Una alteración en el funcionamiento de una antorcha en el complejo de la petrolera en Ensenada generó profunda preocupación. “Hay falta de inversiones para afrontar los gastos de mantenimiento”, dijo a Hoy el especialista Félix Herrero . La Refinería, una bomba de tiempo

YPF , esa gran bomba de tiempo que preocupó a propios y extraños, empezó a activarse nuevamente, pero nadie acusa recibo. Ayer por la mañana, mientras se realizaban tareas de mantenimiento en una unidad de la refinería de Ensenada, se produjo una alteración en el funcionamiento de la antorcha que dejó una nube oscura en el cielo por un largo rato. Y el fantasma del 2 de abril de 2013 volvió a asomar en la región.

Justamente, desde aquella fecha hasta hoy poco se hizo para prevenir una catástrofe en la ciudad y sus alrededores. Ni siquiera se tomó en consideración la palabra de los profesionales de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de La Plata (UNLP), quienes aseguraron que una explosión en cadena podría afectar de manera severa a más de 30 mil vecinos de las zonas aledañas al Polo Petroquímico.

La situación, a fin de cuentas, genera más dudas que certezas. Las mismas que hoy debería tener el titular de la petrolera estatizada, Miguel Galuccio, que parece estar más interesado en los negocios con capitales extranjeros que en la seguridad de los trabajadores de YPF (ver aparte).

“Está ausente el Plan de Contingencia para toda la región. También desconocemos cuáles fueron los motivos de las grandes emisiones que produjo la chimenea”, dijo a Hoy el referente de la ONG Nuevo Ambiente, Marcelo Martínez.

E insistió: “El tema es preocupante, por eso seguimos sosteniendo que tiene que haber un Plan de Contingencia regional. Y, por otro lado, un plan permanente de monitoreo de la calidad del aire”.

Sin inversiones, no hay futuro
Otro de los consultados por nuestro diario, el exdirector de Yacyretá durante el último gobierno de Juan Domingo Perón, Félix Herrero, dejó en claro que “estamos de vuelta con el problema de falta de inversiones para los gastos de mantenimiento. Y los accidentes petroleros se están repitiendo muy seguido en la Argentina. Ya sea dentro de la exploración, la explotación, dentro de la industrialización, en destilerías y en transportes y trenes”.

“El último 2 de septiembre fue la segunda vez que ocurrió algo en un pozo de fracking que se está perforando. Y antes hubo otro accidente en Aguada Pichana (en la provincia de Neuquén), cuando se perdió la pastilla nuclear radiactiva para conocer el perfilaje”, remarcó el experto, quien además sostuvo: “En la destilería de Ensenada, desgraciadamente, se van repitiendo estos accidentes. Gracias a Dios aún no son mortales, pero preocupan desde el punto de vista de la seguridad de la industria petrolera y del prestigio de las empresas”.

Por último, Herrero advirtió que, de no mediar ningún tipo de medida al respecto, el panorama será todavía más alarmante. “Se hace un futuro preocupante, riesgoso, vulnerable, peligroso. Toda esa terminología nueva, que se utiliza con respecto al cambio climático en el mundo o al abuso del fracking en Estados Unidos, se va haciendo cada vez más común en nuestro país también”, concluyó.

Miguel Galuccio y una conducción que deja mucho que desear

Con la inacción a la vista y las incidencias en el Complejo Industrial repitiéndose unas tras otras, todas las miradas apuntan al titular de YPF, Miguel Galuccio. Sin lugar a dudas, su gestión, lejos de hacerse cargo de los problemas de puertas para adentro, los dejó pasar como si nada. Todo esto mientras se tejen oscuras alianzas con el capital extranjero para la explotación de nuestros propios recursos naturales.

“Hay una mala conducción petrolera que, en vez de ir tanto al Vaticano a mostrar rocas de Vaca Muerta al Papa, debería dedicarse a trabajar más dentro de YPF para asegurar la salud y la vida de los trabajadores”, dijo a Hoy el experto en energía, Félix Herrero.

Según Herrero, “en YPF hay muchos elementos directivos que pertenecen a la empresa norteamericana Schlumberger, cuyo interés está dado en sacar réditos altos, elevando los precios de los combustibles. Mientras tanto, los fondos buitres están comprando acciones de YPF y obviamente, todos intereses financieros que están jugando, no van en interés de la Nación ni de los trabajadores de la empresa”.

“Se siguen cometiendo dos errores: La falta de inversión para mantener los equipamientos petrolíferos y la firma de convenios secretos para la exploración y explotación que no sabemos qué contienen”, puntualizó el especialista.