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ANÁLISIS
Ricardo Alonso: Historia forense del medio ambiente
18/01/2019
MINING PRESS/ENEREWS

RICARDO ALONSO*

La evolución del planeta Tierra ha dejado marcas en el registro sedimentario que permiten descifrar como fueron los ambientes que se sucedieron desde que la corteza se enfrió y las aguas y la atmósfera comenzaron a interactuar.

Desde que el mundo es mundo, esto es desde unos 4000 millones de años atrás, el ambiente y los sucesivos ambientes que se sucedieron hasta nuestros días, dejaron su marca impresa en los sedimentos que se acumularon, sin prisa y sin pausa, a través de los eones. Hay una etapa oscura que va desde el origen mismo del planeta a partir de la nébula solar hace unos 4566 millones de años hasta el momento en que se tienen los primeros registros concretos de rocas sedimentarias. Esa época se ha dado en llamar Hádico en recuerdo del Hades infernal.

Los primitivos océanos ocuparon las grandes cuencas meteoríticas y fueron de agua dulce proveniente de los impactos cometarios. En algún momento, indeterminado, se alcanzó el punto triple del agua y comenzó el ciclo hidrológico con el cual las aguas que evaporaban se condensaban en nubes y precipitaban a tierra arrastrando a su paso materiales sueltos que se decantaban en aquellas pretéritas depresiones proto oceánicas. Muchas evidencias de esos tiempos han sido obliteradas por la dinámica planetaria posterior la que amasó rocas y sedimentos convirtiéndolas en masas metamórficas informes.

La emergencia de la vida es otro hito mayor en la evolución y se ha dado en llamar Geozoico (de geo, tierra y zoico, vida) al periodo que va desde las primeras evidencias de vida hasta nuestros días. Ello representa un lapso de aproximadamente 3700 millones de años. Durante ese tiempo la vida se ha diversificado a partir de organismos unicelulares exclusivamente pequeños hasta incluir formas multicelulares grandes y complejas. Las huellas dejadas por los organismos a través del tiempo geológico son esenciales para comprender diversos mecanismos de la evolución.

En líneas generales en el ambiente quedan registradas las marcas de origen físico y biológico. Las de origen físico son aquellas formadas por los agentes meteóricos y los fluidos como el agua, el viento y el hielo. Se conocen cientos de estructuras que se han preservado en las rocas sedimentarias y que son una evidencia indirecta del mecanismo que las produjo. La presencia de arcillas agrietadas en polígonos irregulares se conocen como grietas de desecación. Se las puede observar actualmente en cualquier lugar donde se haya acumulado barro y luego se haya desecado. Se las encuentra cerca de cuerpos de agua como ríos, lagos o en los bordes de algunas playas marinas. Su hallazgo en rocas sedimentarias antiguas indica que esos fangos depositados en un cuerpo de agua somero, quedaron expuestos a la intemperie y el sol los desecó dando lugar a las mencionadas grietas.

Otro registro son las gotas de lluvia las cuales al impactar en superficies fangosas frescas dejan pequeños cráteres. En rocas antiguas estas marcas de gotas de lluvia han servido para calcular la densidad de la atmósfera entre otros parámetros de interés. En Sudáfrica se encontraron rocas formadas por sedimentos marinos que tenían abundantes marcas de gotas de lluvia de precipitaciones que habían ocurrido 2700 millones de años atrás. También el granizo deja marcas muy particulares en los sedimentos y estas se pueden preservar en el tiempo, como en los casos anteriores, si se dan condiciones especiales de acumulación.

Otro rasgo de interés para la interpretación ambiental son las marcas de oleaje u ondulitas. El oleaje en las zonas de playa sea de lagunas, lagos o mares, e incluso las playas de un río, mueve las arenas y las acumula dando figuras que reproducen ese oleaje. Hay un sinnúmero de estructuras de acuerdo al tipo de corriente, a las direcciones en que se cruzan y si se forman arriba o abajo del pelo de agua. Las ondulitas muestran una cara suave y otra más empinada que señalan de donde venía el tren de olas. En rocas antiguas tienen gran valor porque nos indican la posición del continente primigenio y la dirección de profundización del mar.

