*Jorge Sapag

La energía es la base fundamental para el desarrollo y el bienestar. Por eso tenemos mucho trabajo por delante para lograr la soberanía en gas y petróleo, de los cuales nuestro país depende en un 86% para abastecer su demanda energética. No hay país que se precie de soberano si no tiene educación, trabajo, inversión, alimentos y energía. Nuestro objetivo es producir más hidrocarburos para sustituir las importaciones y ahorrar divisas, generando más empleo y desarrollo. Tras el puntapié inicial que significó la Ley de Soberanía Hidrocarburífera; y con el claro liderazgo de YPF, se multiplicaron las inversiones para el desarrollo masivo de nuevos recursos de gas y petróleo, poniendo en marcha el único desarrollo masivo no convencional fuera de América del Norte.

En 2013 YPF firmó el acuerdo con Chevron para el desarrollo de Loma Campana y se aprobó una ley provincial, con una inversión total de 16 mil millones de dólares; de los cuales ya se invirtieron 3.000 millones. En sólo dos años se ubica como el segundo yacimiento de mayor producción en el país, con cerca de 41 mil barriles equivalentes de petróleo/día. Además de YPF hoy participan empresas como Exxon, Shell, Wintershall, Petronas, EOG, Dow; Total; PAE; Petrobras, Pluspetrol, muchas de ellas asociadas con YPF y/o GyP, la empresa estatal neuquina.

Con más de 700 pozos no convencionales en la provincia, parece increíble que hace tan pocos años se hayan realizado aquellas primeras perforaciones de no convencionales que pusieron de manifiesto a la formación geológica de nuestro subsuelo: Vaca Muerta. El crecimiento fue categórico. De los 256 pozos que se pusieron en producción en 2011, empleando sólo 50 equipos de torre, pasamos a 550 pozos con 144 equipos en 2014. 

En inversiones pasamos de 1.570 millones de dólares en 2011 a más de 4.800 millones en 2014. La proyección para 2015 es de 5.500 millones. Las estadísticas de los primeros 5 meses del año muestran que los grandes proyectos de inversión se mantienen aún en una coyuntura circunstancial de precios a la baja. El promedio de equipos en actividad en el primer cuatrimestre del año está un 7% por encima de 2014. Basados en esta realidad no es utópico pensar que para 2020 llegaremos a inversiones anuales del orden de los 10.000 millones de dólares, que permitirán producir en los próximos 10 años un tercio del total de hidrocarburos producidos en toda la historia neuquina.

Veníamos de una caída en la producción de petróleo y gas de casi 15 años. Esta declinación se detuvo en 2013 y se transformó en crecimiento en 2014, gracias al esfuerzo mancomunado de los gobiernos nacional y provincial, YPF, las demás empresas y todos los trabajadores del sector. Este porvenir recién comienza. Queda un arduo camino por recorrer.

*Gobernador de Neuquén