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ANÁLISIS
Pagni: Gradualismo signado por la Justicia. Canedo: Perinola y precios
25/08/2016

Un gradualismo signado por la Justicia

LA NACIÓN

CARLOS PAGNI

Desde que la Corte Suprema falló sobre las tarifas del gas, el contexto político en el que se mueve la economía sufrió una importante mutación. Con la obligatoriedad de las audiencias públicas, se abrió el campo de una batalla para la que se preparan ahora todas las fuerzas políticas. La consecuencia más inmediata es que el Gobierno no podrá presentarse a ese combate con los aumentos previstos. La aritmética de Juan José Aranguren está en revisión. Por lo tanto, y ésta es la segunda consecuencia relevante del pronunciamiento de los jueces, los números fiscales deben ser recalculados. Al gradualismo del Ejecutivo se le agrega el gradualismo judicial.

Frente a estas novedades, los operadores económicos pretenden ver los cálculos del presupuesto 2017, que Alfonso Prat-Gay enviará al Congreso el mes que viene. Si la reducción de gastos será más moderada, la clave para alcanzar el equilibrio será el nivel de crecimiento. Ayer, Marcos Peña abrió ese debate en Diputados con una picardía: "El referente económico del candidato del Frente para la Victoria (FPV), Miguel Bein, pronostica que el año que viene la economía se va a expandir 5%. Nosotros somos más moderados". El combate comenzó.

Macri es metódico al extremo. Por eso la necesidad de reorganizar sus objetivos, impuesta por la Corte, lo vuelve más ansioso. En la última reunión de gabinete ocurrió lo que se creía imposible: amonestó a Aranguren por gradualista. La impaciencia tiene dos motivos: el ajuste será menor y más lento. Era lo que aconsejaba, en una inesperada coincidencia con Jorge Bergoglio, el asesor Jaime Durán Barba. Pero lo lograron los jueces.

El vicejefe de Gabinete Gustavo Lopetegui no terminó de definir con Aranguren la nueva estrategia tarifaria. Hasta anoche pensaban elevar el precio promedio del gas de 1,3 a 3,5 dólares por millón de BTU, y no a 4,7, como tenían previsto antes de la sentencia. El objetivo es producir aumentos semestrales para, en diciembre de 2019, converger con el precio de mercado. Hoy equivale a 7 dólares.El nuevo esquema de tarifas impacta sobre el nivel de déficit fiscal. En el planteo originario, el Estado pensaba ahorrar 2800 millones de dólares. Ahora sólo ahorraría 2000. Quiere decir que se gastarán 800 millones más que lo calculado. El recorte se hará a fin de año y el año que viene se mantendrá la pendiente actual. Por lo tanto, la suba de las tarifas ya no permitirá al Tesoro reducir el déficit en 2 puntos del PBI en el bienio 2016-2017. Tendrá que contentarse con un solo punto. Lopetegui no podrá dar otro tijeretazo sobre el precio de la luz en enero, como tenía pensado. Y queda otra incógnita: la Corte resolvería a comienzos de septiembre un amparo sobre las tarifas eléctricas.

La corrección del déficit fiscal será más parsimoniosa no sólo por el contratiempo tarifario. Macri ya había aflojado el torniquete sobre el gasto con la reforma jubilatoria. Al pagar los reclamos atrasados renunció a achicar el déficit en otro punto del PBI. Y todavía falta conocer el costo de la nueva escala del impuesto a las ganancias. Corolario: pasar de una meta del 4,8%, como la que rige para este año, a otra del 3,3% para diciembre de 2017 será más exigente.

¿Cómo se financiará ese rojo? En el Banco Central se niegan a aumentar la asistencia al Tesoro. Si este año girará $ 160.000 millones, el que viene Federico Sturzenegger piensa enviar no más de 130.000. Por eso sigue encadenado a una meta de inflación del 17%. Alternativa: que el Estado tome más deuda en el mercado. Aquí se abre una discusión cifrada sobre la voluntad de los inversores para acompañar los niveles de emisión de bonos de la Argentina. Detrás de este debate se puede oír el mantra de Mario Quintana, que es Lopetegui con rostro humano: "El kirchnerismo fue tan desastroso que el mercado nos va a esperar". La apuesta más firme: obtener una mayor recaudación, derivada de un crecimiento más pronunciado.

