacio Rodríguez Larreta y Gabriela Michetti del domingo que viene.

Los múltiples mensajes que enviaron Mendoza y Santa Fe

La Política Online

Por Ignacio Fidanza.

Las elecciones de Santa Fe y Mendoza ofrecen lecturas para todos los gustos. La primera y más obvia es que la oposición cuanto más se une más chances tiene de quedarse con el poder. En ese sentido las cifras de Mendoza son elocuentes: el radical Alfredo Cornejo sumó el apoyo del PRO, el Frente Renovador y el Partido Demócrata y superó el 50% de los votos. Aplastante.

Algo de eso se habló en el almuerzo que el presidente del radicalismo, Ernesto Sanz, tuvo en esa provincia con todos los candidatos a gobernador de la UCR. “Ustedes nos exportan la pelea, pero acá metieron todo adentro”, lo cruzó al mendocino Sanz el tucumano José Cano.

En el PRO confirmaron esta noche a LPO que intuían que estos resultados provocarán un incremento de las presiones que ya existen para que sellen algún tipo de acuerdo con Massa.

Macri apalancado en el batacazo de sus candidatos en Santa Fe: Del Sel en la provincia y Anita Martínez en Rosario, seguramente considere que ha recuperado el camino de crecimiento en el liderazgo opositor y rechace la idea de cerrar un acuerdo con Massa.

Es una manera de mirarlo. Otra es comparar Mendoza con Santa Fe. Del Sel está en un empate con la coalición gobernante de socialistas y radicales. Si bien la política no es aritmética, si hubiera tenido adentro al Frente Renovador –que sacó unos 7 puntos entre Buzzi y Cachi Martínez-, esta noche el partido ya estaba definido. Lo mismo en Rosario. Anita Martínez ganó como candidata pero por frente esta abajo de los socialistas. El candidato de Massa en esa ciudad obtuvo unos 10 puntos.

Es decir, Mendoza confirma que cuando Massa, Macri y los radicales van juntos, sus chances crecen exponencialmente. Mientras que en Santa Fe que fueron divididos Para sigue todo abierto.

El futuro del kirchnerismo

Las primarias de Mendoza también arrojaron un indicio sobre un posible futuro de lo que hoy se conoce como kirchnerismo. Esa provincia protagonizó en su cierre de listas la única insubordinación real que hasta ahora ensayó el peronismo a los deseos de Cristina Kirchner.

En el cierre de listas, la Presidenta intentó copar las boletas con camporistas. El gobernador Paco Pérez, su vice Carlos Ciurca y el mítico operador Juan Carlos Mazzón, resistieron la presión y cerraron las listas excluyendo a los favoritos de Cristina.

Como nunca, fue nítida la diferencia de proyectos entre el peronismo territorial - que para colmar los agravios ya se había pronunciado por la candidatura presidencial de Daniel Scioli- y el camporismo alineado con la Casa Rosada.

Cristina entendió enseguida que era un mensaje al resto del peronismo que no podía tolerar y ordenó un feroz cerco financiero a Mendoza que incluyó la orden al Banco Nación de cortar los sobregiros de la provincia, de manera que Paco Pérez no pudiera pagar los sueldos y su gobierno entrara en caos. Nada muy diferente de lo que hicieron varias veces en Santa Cruz.

El viernes pasado Paco Pérez pudo sortear esa trampa gracias a la sigilosa ayuda de Scioli, advertida por LPO, que ordenó al Bapro asumir el rol de agente financiero de Mendoza que dejó vacante el Nación y le permitió a la provincia colocar deuda por poco más de los 150 millones que necesitaba para completar el pago de sueldos.

Esta noche Pérez, Mazzón, Ciurca impusieron a sus candidatos, pero el kirchnerista Guillermo Carmona hizo una elección respetable. El problema es que aún sumando todas las listas quedaron más de 15 puntos de la coalición opositora.

Varias cosas. El peronismo territorial más Scioli parece imponerse al kirchnerismo duro. Pero ese sector tiene un nivel de votos que ya lo vuelve una fuerza ineludible si se quiere presentar una oferta mínimamente competitiva. Es decir, se necesitan unos y otros.

Aún así -y en esto coinciden los resultados de Mendoza y Santa Fe- el kirchnerismo está vivo, pero parece estar sintiendo el desgaste natural de tantos años en el poder. Es decir, le cuesta superar los 30 puntos. ¿Porqué es importante esto?.

Como se sabe la Constitución establece dos maneras de ganar la Presidencia en primera vuelta. La más exigente es superando el 45% de los votos, un escenario hoy improbable para el FpV.

Pero también dispone que si un candidato saca más del 40% y diez puntos de diferencia respecto al segundo, queda inmediatamente electo como Presidente. Este es el escenario que trabajan en el sciolismo y la Casa Rosada y como hoy se vio con claridad, requiere de una premisa: Una oposición dividida.

Como los sondeos indican que la sociedad no decantó de manera concluyente por Massa o Macri, la lógica que hoy prevalece en las discusiones del poder es impulsar una primaria de “todos” los candidatos opositores, es decir entre los dos que hoy lideran las encuestas, para construir una alternativa más potente que achique diferencias con el FpV y aleje el sueño de los 10 puntos de diferencia.

Massa acepta ese plan y Macri lo resiste. En esa tensión se dirime buena parte del futuro de la Argentina.


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