SEBASTIÁN SAHARREA

Una presencia extraña escuchaba todas las preguntas de los periodistas al ministro a quien todos coinciden en definir como el de mayor cintura política del gobierno de Mauricio Macri, Rogelio Frigerio. Por un instante, podría haberse dado crédito a la posibilidad de que justo este sorpresivo asistente pasó, vio luz y se quedó escuchando en el primer piso del cinco estrellas sanjuanino. Pero no.

El ministro nacional lo vio y cuando tuvo un descanso, lo llamó aparatosamente. Saludó con afecto a Aldo Molina, el ministro de Hacienda de la mayor parte del gobierno de José Luis Gioja, justamente el ahora diputado nacional al que un par de minutos antes se había encargado de cuestionar por sus palabras hacia Macri como presidente del PJ, y sus votos en el Congreso.

Hubo afecto en ese abrazo, nada casual. Molina y Frigerio se conocen porque durante mucho tiempo el gobierno provincial bajo administración de Gioja contrató a la consultoría del ahora ministro del Interior de la Nación. Cosas de la vida, ahora le toca rasparlo. Hay que decir que lo hizo con respeto y con altura, midiendo cada palabra y tratando de no traicionar su historia. Superó la prueba política y justificó los motivos por los que es encuadrado como el funcionario de mayor muñeca. Que no es poco.

Lo de Gioja no fue al revoleo. El foco del ministro político se depositó en el ex mandatario sanjuanino porque éste sacudió al presidente con contundencia el día que asumió como titular del PJ: "Déjese de joder y póngase a gobernar”, le dedicó. Y, en tanto diputado nacional, conoce de sobra lo que puede rendir una visión contemplativa del sanjuanino.

Es más, no el PRO sino sus socios del radicalismo nacional se juntaron la semana pasada para analizar la jugada luego del voto y el veto de la ley antidespidos. Y evaluaron que antes que tener que pasar por ventanilla con Sergio Massa por cada ley que necesitan aprobar, mejor resultaría tener buena sintonía permanente con el PJ no ultrakirchnerista como Picheto y Gioja para pavimentar el camino de las leyes. Y, de paso, sepultar definitivamente al tigrense como fuerza opositora.

Frigerio lo conoce y hasta lo puede compartir, aunque fiel a su pedigree político prefiera no mostrar las cartas. Cuenta a su favor con el conocimiento personal que se dedican con Gioja, aunque por ahora el estadío de la relación es de cruce de facturas. Probablemente la gestión de Macri no esperaba un volumen tal alto del presidente del PJ, lo que explica la deducción en voz alta de Frigerio al sostener que eso es producto de su acomodamiento y la redención del PJ, pero que una vez que se acomoden tendrá apreciaciones más simpáticas con ellos. El tiempo lo dirá.

Prefiere el ministro nacional solidificar el vínculo con el líder provincial, Sergio Uñac. Que no sólo es el presente, también es el futuro. Y que mira las cosas desde la responsabilidad de la gestión, lo dejó bien en claro en la misma plataforma partidaria el día que asumió la conducción del PJ provincial: "Nuestra prioridad es defender el bien común de los sanjuaninos”. Clarito.

Por eso Frigerio no se guardó elogios para el gobernador sanjuanino. No sólo le cae a punto a su discurso de pluralidad y encuentro entre visiones del país diferentes, sino también a la conveniencia de mantener un buen diálogo con los gobernadores. Que es recíproca, lógico, y que también el tiempo irá definiendo.

En especial, en el punto que pareció poner mayor interés el ministro nacional: el acompañamiento de los legisladores sanjuaninos en el Congreso, como ya han hecho varios peronistas como el riojano Beder, el misionero Maurice Closs –ambos ex gobernadores y actuales diputados como Gioja- o el salteño Urtubey. Y algunos ex ultraK, como el santiagueño Zamora.

Hubo legisladores sanjuaninos que acompañaron al gobierno nacional por sugerencia provincial: como la senadora Maira Riofrío, que le levantó la mano al proyecto para pagar a los buitres, pese a que el resto de los peronistas le bajaron el pulgar. Incluso, esa señal de Riofrío fue saludada en público por el gobernador Uñac.

Pero parece que la gestión de Macri espera algo más. O al menos, una posición más intermedia que, sin votar a favor de las iniciativas de Macri, tampoco les patee definitivamente en contra. Como dar quórum, cumplir algún rol facilitador o hasta entrar a la cancha si se cae el massismo como soporte parlamentario ante el panorama desventajoso del oficialismo nacional en el Congreso hasta el año que viene, cuando haya elecciones parlamentarias.

Y allí es donde opera la sutil respuesta del ministro Emilio Baistrocchi a ese reclamo bien directo de Frigerio. Dijo el ministro de Gobierno local en Paren las Rotativas (domingos a las 21 por Telesol) que entendían el reclamo y que si las cosas mejoran como están previsto para la segunda mitad del año "esos votos van a estar”. Nuevamente, el tiempo dirá la respuesta.

Lo que contiene la respuesta es un gesto de tomar la palabra al discurso oficial nacional de que las cosas mejorarán en el último tramo del año, y para eso hace falta incluso alguna corrección de medidas que dañan la situación económica. Como las tarifas eléctricas y de gas, que pusieron contra las cuerdas a muchos comercios e industrias locales. Ya hubo un viaje de Uñac y un gesto, faltará lubricación, pero se abre una perspectiva para la cosa mejore.

Todos esperan un repunte, si eso ocurre será el mejor escenario para que aparezcan los votos. Si no, será difícil. El gobernador Uñac dispone del poder de fuego suficiente para que los legisladores se enfoquen en las necesidades de la gestión. Lo hizo ya con Maira Riofrío, tiene excelente relación con la bloquista Graciela Caselles, y hasta el propio Gioja podrá comprender fácilmente la orientación de la conveniencia para la provincia. Justo él, que hizo un culto de esa mirada dedicada hacia la gestión, en tiempos en los que debió encapsular sus diferencias con Néstor y Cristina. Excepto, claro, que haya un incendio.

El voto de Gioja arrastra a los de Daniel Tomas –un fiel ladero desde todos los tiempos- y en menor medida el de Daniela Castro, los otros dos legisladores del FpV. Nuevamente, el tiempo tendrá la respuesta.

Y justamente el tiempo será factor en un plazo intermedio, que es el que resta de aquí a las elecciones de medio término el año próximo. Se descuenta que José Luis Gioja buscará ocupar una banca en el Senado, regresar al terreno donde supo jugar en primera tantos años, previos a su llegada a la gobernación sanjuanina. Se descuenta también que Sergio Uñac será el encargado de armar las listas de diputados nacionales para esa renovación, sin salirse del lógico clima de consenso.

En esa renovación tal vez estén las herramientas que podrán operar en el segundo tramo de la gestión. Siempre y cuando la cosa a nivel nacional mejore, el tiempo dirá.