Los mercados de América Latina anotaban pérdidas fuertes por segundo día este jueves debido a las continuas preocupaciones de que la política económica que aplicará el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, pueda traer sorpresas comerciales desagradables para los países de la región.

A las 1631 GMT, el real de Brasil caía casi 4,5% a 3,358 por dólar. El peso de México, que el miércoles ya había sufrido una baja grande por la inesperada victoria de Trump, cedía un 3% a 20,50. Las bolsas de ambos países también se hundían.

Barclays dijo en un reporte que había revisado sus proyecciones para la economía estadounidense. "Asumimos la implementación de políticas comerciales restrictivas, incluyendo aranceles de 15% y 7% a las importaciones de China y México, respectivamente, a comienzos de 2017", dijo.

Esta expectativa representa una visión ya más concreta respecto de los planes generales que había mencionado Trump durante la campaña electoral, cuando dijo que renegociaría el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) -que incluye a México y Canadá- en favor de la industria nacional.

Más allá de algunos lineamientos amplios, ni Trump ni sus posibles funcionarios han planteado medidas específicas aún, lo que acentuaba la ansiedad entre los operadores. Un asesor dijo que se concentraría en impulsar el crecimiento económico y de las pequeñas empresas.

A la incertidumbre por el lado comercial se agregaba un factor de presión financiero, con una subida de los rendimientos de los bonos del Tesoro de Estados Unidos que fortalecía al dólar frente a todas las otras monedas, en perjuicio de los activos más riesgosos y de mercados emergentes.

La escalada de los retornos de los títulos estadounidenses a su vez tenía que ver con un repentino incremento en las expectativas de inflación de Estados Unidos. "Alterar los acuerdos comerciales (...) probablemente aumente la inflación por medio de una menor oferta", dijo Nomura en un reporte.

Pero el movimiento de los mercados latinoamericanos todavía parecía más una corrección en curso, que un pánico que pudiera llevar a las autoridades de la región a tomar medidas contundentes. El miércoles, contra algunas especulaciones, el gobierno mexicano se abstuvo de hacer anuncios.

La visión negativa en parte era compensada por la mejora de los valores de productos exportables como el cobre, clave para Chile y Perú. "Un mayor gasto público (en infraestructura en Estados Unidos) (...) es un buen augurio para los precios de las materias primas", dijo BofAML en un informe.

En esa línea, el peso chileno y el sol peruano cotizaban con bajas leves. El peso colombiano, con una alta dependencia de los ingresos de capitales externos, mostraba mayores retrocesos. El peso argentino se movía con caídas limitadas.

"El peso se está moviendo por la caída del real de Brasil", dijo un operador en Buenos Aires y señaló que "el mercado está operando sin mayores presiones". La moneda argentina se vio apuntalada este año por el ingreso masivo de dólares gracias a una amnistía fiscal que lanzó el gobierno.

El peso mexicano ha sido la moneda más castigada por el surgimiento de la figura de Trump, quien también habló de construir un muro en la frontera y restringir la inmigración. El banco Banorte-IXE dijo en un reporte que la moneda podría terminar el 2016 incluso arriba de 22,0 por dólar.