Por Javier Blanco.
Los precios del dólar marcaron ayer nuevos récords en la plaza local, tanto en el segmento legal como en el ilegal, al cabo de una jornada en la que el Gobierno descartó toda posibilidad de volver a devaluar abruptamente el peso, como sucedió en enero.
"Siempre que el tipo de cambio aumenta bruscamente, Argentina enfrenta situaciones de tensión. Quieren volver a esquemas de principios de los ´80 de devaluación-inflación-nueva devaluación, pero este gobierno no lo va a aplicar", dijo el viceministro de Economía, Emanuel Álvarez Agis, en un raid radiofónico matinal con el que buscó desalentar esas expectativas.
Sin embargo, con las horas quedaría en claro que sus definiciones fueron, para ahorristas e inversores, un mal presagio: el valor del dólar físico en operaciones de calle llegó a dispararse hasta un nuevo máximo de $ 14 y el Banco Central (BCRA) convalidó la tercera mayor devaluación del peso en lo que va del año -sólo inferior a aquellas de enero-: permitió un avance de casi 8 centavos en el dólar mayorista, que saltó $ 8,3230 a 8,3950 haciendo que la devaluación oficial en el mes se triplique (era del 0,75% y llegó al 2,24%) en apenas dos días, justo cuando más se teme un déjà-vu.
"El mercado oficial arrancó más remolón que de costumbre. Se esperaba una señal del BCRA, pero faltó a la cita", bromeó un operador en alusión al tiempo transcurrido hasta que la entidad interviniera, como es usual. "Sólo cuando la devaluación llegó al 1% en el día, vendió 10 millones de dólares de las reservas para indicar que no toleraría una baja mayor", precisó luego.
Esa intervención, las ventas de dólar-ahorro (US$ 9,1 millones en el día/US$ 210 millones en el mes -récord-), y los pagos por energía estuvieron detrás de la caída en US$ 89 millones que, al final del día, mostraron las reservas, quietas en US$ 28.850 millones desde el nuevo default.
UN FANTASMA REMANIDO
El temor a las derivaciones del aislamiento financiero en el que quedó el país tras el default, y la posibilidad de que la ley de pago local de la deuda lo prolongue, regeneraron el miedo a un salto devaluatorio, en momentos en que el "premio" por mantenerse en pesos se ha esfumado tras la baja en las tasas de interés de referencia impulsada por el BCRA en un intento por reanimar la economía.
Incluso ayer ese miedo se exportó a Uruguay, que sufrió una baja de 0,5% en su moneda. El dólar allí marcó un récord de $ 24 uruguayos (máximo desde 2009) mientras costaba 16,90 comprarlo con pesos argentinos. Esa expectativa está detrás de la reticencia a liquidar que mostraron ayer los exportadores: vendieron apenas US$ 105 millones, la menor cifra desde el 5 de febrero, es decir, cuando seguían los cimbronazos por la devaluación de enero.
Previendo esta reacción, Alvarez Agis fue enfático en desechar una nueva corrección. "El tipo de cambio tiene que ser lo suficientemente competitivo para beneficiar a las economías regionales, pero no tan alto como para afectar las importaciones", dijo el funcionario más cercano al ministro Kicillof. Pero sus dichos recrearon fantasmas del pasado reciente. "En mayo de 2013, y con el dólar en $ 5,25, fue la propia Cristina Kirchner la que dijo que los que quisieran ganar plata a costa de una devaluación tenían que esperar a otro gobierno ... Ocho meses después, devaluó", recordó ayer un operador para explicar el impacto que los dichos de Álvarez Agis tuvieron.
Las implicancias del fallido operativo para irradiar calma se observan al reparar que el salto del paralelo no se dio para mantener distancia con los tipos de cambio que surgen de los negocios en Bolsa (ayer subieron menos), sino que estuvo vinculada con el despegue del dólar oficial.
Las lecturas que se hacen de la última jugada del Gobierno coinciden en señalar el riesgo de una mayor presión cambiaria. "Argentina continuará aislada del mercado global cuando los dólares le son un bien escaso", dice la consultora Delphos Investment. "Es de esperar un debilitamiento del peso en los mercados oficiales y no oficiales, que profundizaría la recesión en curso", advierte David Rees, analista de emergentes de Capital Economics.
