El Ministerio de Energía está impulsando la definición de una política energética para Aysén, dentro de lo cual licitó y adjudicó un estudio a la Universidad de Chile que permitiera identificar los escenarios que debían ser analizados después en profundidad. 

El estudio de la Universidad fue recientemente presentado a la Comisión Regional de Desarrollo Energético y, en sus conclusiones, dice textualmente que “las simulaciones deben ser utilizadas para identificar e ilustrar ciertos aspectos y temas relevantes para la discusión, no para sacar conclusiones para hacer comparaciones entre escenarios, dado que hay vacíos de información e incertidumbres relevantes sobre datos de entrada y dado que en algunos escenarios distintas variables se forzaron como dato de entrada”. 

Las mismas conclusiones indican que la Región es abundante en potencial energético, el que puede ser desarrollado a través de centrales de diferentes tamaños. 

Con estos escenarios planteados por el estudio de la Universidad de Chile, la consultora de ingeniería y medio ambiente Poch se adjudicó por licitación pública la realización de un estudio para evaluar los niveles de impacto socio ambiental de cada uno de los escenarios planteados por la Universidad.  

Es decir, Poch evaluó los escenarios descritos por la Universidad de Chile y no proyectos en particular. Dentro de los impactos socio ambientales, fueron analizados impactos en cuanto a la estabilidad de la matriz, precio y desarrollo local. Respecto de escenarios de interconexión, presumen una baja en los precios de la energía, sin definir el monto de la baja. El estudio no busca ni dice qué proyecto es mejor, no se refiere a proyectos, sino que las variables para medir el impacto socio ambiental de los escenarios planteados por la Universidad. 

Tal como fue planteado por el Ministerio de Energía, los estudios de la Universidad de Chile y de Poch son insumos para el análisis  que está realizando la Comisión Regional de Desarrollo Energético de Aysén, y aún faltan estudios más específicos que puedan arrojar conclusiones puntuales.

En este contexto, el trabajo técnico y serio de investigadores chilenos de gran prestigio debe ser leído e interpretado en su mérito, y evitar ser mal usado por personas o grupos que puedan estar a favor de proyectos específicos.