Peña puso ayer al FPV frente al espejo de Bein y su 5% de incremento del producto. El jefe de Gabinete cree que esa mejora se deberá a la obra pública y la inversión privada. Y a otro factor, del que ayer se ufanó frente al Congreso: la caída de la inflación. "De marzo de 2016 a marzo de 2017 será de 23%. Es verdad, nos equivocamos por tres meses. Pero estamos logrando lo que prometimos. La inflación del mes que viene será la más baja de los últimos 10 años".

La desaceleración de los precios es una conquista política invalorable para el oficialismo. El miedo a la inflación es, según todas las encuestas, el factor más corrosivo de la base electoral de Macri. Sobre todo si se lo compara con el temor al desempleo. Peña conoce como nadie esta percepción y por eso ayer intentó llevar el debate a las noticias del Indec.

Además de forzar un replanteo de la estrategia fiscal del oficialismo, el fallo de la Corte obliga al Gobierno a arriesgar popularidad. La discusión de las tarifas dejó de ser una instancia técnica. Es un pretexto para hacer proselitismo.

Lo primero que se debate es el calendario. Macri pidió una audiencia ya. Le explicaron que la convocatoria lleva semanas. Fijaron el 12 de septiembre. Hasta que, como publicó Francisco Jueguen en LA NACION, alguien se percató: "Esa semana tenemos la cumbre de inversores, mejor pasemos todo para el viernes 16". Hubo que corregir el Boletín Oficial. Último imprevisto, insólito: en Twitter aparecieron algunos "mercaderes de la memoria", por utilizar la calificación del español Santos Juliá, quejándose porque el 16 de septiembre se conmemora un aniversario de la Noche de los Lápices. Ironías de la historia: Pablo Díaz, el más célebre sobreviviente de aquella jornada tenebrosa, es director de Pampa Holding, uno de los principales conglomerados energéticos del país, interesadísimo en el aumento de los precios.

La saga de las tarifas comienza a inspirar enigmas. ¿Será verdad que, como informa Hernán Iglesias Illa en su libro Cambiamos, hubo técnicos programando esta operación durante medio año en la Fundación Pensar? Algo es evidente: los que temían aburrirse porque "el gobierno de los CEO" se comportaría como una administración robótica reciben del ingeniero Macri una sorpresa cada día. Hasta bohemios de la partidocracia como Emilio Monzó, Mario Negri, Ernesto Sanz o Federico Pinedo empiezan a parecer más previsibles.

El principal propósito de celebrar pronto la audiencia sobre el gas es desalentar presentaciones de industriales o consumidores ante la Justicia. Esa premura tiene un perjuicio: el ajuste que se convalide el 16 será a cuenta de la revisión tarifaria integral de octubre, que requerirá otra asamblea. El riesgo político se duplica. Anoche en el gabinete estudiaban limitar la primera reunión al gas en boca de pozo, cuyo precio se establecería hasta 2019. La distribución y el transporte pasarían a la audiencia integral. Hay otra discusión en curso. ¿Dónde debe celebrarse este cabildo abierto? Lopetegui y Aranguren proponen la Usina del Arte. En la tecnocracia también hay poesía. Pero los gobernadores peronistas, envueltos en el poncho federal, quieren sembrar de reuniones el interior. La contraoferta oficial es que eso suceda en octubre.