Excelentes ejemplos de ondulitas marinas se encuentran preservadas en las rocas del camino que sube a la cumbre del cerro San Bernardo y se formaron en antiguas playas marinas hace 470 millones de años. El camino del perilago del embalse de Cabra Corral es también un interesante muestrario de ondulitas fósiles que comprenden el periodo Cretácico y Paleoceno. Incluso dentro de la Formación Yacoraite, la caliza marina de edad cretácica que aflora ampliamente en el dique, se encuentran hermosos ejemplos de ondulitas gigantes. Y lo mismo ocurre en los demás afloramientos de esa unidad estratigráfica en el norte argentino.

El viento también forma óndulas que se pueden preservar fósiles indicando el ambiente en que se formaron. Las arenas en las zonas de playa se acumulan en capas entrecruzadas que dan lugar a estructuras características. Los témpanos son restos de glaciares y cuando flotan pueden soltar trozos de roca que se van al fondo y al impactar deforman los sedimentos. El hallazgo de esas estructuras es una evidencia de mares o lagos con hielo, al igual que algunos trozos de roca con estrías. Como se aprecia son muchas las evidencias físicas que quedan registradas en los ambientes sedimentarios antiguos y son la llave para su interpretación.

Las estructuras de origen biológico son también muy variadas. Entre ellas se encuentran los estromatolitos, unos tapices calcáreos de origen microbiano que se remontan a más de 3600 millones de años. Hace unos 600 millones de años aparecieron unas formas con aspecto de medusas gigantes llamadas la fauna ediacariana. Al extinguirse éstas, los mares se poblaron con unos gusanos de cuerpos blandos que se arrastraban por el barro del fondo y dejaron grabadas sus huellas para la posteridad. El norte argentino es poseedor de excelentes ejemplos de esas trazas fósiles que se conservan en lajas verdes y que provienen de los núcleos montañosos de la Cordillera Oriental.

Hace unos 540 millones de años se produjo el big-bang de la vida multicelular dotada de exoesqueletos y los mares se poblaron de numerosos invertebrados entre los que destacan los trilobites. Estos dejaron sus marcas en los fondos marinos las cuales se conocen como cruzianas. Las rocas de la Sierra de Mojotoro son prolíficas en esas trazas fósiles de gran valor documental sobre la actividad vital de los trilobites. Más tarde aparecen las plantas que son dominantes en el periodo Carbonífero. Las marcas de raíces se hacen presentes en el registro geológico. Aparecen también los anfibios y los reptiles que van a dejar sus improntas en los barros fósiles.

El Mesozoico es el reinado de los dinosaurios y las huellas de estos animales aparecen ampliamente registradas en las rocas de esa época en casi todo el mundo. En el norte argentino se han encontrado gran cantidad de huellas de dinosaurios tanto bípedos como cuadrúpedos, carnívoros y herbívoros. Las huellas o icnitas son excelentes indicadores ambientales. Un conjunto de pisadas permiten hacer inferencias biomecánicas acerca del tamaño de los animales, su peso, altura, posición al caminar, velocidad a la que se movían, gracilidad o torpeza, entre otros múltiples aspectos. Las pisadas son la representación viva del animal preservada como una fotografía en el tiempo. En el periodo Cenozoico dominan los mamíferos y las aves. Las huellas de estos animales se han encontrado en distintos tipos de rocas, tanto en playas de antiguos ríos, en zonas de dunas y desiertos, en llanuras fangosas, entre otros ambientes. La actividad de lombrices y raíces han dado lugar a bioturbación que ha quedado registrada en los ejemplos de paleosuelos o suelos fósiles.

Las marcas dejadas por los elementos meteorológicos y climáticos, los agentes de la dinámica interna como los vientos, el hielo y el agua, así como la biota en sus distintas etapas de evolución han quedado documentados en el extenso registro sedimentario del planeta y constituyen la evidencia de la sucesión de ambientes que transcurrieron en una región a lo largo del tiempo geológico. La búsqueda de petróleo y de muchos minerales está directamente relacionada a descifrar esas evidencias.

*Doctor en Ciencias Geológicas (UNSa-CONICET)

 


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