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DEBATE
Escribe Guadagni: Escuchemos al Papa:cuidemos la casa común
24/06/2015
Clarin


Alieto Aldo Guadagni* 

El Papa Francisco ha difundido la esperada Encíclica “Laudato Si” sobre el cuidado de la “casa común”, es decir nuestra tierra. Esta encíclica nos convoca a preservar la tierra evitando su degradación ambiental. El cuidado de la “casa común” corresponde al mandato bíblico hecho en el Génesis a la humanidad: “Creced y multiplicaos y henchid la tierra y enseñoreaos de ella”. Este mandato está siendo incumplido porque estamos comprometiendo el futuro de nuestra Tierra con crecientes emisiones de CO2.
El Papa destaca el hecho de que, superando muchas dificultades, se viene afirmando la tendencia a considerar la tierra como “nuestra Patria” y a la humanidad como el “pueblo que vive en la casa común”. Esta nueva visión nos obliga a acordar un “proyecto común para un mundo único”.
La comunidad científica internacional, en diversos informes técnicos de los Paneles Intergubernamentales sobre Cambio Climático, nos viene alertando reiteradamente que si queremos que la temperatura no siga subiendo peligrosamente, cruzando la barrera crítica de los dos grados centígrados de aumento, deberíamos hacia el año 2035 emitir apenas el setenta por ciento del actual nivel de CO2. 
El desafío es bien claro: para preservar el ambiente en nuestra Tierra hay que reducir drásticamente las emisiones contaminantes por unidad de PBI, ya que deberíamos emitir en el 2035 un treinta por ciento menos que ahora, a pesar que se proyecta que el PBI del 2035 será el doble del actual y, además, habrán 1400 millones más de habitantes.
Tengamos presente que insistir en el crecimiento económico, un presupuesto requerido para abatir la pobreza, pero con el mismo patrón energético que hasta ahora, aumentará las emisiones contaminantes. 
La buena noticia es que es falso el aparente dilema entre crecimiento económico futuro y más emisiones, o menos crecimiento económico y menos emisiones contaminantes. 
El talento humano está en condiciones de asegurar tecnológicamente un sendero futuro de menos emisiones contaminantes, pero con un sendero asociado a un sostenido crecimiento económico, algo realmente esencial para abatir la pobreza y la indigencia que siguen abrumando a millones de personas. 
Pero esta perspectiva exigirá impulsar las innovaciones energéticas que ya están disponibles, pero que exigen para su implementación una decisión política globalmente consensuada, que se concrete en compromisos firmes en el ámbito de las Naciones Unidas.
Se aproxima un hito crucial en la lucha contra el cambio climático, ya que este año comenzaron las negociaciones previas para el encuentro de las 196 naciones firmantes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), que se reunirán en París a partir del 1° de diciembre. 
Cada país miembro deberá presentar su compromiso de reducción de emisiones, que tendrá vigencia a partir del año 2020. El compromiso global será aprobado el día 11 de diciembre, es decir que en nuestro país ese compromiso será uno de los primeros actos del nuevo Presidente de la Nación. Argentina deberá presentar en los próximos meses un programa de reducción de emisiones, como ya lo han hecho Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea, México, Suiza, Noruega, Canadá y Marruecos.
La reunión en París definirá el futuro ambiental en nuestra Tierra con un programa que apunte a un crecimiento económico que resulte ambientalmente sustentable.
El nuevo Presidente de la Argentina, que asumirá el día 10 de diciembre, podrá aprobar el día 11, junto a otros 195 jefes de Estado, un compromiso universal que reduzca las emisiones globales. Pero esto exige que la actual Presidente, siguiendo el categórico mensaje papal, convoque sin demoras a las fuerzas políticas y también a las instituciones académicas y las asociaciones que cuidan el medio ambiente, a construir este programa común que preservará a nuestro planeta Tierra. 
De esta manera, entre todos debemos definir una nueva política energética, que sea ambientalmente sustentable; y esto exigirá “descarbonizar” al sector energético.
El Papa Francisco ha sido bien claro en esta encíclica; el mandato bíblico nos habla de cuidar y labrar la tierra, no de degradarla ni contaminarla. 
Todos tenemos la obligación de cuidar la casa común que hemos recibido en préstamo para las futuras generaciones. 


*Academia Argentina de Ciencias del Ambiente


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