La negociación con el PJ ya dio el primer paso. Alieto Guadagni fue convocado para convalidar, con el resto de los ex secretarios de Energía, la nueva propuesta. Guadagni es una autoridad para muchos peronistas. Por ejemplo, para José Manuel de la Sota, a quien desde la Casa Rosada buscan seducir para atenuar la agresividad de Sergio Massa. Otra línea de conversación involucra a los gobernadores que asumieron en diciembre: Bordet, Peppo, Bertone, Casas, Passalacqua, Uñac. Ese grupo lanzará el 6 de septiembre una especie de línea interna, coordinada con Diego Bossio y el sindicalista Oscar Romero. La fecha es simbólica: recuerda la victoria bonaerense del renovador Antonio Cafiero en 1987. Los gobernadores del PJ están en una encrucijada. Si mortifican demasiado al Gobierno, demoran la solución fiscal de la que también ellos dependen para endulzar el ajuste.

Massa tiene asesores racionales: Roberto Lavagna, Rubén Maltoni, Enrique Devoto. Pero su situación es distinta de la de los gobernadores: carente de responsabilidades ejecutivas, navega en una eterna campaña electoral. Massa tiene otra ventaja: Macri depende de él, porque el Frente para la Victoria juega a la obstrucción. De lo contrario, lo contaminaría con el pasado kirchnerista. Ayer, un ministro recordaba: "Sergio era jefe de Gabinete mientras De Vido y Moreno ejecutaban su desastrosa política energética".

“Todos piden”: perinola de tarifas y precios

CLARÍN

DANIEL FERNÁNDEZ CANEDO

El Gobierno trabaja a paso redoblado en el nuevo marco tarifario del gas para presentarlo en la Audiencia Pública prevista para el 16 de septiembre.

Pretende tener el proyecto listo en los primeros días del mes próximo, con el fin de que las organizaciones empresarias y de consumidores tengan 10 días para analizarlo a fondo.

La idea inicial es abandonar en parte el esquema que fijaba un aumento tope del 400% y avanzar en otro que otorgue “previsibilidad en los aumentos y por tanto, en la baja de subsidios, para los próximos años”, al decir de uno de los funcionarios del área energética.

Ese nuevo marco, entonces, estaría determinado por el del precio del gas importado.

Esa relación tiene una lógica: hoy la Argentina importa el 25% del gas que consume y todo indica que, por lo menos en los próximos cinco años, hasta que repunte la producción local, deberá seguir comprando en el exterior.

El período, incluso, es optimista. Muchos expertos creen que el país ingresó en un ciclo como importador de energía del que no podría salir ni en el corto ni en el mediano plazo.

Hay un punto relevancia a partir de la realidad: con el esquema vigente hoy, la tarifa de gas cubre sólo un 15% del precio del producto importado, un punto de partida bajo para imaginar el esquema que el Gobierno presentará en la Audiencia Pública. En esa instancia, a diferencia del pasado, también se discutirá el valor del gas en boca de pozo, un precio sobre el que el Ejecutivo tendría la facultad de fijarlo libremente.

La marcha atrás sobre los aumentos de las tarifas de luz y gas generaron, a su vez, un motivo adicional para la baja de la inflación en agosto que pronostican tanto dentro como fuera del Gobierno.

Los funcionarios aseguran que con el nuevo escenario, hoy les resulta posible arriesgar una inflación de 1,5% por mes en el último trimestre del año.

Ese dato refuerza la situación de lo que los economistas denominan la “puja distributiva” que con distintos ribetes está subiendo de tono en forma pronunciada en las últimas semanas.

Sólo para mencionar algunos hechos, habría que destacar: * Productores de manzanas y peras del Valle del Río Negro regalando fruta en Plaza de Mayo en protesta por los bajos precios que reciben frente a los márgenes que se llevan comerciantes e impuestos.

* Los docentes bonaerenses, que recibieron un aumento de 34%, fueron al paro para pedir una reapertura de la paritaria que los compense por lo que calculan una pérdida de 10 puntos en el poder de compra frente a la inflación.

Pero la puja distributiva tiene otras facetas.

Ante la recesión y la baja de ventas en el primer semestre, van en ascenso los reclamos de los comerciantes frente a las comisiones que les cobran las tarjetas de crédito. Y otros empresarios ya abren el paraguas por lo que denuncian como un aumento fuerte de los productos importadodos que entran al mercado a un precio más bajo que los locales.