DISTINTOS SIGNOS DE NERVIOSISMO
Precios y montos que reflejan la presión cambiaria
$ 13,95
Cierre del blue Llegó a venderse hasta $ 14 y aceleró la suba tras saberse del despegue del dólar oficial
$ 8,3950
Dólar oficial mayorista Saltó 7,2 centavos en el día y acumula 11 en dos jornadas. La devaluación oficial del peso llega a 2,24% en el mes, la mayor desde enero
US$ 210 Millones
Es el monto de las ventas de dólar-ahorro por bancos y agencias en lo que va de agosto. Es la mayor cifra para un mes desde la reapertura parcial del cepo cambiario, hace 7 meses
El Banco Central concretó ayer la mayor suba diaria del dólar desde enero al dejar que el billete oficial trepara a $ 8,405, siete centavos y medio por encima del valor del miércoles. La última vez que la autoridad monetaria había permitido una suba significativa del dólar fue el 23 de enero cuando la divisa saltó 88 centavos. En las cuevas el billete también se apreció, avanzó 45 centavos y tocó un nuevo al cerrar en $ 14.
En la city porteña la demanda de dólares comenzó desde temprano tanto en bancos como en cuevas y Sociedades de Bolsa. Los operadores del mercado coinciden en que la reapertura del canje alimentó el nerviosismo de los inversores.
En los últimos días los grandes inversores y pequeños ahorristas operaron con la convicción de que se vendría una nueva devaluación. Ayer, a medida que la divisa en el mercado mayorista subía, la ausencia de la autoridad monetaria confirmaba la nueva suba. El Banco Central apenas vendió ayer apenas US$ 10 millones para un mercado que movió US$ 107 millones.
Ante el desconcierto del techo que establecería el Banco Central para la divisa, los vendedores desaparecieron del mercado. En las cuevas el billete estuvo muy operado hasta el mediodía cuando cerraron las puertas a la espera de precios mayores.
En la Bolsa todo fue “contado con liqui”. Y este tipo de cambio, que surge de la compra-venta de bonos nominados en dólares, saltó a $ 12,33.
El gobierno lejos de dar señales claras, niega que vaya a devaluar el peso. Ayer el viceministro de Economía, Emanuel Alvarez Agis, tuvo una poco oportuna afirmación. “Argentina tuvo un corrimiento del tipo de cambio importante en enero y ahora lo escuchamos a Méndez (titular del UIA) que pide de vuelta lo mismo. Nosotros no vamos a reinventar la historia. Siempre que el tipo de cambio aumenta bruscamente, Argentina enfrenta situaciones de tensión. Si Méndez quiere volver a esos esquemas que ocurrían a principios de los 80 de devaluación, inflación, nueva devaluación, este gobierno no va a aplicar ese programa”, dijo el hombre de confianza de Axel Kicillof.
Más tarde al divisa oficial comenzó a dispararse.
Los economistas están convencidos de que esta devaluación no alcanza para recuperar la pax cambiaria. “Con una inflacion del 2% mensual, esta devaluacion no alcanza. Estamos en la misma situación de diciembre, como los precios siguieron creciendo a un ritmo mayor que la devaluación, otra vez estamos en situación de retraso cambiario”, explicó a Clarín Hernán Lacunza, gerente General del Banco Ciudad.
La incógnita de los analistas pasa ahora por determinar si el BCRA seguirá corriendo de manera gradual el tipo de cambio o como si aplicará una abrupta devaluación como la de enero. “Este movimiento del tipo de cambio va a incrementar las expectativas de devaluación. Si el Gobierno persiste en este tipo de microdevaluaciones va a acelerar la inflación”, explica Maximiliano Castillo, director de la consultora ACM.
Pese al ajuste del tipo de cambio, la brecha con el blue se disparó ayer. La diferencia entre el precio del dólar en casas de cambio y en cuevas ya es del 66%. “No hay que subestimar al mercado paralelo, porque más allá de que sea ilegal termina contaminando al mercado formal. Genera que la oferta de exportadores se retraiga, no liquidan sus divisas, mientras que importadores anticipan sus compras”, advierte Lacunza.
Ayer el Banco Central quebró la racha compradora que lo caracterizó desde que asumió la presidencia Juan Carlos Fábrega.
Las reservas cerraron en US$ 28.860 millones.
“Las reservas van a terminar el año en US$ 24 o 25 mil millones ante el escenario actual”, afirma Miguel Kiguel. “No es bajo pero la caída en los precios de la soja y el maiz puede generar en 2015 una reducción de exportaciones de US$ 3.000 millones”, dijo el ex secretario de Finanzas.
El dólar oficial avanzó ayer siete centavos y medio, a $ 8,405, la mayor alza en siete meses. Desde el 23 de enero la autoridad monetaria avaló una devaluación de $ 1,21 en sólo cinco días. La brecha con el paralelo, que avanzó a $ 13,95, es del 66 %.
