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ANÁLISIS
Escribe Castro: China, gran fuente de capitales del mundo
01/06/2015

China, gran fuente de capitales del mundo

iEco.

* Por Jorge Castro 

China ha reorientado su stock de reservas (US$S4,3 billones) y las dirige ahora hacia la inversión de capital en el exterior. “La clave en China no son las cifras de su economía, por llamativas que sean, sino la tendencia. La inversión extranjera directa (IED) que recibía hace diez años era 18 veces mayor que lo que invertía en el mundo; y en 2014 fue una vez y media mayor. También cambió el carácter de sus inversiones en el exterior. Dos tercios de su IED se destinan hoy a nuevos proyectos o a compras de empresas del capitalismo avanzado, ante todo de alta tecnología”.

La inversión directa (IED) de los países emergentes (80% Asia) alcanzó un récord de US$484.000 millones en 2014 (+30%) y se convirtió en la principal fuente de capitales del sistema, tras superar a Norteamérica (EE.UU./Canadá) y Europa (Alemania/ Reino Unido)/UNCTAD.

China lidera este giro histórico; y colocó en el exterior US$ 266.000 millones de inversión directa en 2014, sólo por detrás de EE.UU., (US$290.000 millones), aunque lo supera si se le suma Hong Kong (US$120.000 millones).

La clave en China no son las cifras de su economía, por asombrosas que sean, sino la tendencia que revela. La IED que recibía del exterior hace 10 años era 18 veces mayor que la que invertía en el mundo, y en 2014 fue una vez y media superior a la proveniente del sistema mundial. Y se apresta ahora a duplicarla en 2020. La IED global china era 12% del total en 2007, y escaló a 36% el año pasado.

También ha modificado la naturaleza de sus inversiones en el exterior. Más de 2/3 de su IED se destina ahora a nuevos proyectos o a compras y fusiones (M&A) de empresas del capitalismo avanzado, ante todo de alta tecnología.

La IED de Norteamérica y Europa proviene ante todo de la reinversión de ganancias de sus transnacionales (ETN) en el exterior, que en el caso de las estadounidenses, proviene de sus asociadas o afiliadas en el mundo emergente (US$1,5 billones en 2014).

La capacidad de inversión de China depende en forma directa de la magnitud de su superávit de cuenta corriente, que ascendió a 10,3% del PBI en 2007 (US$380.000 millones) y cayó a 2% en 2014. Ha sido nulo o negativo en los últimos 4 trimestres.

China prevé importar bienes y servicios por US$10 billones en los próximos 5 años; y fueron 115 millones los turistas chinos el año pasado (2/3 fue a Europa y EE.UU.), que gastaron US$8.500 por viaje.

Lo que está haciendo China es redesplegar las reservas del Banco del Pueblo, que se concentró en los últimos 15 años en la compra de títulos del Tesoro, hasta convertirse en la primera acreedora externa de EE.UU. y en la segunda interna, después de la Fed. Las reservas chinas son 4 veces superiores a las de Japón (US$1,3 billones), las segundas en orden de importancia.

Este giro estratégico fundamental, de importancia histórica global, es acompañado por tres medidas decisivas: la plena liberalización de la cuenta capital (ocurriría en 2020); la completa internacionalización del renminbi (tendría lugar en 2025, o antes); y la instalación definitiva de un nuevo sistema de instituciones en Shanghai (Zona de Libre Comercio/FTZ Shanghai), que implica la total integración al mercado financiero internacional, igual o más profunda que la de Hong Kong, y se realizaría en 5 años.

Finalizadas las tres dimensiones de este giro histórico, Shanghai se transformaría en 15 años en la principal fuente de capitales del sistema en el siglo XXI, por encima de Wall Street y la City de Londres.

El superávit de cuenta corriente de 2014 ha sido sólo levemente inferior al récord de 10,3% del PBI en 2007, debido a la ampliación de la base económica (US$330.000 millones en 2007/US$280.000 millones en 2014); y aun si se reduce todavía más con relación al producto, aumentaría a US$485.000 millones en 2019 (Deutsche Bank).

La inversión en capital es el núcleo decisivo de la acumulación capitalista; y la República Popular se convierte en 10 años en la principal fuente de inversiones del sistema capitalista. Este es, sin duda, el dato estratégico fundamental que define su significado histórico.

China no es más un gran país entre otros, sino el nuevo rostro de la economía mundial.

*ANALISTA INTERNACIONAL


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