Una pata fundamental de los reclamos descansa sobre el problema que genera le tendencia cíclica de la economía argentina al retraso del dólar.

Marcelo Loyarte, director de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrado ( CAFI) concentró su reclamo de la siguiente manera: “Pasamos de un dólar a $ 16 en marzo a otro de $ 14,60 pero con costos más altos. Seguimos muy caros en dólares: hay que ver cómo bajar los costos fiscales y laborales”.

La síntesis es clara. Para los productores de fruta, su problema tiene tres caras: el dólar a menos de $ 15, la carga impositiva y los salarios que deben pagar , y la falta de soluciones a la vista para esos reclamos.

Los industriales de la alimentación, por ejemplo, desempolvaron un trabajo del Instituto Argentino de Análisis Fiscal de enero de 2015, en el intento de hacer notar su posición frente a la nueva realidad, caracterizada por caída de ventas y amenaza de productos importados.

Ese trabajo, dirigido por el economista y ahora funcionario Nadín Argañaraz, calculó el costo impositivo argentino (nacional + provincial + municipal) contenido en toda la cadena de elaboración y comercialización de un alimento.

Y concluyó que, en promedio, la carga tribuatria asciende a un 40,5% del precio de los alimentos, con el agravante que se trata de un promedio para los productos que tributan la alícuota del IVA del 10,5% (carnes, frutas, verduras, etc) y los que tributan 21%.

Ya la industria automotriz calculó que los impuestos representan más de la mitad del precio de un auto y en la historia económica reciente son conocidas las elevadas cargas impositivas sobre los combustibles y los cigarrillos.

El tema es que ahora la discusión cobra relevancia por la situación de estancamiento económico que se viene prolongando en los últimos cinco años y que dificulta el traslado a precios de los mayores costos.

Otra vuelta de tuerca la están dando los empresarios, especialmente los industriales pymes, por lo que consideran la amenaza de las importaciones.

Vicente Lourenzo, directivo de la CAME, se quejó por la implementación de las compras “puerta a puerta” del exterior haciendo un cálculo.

El sistema de courrier le permite a una persona comprar por US$ 1.000 por envío, lo que puede hacer cinco veces al año pagando un impuesto del 50%.

Lourenzo, en un cálculo evidente a mano alzada, dice: “Masificado a nivel país, son US$ 4.000 por familia por cinco envíos al año, que suman US$ 20.000. Esto, por un millón de familias, podría alcanzar a los US$ 20.000 millones, que se irían en productos chinos”.

Y agregó: “Masificar la posibilidad de comprar un producto chino vía internet con entrega a domicilio es, para el consumidor, tocar el cielo con las menos. Obviamente la gente le va a comprar a la plataforma china, que le cuesta 60% u 80% más barato, aún pagando la tasa del 50%”.

La definición es rica en contendio: un consumidor que “toca el cielo con las manos” pagando 60% menos por un producto chino es una fotografía de la cíclica disputa entre la competitividad de la Argentina y el cíclico atraso del dólar que parece no encontrar salida.

La “puja distributiva” se pronuncia y el Gobierno se prepara para lo que cree será una disputa difícil.

En el escenario de una baja inflacionarias a fin de año que marque un aumento de 1,5% mensual de los precios, la inflación proyectada hacia adelante sería menor al 20%.

Los gremios reclaman mejoras teniendo en la cabeza la inflación del año, que es calculada en un 40%.

La pregunta que desvela al ministro de Trabajo, Jorge Triaca, es: ¿se logrará discutir paritarias con un parámento del 10 al 20%, o la presión política dterminará que lo hagan por el doble?

El punto cobra relevancia en un contexto en el que, como en una curiosa perinola, salió “todos piden” y en el pozo no quedarían muchas fichas, si es que el Gobierno pretende mantener su objetivo de bajar la inflación por debajo del 20% anual.


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