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POLÍTICA
Saharrea: Basualdo con Macri. Fidanza: Massa, el garante del ballotage
23/08/2015

Basualdo con Macri: la paciencia, como la venganza, es un plato que se sirve frío

Tiempo de San Juan

Por Sebastián Saharrea

Será la tercera vez que lo intentan, en breve se conocerá si la vencida. La primera, el intento de Basualdo de reeditar el frente opositor que le dio tan buenos resultados en 2013 y que le valió la banca obtenida por Eduardo Cáceres. Luego fue con la brecha consumada entre Macri y Massa a nivel nacional y el intento del senador de incluir la boleta macrista entre sus opciones antes del cierre de listas. Y ahora, una vez superadas las Paso, el intento es nuevamente por incorporar la boleta de Macri a las opciones de todos los basualdistas en competencia, con beneficios indiscutibles para ambas partes, excepto para el PRO local.

Las cosas cambiaron entre el segundo y éste tercer intento, pese a lo que se negocia es lo mismo: permitir al basualdismo llevar la boleta presidencial de Macri. Aquella vez, antes del cierre de alianzas, el senador propuso a Cáceres y al propio equipo de negociadores del PRO a nivel nacional que se abriera la boleta de Macri en la provincia para todo el basualdismo, de modo que éstos pudieran llevar a la de Massa y también la de Macri.

Pero en los cuarteles amarillos prevalecía la sensación de estar sentados arriba del caballo ganador que por arrastre llevaría para adelante a todos los postulantes locales, y por lo tanto no necesitaba de la tracción de Basualdo ni de ninguna de sus figuras asociadas como Colombo, Conti o Ibarra.

La respuesta entonces fue que no, y Basualdo hizo el mismo dibujo pero con otros presidenciales: a Massa le sumó el Adolfo Rodríguez Saá y el cordobés De la Sota, éste último eliminado pero de muy buena elección y buscado ahora por todos lados.  Pero los resultados de la Paso generaron un replanteo: el resultado de Macri en San Juan fue malo entre el resto de los distritos del país. Sacó apenas 15 puntos frente a los 25% de promedio nacional, y todos los candidatos locales obtuvieron aún menos. Y San Juan fue la única provincia en la que se impuso Sergio Massa sobre Mauricio Macri en el escalón presidencial.

La paciencia, entonces, habrá sido un factor del lado de los que fueron descartados en el armado previo. Y que ahora volvieron a la carga con una nueva negociación para sumar a Macri a la boleta basualdista, pero esta vez sin golpear las puertas de los referentes amarillos en San Juan sino directamente en cuarteles nacionales.

Con el nuevo tablero a la vista, los basualdistas le ofrecen al PRO un escenario tentador. Para Macri, cualquier voto suma y lo necesitan como el agua si es que se quieren acercar a Daniel Scioli y obligarlo a ir a un ballotage. Venga ese voto de donde venga, de cualquier rincón del país. Y el basualdismo cosechó en la provincia más de 92.000 votos para la categoría a gobernador, a los que derivó a sus postulantes presidenciales: casi 60.000 para Massa, casi 15.000 para Rodríguez Saá y más de 25.000 para De la Sota, que ya no estará en la grilla.

Por el contrario, el macrismo local sacó siempre menos que el propio Macri para presidente, claro indicador que lo tiró para abajo. De los más de 56.000 votos para Macri, sólo casi 40.000 votaron por Turcumán. También en los departamentos: en Capital, Macri sacó más de 18.000 votos de los cuales sólo 10.000 quedaron para Cáceres y algo más de 3.000 para Sánchez. Peor en el resto: en Rivadavia –a falta de números finos del escrutinio definitivo- Macri superó los 9.000 votos y su candidato Ruiz Olalde apenas pasó los 3.000; en Santa Lucía Macri superó los 4.000 votos y su candidato Bravo obtuvo apenas más de 800; en Rawson Macri hizo más de 7.500 votos y la candidata PRO Gimena Martinazzo apenas 3.000, sólo por citar algunos casos puntuales.

Es decir que los cortaron en todos lados a los candidatos locales del PRO. Y ante este corte evidente que sufrieron los candidatos amarillos, la propuesta de los basualdistas que se demostraron mucho más competitivos en esos departamentos importantes con Colombo, Ibarra u Orrego es acercar la boleta de Macri como opción y permitir que el jefe porteño coseche algunos votos nacionales más en San Juan. En todo caso, compartiendo con Massa y el Adolfo y en lugar del ahora codiciado De la Sota.

En el PRO local tienen una mirada ambigua. Por un lado, hay quienes no quieren saber nada porque dicen que eso les hará restar aún más. No está demasiado claro que sea así, porque el corte ya lo sufrieron con las boletas como estaban. Lo demuestra el caso capitalino, donde el PRO ha puesto toda la artillería y se llevó una resonante derrota a manos de Colombo. Es donde piensan que pueden repuntar de la mano del voto de Macri.

