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OPINIÓN
Diario de Cuyo: cales y de arenas (agua y Minería)
23/08/2015

De cales y arenas

Diario de Cuyo

Hubo novedades interesantes en las últimas semanas. Como todo en la vida, hay unas de cal, otras de arena. Lo mejor vino del cielo con intensas nevadas por las que se rezaba desde que comenzó una de las sequías cíclicas más largas que se recuerden. Una anterior, en la década de los ‘60 del siglo pasado, justificó la petición primero y la realización después, del proyecto del primer vaso acumulador de agua, el dique de Ullum. Esa pequeña reserva de unos 500 hectómetros cúbicos terminó para siempre con uno de los crímenes más comunes en San Juan, el del azadonazo en la compuerta, golpe mortal conque el propietario del turno de agua defendía su posesión ante el hurto del vecino. 

Los entendidos, entre los que se encuentra el cauto director de Hidráulica Jorge Millón, afirman que a primera vista el amado depósito blanco que ya hay en la cordillera alcanzaría para, por lo menos, un año ‘normal‘. La cifra que da tranquilidad para satisfacer el consumo humano y el riego de las aproximadamente 100 mil hectáreas que tienen derecho, anda por los 1.400 hectómetros anuales y el régimen promedio del río es de 2 mil hectómetro cúbicos.

En los últimos años la cuenca del Río San Juan ha venido escurriendo menos de mil por temporada. Si nuestro tobogán de agua sumara un caudal mayor a 2 mil, podríamos soñar con volver a nadar en las cristalinas aguas abiertas de Ullum, volver a poblar los clubes del perilago, echar de nuevo los veleros al espejo y restablecer el deporte de la pesca. No es un delirio, es lo que ya pudimos disfrutar años atrás. La escasez, que ya suma seis años desde 2009, ha hecho notar, por ausencia, la bondad de esa eficiente combinación de factores: los diques, agua para beber, para los cultivos, generación de energía y placer del turismo. En ese orden.

Igual, si nuestra esperanza fuera satisfecha, el recuerdo del vacío de las acequias nos invita a reflexionar sobre la urgencia de invertir en sistemas modernos de riego y a pensar en la forma de aprovechar el agua subterránea. Los momentos de angustia no son buenos porque tientan a tomar decisiones que pierden equilibrio por el apuro. Se tiende a gastar mucho y mal. Un eventual período más benigno de nevadas nos debería dar la oportunidad para invertir y dejar de consumir más del triple de litros por hectárea de los que se consumen en Europa. También hay mucho por hacer en la recuperación del líquido de los humedales luego del tratamiento en las plantas de residuos cloacales domiciliarios. Ése agua no sirve para todo pero sí, por ejemplo, para forestación.

Otra buena es que la tragedia de provincia de Buenos Aires ha girado la vista de los investigadores hacia la inversión pública de los diferentes distritos y San Juan aparece cuarta en el ranking bueno. Tal como hemos comentado cada vez que pudimos, un Estado no puede comprometer todos sus recursos en gastos corrientes porque cuando lo hace pierde el sentido de su existencia. San Juan tuvo en el pasado momentos malos en que necesitó casi el 90% del total de recursos para pagar sueldos y proveedores y otros peores en que directamente estaba sobregirada con gastos que superaban los ingresos.

Una gran quiebra que acompaño la de la nación, varias consolidaciones con emisiones de bonos basura y anuales declaraciones de emergencia económica, han precedido a este presente insólito en que un gobierno entregará la administración con los sueldos al día, plata en la caja, una deuda proporcionalmente ínfima y sólidos planes de inversión en urbanismo e infraestructura proyectados y en ejecución. Aunque parezca un elogio exagerado, la historia no deja mentir. El 10 de diciembre, quien asuma será el primer mandatario del último cuarto de siglo que no tendrá que salir el 11 a pedir plata prestada para pagar aguinaldo y sueldo a los empleados ni redactar un pagadiós a los proveedores.

La actividad minera sigue en bajada. La exploración prácticamente no existe y eso compromete ya no solo el futuro sino también el presente de los yacimientos en explotación porque al no haber exploración, la vida útil de la mina se acorta. Las minas que trabajan en San Juan están en su etapa de madurez a punto de ingresar en la vejez, con costos cada vez más altos por disminuir el porcentaje de metal en la piedra y precios internacionales cada vez más bajos. En el último informe trimestral Barrick anunció que se prepara para aguantar una cotización de la onza cayendo hasta los 900 dólares. 

Hoy está a 1.150 dólares. La baja rentabilidad y hasta el trabajo a pérdida de las principales compañías ha causado el brusco descenso de su valor bolsa y la consecuente dificultad para conseguir inversores. Hay casos en que el valor de la acción está en el 10% respecto de hace tres años. Las reestructuraciones están a la orden del día así como la venta de activos que no garanticen liquidez y ganancia inmediata. A esta realidad mundial, Argentina suma condiciones extremadamente negativas como las que recientemente expusieron en conjunto todas las cámaras de la actividad en la reunión de la OFEMI.

Óptimo resultado tuvo la convocatoria de la Comisión de Justicia y Paz a los empresarios para reflexionar sobre el liderazgo en el campo social. Una asistencia cercana a los 100, escuchó atentamente el desarrollo de la iniciativa bajada desde el Vaticano para comprometer a un grupo esencial para el progreso de la humanidad, el que toma iniciativas, contribuye a la creación y provee trabajo y bienestar a sus empleados. Ante una presencia tan nutrida y variada, un colega preguntó sobre el prestigio público del sector. Este periodista no escuchó la respuesta pero un trabajo reciente del encuestador Carlos Fara muestra algo categórico: la imagen de los empresarios va de la mano del resultado general de la economía y de la imagen de los gobiernos. Hayan estado de acuerdo o no con las medidas que toman las administraciones, son los empresarios los que bajan sueldos y despiden gente cara a cara. Podemos imaginar el consenso que tendrán hoy los empresarios de Brasil. No estará lejos de los puntos que mide Dilma Roussef.


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