La jornada se caracterizó por una oferta de divisas debilitada por el final de la cosecha de granos y una demanda sostenida, que elevó la cotización mayorista. La suba dejó mal parados a los operadores. Por ello, muchos se quedaron esperando una señal oficial que lo acote y se mantuvieron con un pie al costado. Esto se materializó en un bajo volumen operado, de u$s 107 millones. "Lo que fue sorpresa el miércoles nos volvió a asombrar en esta rueda (por ayer)", comentó un cambista del dólar mayorista, en referencia a los dos saltos. "La ausencia casi completa del Banco Central en la rueda no es de extrañar, pero sí cuando busca recortar una fuerte alza del tipo de cambio", aclaró. Sin embargo, la mesa de dinero que regula el mercado se mantuvo al margen al comienzo y sólo vendió u$s 10 millones antes de que cierre el día. Las reservas internacionales finalizaron en u$s 28.860 millones, u$s 89 millones menos que lo registrado el miércoles.
En un mercado convulsionado por la decisión del Gobierno de enviar al Congreso el proyecto del cambio de la sede para el pago de la deuda, el dólar "blue" volvió a dar un salto de 40 centavos y cotizó a $ 13,95, a un nuevo máximo histórico. En lo que va de la semana, el billete paralelo se disparó 75 centavos.
El "contado con liqui" ascendió 19 centavos, a $ 12,38, mientras, el dólar "Bolsa" subió cuatro centavos, a $ 13,14.
Por su parte, la tasa del call money (préstamos interbancarios a cortísimo plazo) bajó 7 puntos porcentuales, al 13%. Operadores relativizaron la pronunciada baja: "Fue normal dado que en estos días son menos los créditos que se precisan para cubrir los baches de billetes. Las extracciones de los clientes se concentran en el inicio del mes".
El segmento accionario operó en terreno positivo, principalmente impulsado por el "contado". Por eso, el Merval alcanzó el 0,9%, a 9.013,03 unidades, minutos antes de oficializarse desde Nueva York que el juez Thomas Griesa no declaró a la Argentina en desacato. "A pesar de la convocatoria de urgencia del magistrado a la nueva audiencia, los activos domésticos se presentaron más estabilizados a la espera de las novedades por el plan de cambio de sede de pago de los bonos", comentó un especialista bursátil.
El papel que se destacó fue el de Aluar, que ganó un 6%. Lo siguieron Siderar (4,7%), Telecom (3,3%) y Comercial del Plata (2,7%). Los que más retrocedieron fueron Pampa (2,2%) y Macro (0,7%).
Dentro de los títulos públicos, el Bonar 2017 disminuyó el 0,6%, el Discount ley Nueva York (que aún no cobró el interés girado), el 1,2%, y el Global 2017, el 1%, mientras el Boden 2015 subió un 0,2%. Los cupones del PBI en dólares que se rigen por la legislación estadounidense mermaron un 3,3%. El riesgo-país se elevó el 2,91%, hasta los 813 puntos básicos.
Por Javier Blanco.
firmeza que mantiene el dólar en todas sus variables bursátiles (ayer el "contado con liqui" cerró a $ 12,25 y el dólar-bolsa fue de 12,90 a 13,15, según el bono) ayudó a inflar nuevamente ayer los precios en pesos de bonos y acciones.
El índice Merval (principal referencia de precios de la Bolsa porteña) cerró 0,9% arriba, con lo que superó la barrera de los 9000 puntos (9013), y el mercado ya debe agradecerle a la dolarización el nuevo máximo que, además, le permite acumular una ganancia cercana al 66% en lo que va del año.
La mejora se fortaleció en la última parte de la rueda, cuando ya se sabía que Griesa, pese a lamentar la decisión argentina de avanzar hacia un canje local para "evadir" su sentencia, no tomaría decisiones.
Los negocios con acciones mantuvieron la tónica de las últimas ruedas: compras sostenidas (que mantuvieron el volumen operado en los $ 190 millones) y enfocadas en papeles que permitan dolarizarse o atarse a la suerte de empresas más expuestas al ciclo global o al ingresos en divisas. Por eso ya no sorprende que Aluar (+6%), Siderar (+5%) o Tenaris (+2,5%) estén entre las más buscadas. En cambio, cayeron eléctricas y bancos, cuyos ADR vienen siendo golpeados en Nueva York.
En los bonos hubo cierres mixtos, ya que algunas cotizaciones llegaron a un nivel que encarece demasiado el arbitraje de monedas.
En tanto, el mercado global entró en zona de vigilia a la espera de los resultados del tradicional simposio de Jackson Hole, que comenzó ayer. Como aperitivo surgieron nuevos datos que dan cuenta de menos pedidos de subsidios por desempleo en Estados Unidos, lo que alienta las especulaciones sobre un escenario de normalización de las variables financieras para los próximos meses..