Puede interpretarse de las dos maneras teniendo en cuenta que Macri casi duplicó a Cáceres. Que ahora el capitalino puede recuperar esos votos a los que considera "prestados”, no sólo a Colombo sino también a Aranda. O que esos votos "prestados” no serán devueltos por sus "dueños” y que es mejor consolidarlos a favor de Macri antes que se vayan con Scioli.

Del lado de Cáceres admiten en primer lugar que deben hacer todo lo posible para "que Mauricio sume a nivel nacional”. Pero enseguida dicen que eso no implica que, en el caso que se produzca, no salgan a marcar diferencias con Colombo, al que acusan de haber aprobado "presupuestos mamarracho” en la Capital. Y hacen otros cálculos: que si se produce el acuerdo, terminará dirimiendo el juez federal Gálvez porque deberá ser puesto a consideración judicial, y que también de hacerse habrá otras consecuencias políticas. Por ejemplo, que el PRO ganaría la banca a diputado nacional de Cornejo y que le podría pedir a Colombo que se baje para permitir el avance de Cáceres.

En los próximos días se conocerá el resultado. Y si es que el PRO local dispone de poder de fuego como para bloquear un intento que puede servirle al propio Macri en su pretensión de buscar votos hasta debajo de las piedras. El basualdismo ya hizo su primer desembarco en la Capital para tirar el anzuelo convocado por el PRO nacional: fue el propio Colombo, considerado posible beneficiario directo, a lubricar algunos contactos de los tiempos de flirteo recíproco, no tan alejados.

Basualdo ni apareció, por el contrario se muestra distante,  esperando ver si la tercera fue la vencida.

Massa, el garante del ballotage

La política online

Por Ignacio Fidanza

Daniel Scioli llamó a José Manuel de la Sota y le propuso un encuentro secreto que incluyera a Sergio Massa. “Viene un tiempo de gran acuerdo peronista, si me ayudan yo me saco de encima a La Cámpora”, propuso palabras más, palabras menos. El gobernador de Córdoba evitó comprometerse: “Ahora me voy de viaje, cuando vuelvo hablamos”, le contestó.

 Los primeros sondeos post primarias, indican que Massa está conservando el 75 por ciento de esos votos. Trabajos de Zuleta Puceiro, Julio Aurelio y Ricardo Ruvier ubican al candidato de UNA entorno a los 17 puntos con Scioli rondando los 40 y Macri los 33.

 Esto significa que si se mantiene la tendencia, Massa empieza a ocupar el rol de garante del ballotage. La presión inicial de algunos sectores del círculo rojo, para que se baje y acuerde con el líder del PRO, empieza a decantar por una mirada más profunda: Acaso el mejor servicio que puede hacer el diputado a un triunfo opositor es mantener y hasta mejorar su votación de las primarias.

 La cuenta es sencilla, si Massa baja su candidatura la polarización extrema dispara a ambos candidatos hacia arriba y Scioli, con sumar apenas algunos puntos del voto peronista no kirchnerista que concentra el ex jefe de Gabinete, podría romper el techo de los 45 puntos.

 “Macri pierde más de un millón y medio de votos en el Norte, en el NEA-NOA, donde Massa retiene voto peronista. Necesitamos que no sólo mantenga ese voto, sino que lo incremente”, reconoció uno de los operadores más importantes de Macri.

Tucumán será la primer prueba. Todo indica que ganará el sciolista Juan Manzur, pero en la cúpula del PRO apuestan a achicar la diferencia de más de 300 mil votos que le sacó el peronismo a Cambiemos. La diagonal que trazó Massa con el candidato a vicegobernador Domingo Amaya, puso competitivo a su candidato a intendente de San Miguel, Germán Alfaro. “Necesitamos a Massa fuerte en Tucumán y si ganan la intendencia, mejor”, reconocían.

 Macri, juran en el Pro, entendió esta necesidad. Hasta el abanderado del fracasado purismo, el ecuatoriano Jaime Durán Barba, estaría aceptando este enfoque que motoriza el peronista Emilio Monzó.

 ¿La fórmula de un acuerdo posible? El macrismo podría bajar candidatos en la provincia de Buenos Aires, que ponen en riesgo la reelección de intendentes massistas. Massa necesita también apoyo financiero para la elección general.

 Y en una mirada de más largo plazo, Massa y Macri podrían anunciar algún tipo de coincidencia programática para un eventual gobierno opositor, que necesariamente deberá ser de coalición.

 El problema es que se trata de un escenario a tres bandas y hasta ahora Macri se sentía más cómodo negociando con Scioli. Es posible que ambos imaginaran un futuro sin Massa ni Cristina, en el que compartían el protagonismo de la próxima etapa, gane quien gane.

Pero algo de eso se rompió cuando Macri convocó a una conferencia de prensa para martirizar a Scioli por su viaje a Italia, en medio de las inundaciones. “Rompió el acuerdo”, repitió estos días, ante su círculo más íntimo y algunos empresarios que lo frecuentan.

 O sea, la desconfianza es hoy el denominador común en los contactos entre Massa, Macri y Scioli. Y es natural que así sea, porque lo que está en juego es un nuevo reparto del poder.


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