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OPINIÓN
Escribe Manuel Benítez: La minería argentina tiene mucho para dar
19/10/2016

Minería: tiempo de comunicación también y de consenso

EL CRONISTA

MANUEL BENITEZ*

 

Para comenzar a analizar a la minería como actividad productiva que fomenta el desarrollo social, debemos hacernos algunas preguntas sencillas: ¿Puede existir un mundo sin minería? ¿Puede un país desarrollarse plenamente sin trabajar la potencialidad de sus minerales? Y finalmente, ¿puede nuestro país avanzar federalmente sin minería? ¿Sin industria minera?

El mundo, tal como se ha desarrollado, no puede subsistir sin la minería: desde los albores de las ciencias hasta nuestros días, en nuestra vida cotidiana, los minerales, sus derivados y sus implementaciones cumplen roles determinantes para el desenvolvimiento de la sociedad humana. Por lo tanto, cuando un país con potencial geológico decide renunciar a llevar adelante esta actividad, madre de todas las industrias, debe saber que está también renunciando a un factor importante de desarrollo económico, con su consiguiente desarrollo social. 

Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar a una actividad que es tan necesaria para el desarrollo de una sociedad moderna como la nuestra y, al mismo tiempo, puede ser motor de la economía de un país?

Este interrogante contiene varias cuestiones que surge analizar hoy, porque Argentina requiere más que nunca que la economía se desarrolle de manera eficaz, en bloque, y con un claro sentido federal, atendiendo a todos los sectores sociales.

En primer lugar, el desarrollo a gran escala de esta industria, compleja y de alta sofisticación, es reciente en nuestro territorio. En segundo lugar, implica una gran responsabilidad trabajar con recursos naturales en un mundo donde el crecimiento poblacional no cesa.

Hoy existen comunidades preocupadas por entender la relación de los procesos productivos complejos con la esencial necesidad de que no perturbe el medio en el cual habitamos todos y cada uno de nosotros, y tampoco la salud y los hábitos de cada comunidad en su conjunto; comunidades preocupadas por poder observar que el producto del trabajo minero genere beneficios concretos de desarrollo, principalmente en las regiones en donde el proyecto se lleva adelante.

Es imperativo que la comunidad sea parte concreta del desarrollo y de la vida de un proyecto minero que se instala en su medio. Un elemento escenail en este sentido es la comunicación plena; .la participación de todos los actores involucrados, especialmente las comunidades.

Cuando hablamos de minería, se observa el fenomenal avance que ha tenido la tecnología y la ciencia para la producción de minerales en el mundo, y claramente en nuestro país, el desarrollo económico y social que se genera, no solo en las comunidades en las cuales se trabaja sino también respecto de las arcas nacionales, en cuanto a impuestos recaudados que luego van a la comunidad toda. 

Se observa también, la profesionalización del trabajo con respecto a la licencia social en cada proyecto que hoy se desarrolla en nuestro país.

En este aspecto, se advierte una conexidad directa entre comunicación y consenso. A partir del diálogo abierto es que se debe cimentar el vinculo con la comunidad donde crece el proyecto, y la cual participa directamente y debe sentirse identificada con ese sueño productivo que es una mina; también promover el consenso entre los que participan en un proyecto minero y entre los que asumen el riesgo de la inversión, los representantes institucionales de los ciudadanos, cualquiera sea su competencia, y la opinión pública, la cual hoy más que nunca se siente responsable de los recursos naturales que hacen al presente y al futuro de la nación.

No imagino un mundo sin minerales trabajados por la mano del hombre, y soy optimista cuando observo, por ejemplo, el proceso de diálogo que se está dando en la provincia de Mendoza, con todos los actores sentados a una misma mesa discutiendo a fondo, todas y cada una de las cuestiones que hacen a la minería sin dejar ningún tema afuera del tapete.

El gobierno nacional también percibe a la actividad minera como fuente de inversión y desarrollo con respeto a la seguridad jurídica y al medio ambiente.
La minería da hoy el debate, y lo seguirá haciendo, porque es la mejor manera de mostrar los beneficios de una actividad tan noble y necesaria para la vida de todos los pueblos. 

La Argentina está aún escalando la cuesta de su destino, en donde los vientos del desarrollo se deberán manifestar; no me cabe duda de que en cuanto a la minería, el paso previo es la comunicación y el consenso. Logrado eso, lo demás viene por añadidura: la minería tiene mucho para dar, para bien de todos.

*Ex Presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM)


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