José Antonio Viera-Gallo*
La reciente visita oficial del presidente Mauricio Macri a Chile ha sido una nueva ocasión para reiterar la voluntad de ambos gobiernos de proyectar sus relaciones hacia adelante, generando un factor de mayor integración de la región y su apertura inteligente al mundo. Argentina y Chile tienen por delante una agenda de futuro.
Por ejemplo, los equipos técnicos de nuestros respectivos gobiernos están logrando importantes avances en la negociación de un nuevo acuerdo de complementación económica y comercial, un instrumento de última generación que busca brindar mayor certidumbre a los empresarios con la perspectiva de participación conjunta en las cadenas de valor y conquistar así nuevos mercados.
La expectativa es que en un plazo no mayor a tres meses, hayamos logrado los consensos necesarios que permitan la firma del nuevo acuerdo, que incluirá nuevas materias, como Facilitación del Comercio, Obstáculos Técnicos al Comercio, Medidas Sanitarias y Fitosanitarias, Política de Competencia, Compras Públicas, Servicios, Inversión y Aspectos Institucionales, Género y Comercio y Medio Ambiente, entre otros. Hasta la fecha se han concluido diez capítulos, con notables avances en los restantes.
Además, es importante resaltar que ya está vigente el Acuerdo para evitar la doble tributación entre Chile y Argentina, lo cual esperamos tenga también un efecto para el fomento de las inversiones directas y el comercio recíproco. Hoy, Argentina concentra cerca de $ 18.437 millones de capitales chilenos, ubicando a este país como el segundo destino de la inversión de Chile en el exterior, después de Brasil, en variados sectores de la economía local: Servicios (38%), Industria (24%), Energía (20%), Agropecuario/Silvícola (10%) y Minería (8%).
Asimismo, nuestros países han incentivado el diálogo entre la Alianza del Pacífico (instancia en la cual Argentina es país Observador) y Mercosur, estableciendo una hoja de ruta con actividades concretas para trabajar conjuntamente en temas como acumulación de origen, facilitación de comercio, cooperación aduanera, promoción comercial y pymes, barreras no arancelarias y promoción del comercio de servicios, entre otros temas.
Además, en los últimos años hemos reanudado los contactos entre las provincias argentinas y las regiones de Chile, con encuentros binacionales en diversas ciudades, que nos están permitiendo abordar desafíos específicos en materia de conectividad, infraestructura, corredores bioceánicos y pasos fronterizos. Cabe señalar también los avances que estamos logrando en infraestructura binacional, como el túnel Agua Negra, que unirá la Provincia de San Juan y la Región de Coquimbo, el proyecto de túnel Las Leñas para unir San Rafael con Rancagua y el puerto de San Antonio, y las inversiones en el paso Los Libertadores para facilitar el flujo de personas y mercancías hacia Valparaíso.
En materia energética hay importantes avances, tanto en el uso de los gasoductos existentes como en interconexión eléctrica y cooperación en materia de energías renovables.
También en Santiago los presidentes hablaron de protección de la naturaleza a través de parques binacionales, implementación de los compromisos asumidos en el Acuerdo de París sobre cambio climático, áreas marítimas protegidas y cumplimiento del protocolo medioambiental antártico.
La presencia de la presidente Michelle Bachelet en el concierto sinfónico en el teatro Colón el 19 de julio en homenaje a los 100 años de Violeta Parra es una muestra de la importancia que tienen también los vínculos culturales, así como la cooperación en investigación científica en los mares australes y otros campos. Sólo queda seguir apurando el tranco.
*Embajador de Chile en Argentina
