Por NICOLAS SHUMWAY* HISTORIADOR (DECANO DE HUMANIDADES DE RICE UNIVERSITY, HOUSTON, EE.UU.)
Cómo verán el kirchnerismo los historiadores del futuro? Con dificultades, imagino, porque el kirchnerismo ha mostrado un deslumbrante multifacetismo . Néstor Kirchner llegó al poder en un momento sumamente difícil. La economía estaba por los suelos, igual que la imagen del país. Tomó las riendas presidenciales después de una campaña muy reñida, víctima de la jugada sucia que le hizo Menem al retirarse antes de que se realizara el ballotage.
Resultaba difícil discrepar con las medidas tomadas por el ex presidente cuando comenzó su mandato. Hizo excelentes nombramientos en la Corte Suprema, resucitó las investigaciones por los crímenes cometidos durante el Proceso y abrazó una política económica que consiguió una tasa de crecimiento no prevista por nadie. Además, tuvo mucha suerte al ver incrementar de forma inverosímil la demanda de productos agrícolas argentinos particularmente en los nuevos mercados asiáticos.
Sin embargo, pese a sus declaraciones de “hacer de Argentina un país serio”, el ex Presidente nunca consiguió cambiar la imagen internacional de la Argentina . Además del default, que no fue poca cosa, él mismo se saboteó por protagonizar episodios beligerantes más dignos de un adolescente enojado que de un estadista serio.
Se especializó en crear enemigos útiles y en insultar a acreedores europeos, al presidente de los EE.UU., o a los directores de la Sociedad Rural sin ninguna necesidad , por citar algunos de sus oponentes. Por sus rabietas, se ganó en el exterior fama de ser un cascarrabias para quien un contrato tenía el mismo valor que una sugerencia. Sin duda es una pena que haya quedado de él esa imagen porque no le faltaron logros importantes.
Pasar la presidencia a su mujer después de un solo mandato pareció preparar el camino para una larga presidencia kirchnerista con una alternancia ininterrumpida , tal vez por décadas. Esto obviamente no ocurrirá debido a la inesperada muerte del ex Presidente. Sin embargo, pese a la tragedia, fue posible que se abriera camino para que Cristina Fernández de Kirchner llevara a cabo su propia agenda política . Para desprestigiarla, se inventó el rótulo de “la presidencia matrimonial”. El término -sin duda misógino- parecería pintarla como un títere de su marido. No lo veo así. He leído muchos textos de la Presidenta, la he escuchado por televisión y la he visto actuar en foros públicos. A pesar de algunos tropiezos, se ha manifestado siempre como una mujer inteligente y preparada, capaz de tomar decisiones por cuenta propia . También la admiro por su esforzada defensa de los derechos humanos, su independencia frente al alto clero de la Iglesia, y su apoyo a la igualdad matrimonial.
Esto no quiere decir que todas las decisiones de los Kirchner hayan sido buenas. Desafortunadamente, poco a poco recayeron en algunos de los malos hábitos del peronismo que una y otra vez han llevado al país, si no al desastre, al estancamiento. Por ejemplo: una injerencia gubernamental innecesaria en casi todo, control de precios y salarios (o “acuerdos” para usar el eufemismo oficial), políticas desvinculadas del mercado, exorbitante crecimiento en la cantidad de empleados públicos , contratos y subsidios otorgados con favoritismo, retenciones distorsivas, fantasías disfrazadas de estadísticas, clientelismo. Y una retórica de la victimización que asigna la culpa de todo a los enemigos útiles que el peronismo siempre ha invocado: la oligarquía, el imperio, el capitalismo mundial, los vendepatria, etc. Está por verse en qué resultarán estas medidas, pero si algo nos enseña la historia es que a la larga suelen llevar al estancamiento, lo cual llegará, según los más pesimistas, cuando caiga el precio de la soja.
Sería una lástima que esto pase porque, si no me equivoco, la Argentina está viviendo un momento parecido a la época dorada de 1880 a 1930 . La demanda mundial por productos agropecuarios que la Argentina produce mejor que nadie sigue aumentando y hasta los pronósticos más conservadores no prevén una disminución en esta demanda.
¿Qué hacer con esta oportunidad? Mucho depende de las decisiones que tomen los gobiernos de los próximos diez o veinte años y del apoyo que consigan del electorado. Según los sondeos, Cristina Fernández de Kirchner será una de esos gobernantes. No me cabe la menor duda de que ella sea capaz de aprovechar el momento y tomar decisiones que conducirán a instituciones más fuertes , coherencia tributaria, y políticas públicas basadas en realidades y no en ideologías.
*Autor de “Historia personal de una pasión argentina” (Emecé, 2011).
