Un nuevo sondeo de la firma MDA otorgó ayer a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, una intención de voto del 47,7% frente al 38,7% de la ecologista Marina Silva en el balotaje, lo que desencadenó otra reacción negativa del mercado, que llevó al real a caer a su menor valor desde 2008, cotizado a 2,457 por dólar, mientras la Bolsa de San Pablo se derrumbó un 4,52% al cierre y las acciones preferenciales de Petrobras registraron la mayor pérdida en seis años.

Rousseff ganará las elecciones del próximo domingo, pero deberá disputar una segunda vuelta frente a Silva, el domingo 26 de octubre, en la que será reelegida con nueve puntos por encima de su rival, según la encuesta realizada por la empresa MDA para la Confederación Nacional del Transporte (CNT).

La muestra estimó que en la primera vuelta la mandataria, candidata del Partido de los Trabajadores (PT), recibirá el 40,4% de los votos, lo que supone un crecimiento de más de 4 puntos respecto de una encuesta realizada por la misma firma la semana pasada. Su rival del Partido Socialista Brasileño (PSB) quedaría en segundo lugar, con un 25,2% (tres enteros menos que la semana pasada).

"Rousseff ya está asegurada como uno de los nombres. Difícilmente la campaña acabará con la primera vuelta", afirmó MDA en sus conclusiones. Agregó además que, dada la tendencia decreciente de Silva, su curva de intención de voto podría en algún momento coincidir con la del socialdemócrata Aécio Neves, por ahora en tercer lugar, con el 19,8%. "Esto genera una indefinición de cuál de los dos candidatos irá a la segunda vuelta", señaló.

Otro sondeo, difundido anoche por la consultora Vox Populi, ratificó el crecimiento de Rousseff, adjudicándole el 46% frente al 39% de Silva en la segunda vuelta. En la primera ronda electoral la petista obtendría un 40% frente al 24% de la ecologista.

Las expectativas generadas por la eventual reelección de Rousseff inquietaron al mercado y llevaron al índice Ibovespa de la Bolsa de San Pablo a desplomarse un 4,52% y cerró la jornada en los 54.625 puntos. Mientras las acciones preferenciales de la petrolera Petrobras cayeron un 11,2%, cerrando la sesión con su mayor pérdida porcentual diaria en casi seis años.

En el tipo de cambio comercial, en sintonía con el desempeño de la Bolsa, el real se depreció un 1,65% frente al dólar, moneda que cerró la primera sesión de la semana negociada en 2,455 reales para la compra y a 2,457 para la venta, en el menor valor de la divisa brasileña desde agosto de 2013.

"La última encuesta mostró que aumentó la intención de voto de Dilma y ésa es una noticia muy mala para los mercados", comentó el economista Wellington Ramos, de la calificadora de riesgo Austin Rating en San Pablo. Hasta hace diez días, todos los sondeos de intención de voto apuntaban a una victoria por un estrecho margen de Silva.

"El mercado no ve con buenos ojos un segundo mandato de Rousseff por varios factores, como la interferencia excesiva en las empresas estatales y una política fiscal expansionista que no permite cumplir metas de ahorro e inflación. Todo eso genera malestar", comentó. "Los inversionistas salen de Brasil" y eso, a su vez, presiona a la baja al real, agregó.

Cuando Silva ponía en duda la reelección de la jefa de Estado, los inversionistas reaccionaron con euforia celebrando la posibilidad de un cambio de Gobierno. Para el jefe de economistas de la consultora Gradual Investimentos, André Perfeito, esa respuesta fue "irracional" e "ingenua". "Parece que Brasil va a quebrar si Dilma gana, lo que no es verdad. Brasil no va bien, pero finalmente los otros candidatos también tendrían una situación complicada si llegan a la presidencia", siguió.

Rousseff, ayer en un acto en Minas Gerais, el segundo electorado más populoso del país, pidió a los electores "cuidarse para que el próximo domingo, vayan a la calle y voten con conciencia". "No podemos dejar que todo lo que conquistamos se pierda. Que se dé marcha atrás en el empleo, en los aumentos de salarios", afirmó.

Por su parte, Mario Battistel, jefe de negociación de moneda de la correduría Fair de San Pablo, opinó que si las siguientes encuestas mantienen el avance de la mandataria en la carrera electoral, "el cielo es el límite para el dólar" y pronosticó que el cambio llegará a 2,5 reales por dólar en el corto plazo.

Brasil enfrenta su cuarto año de crecimiento moderado, y su economía, la séptima del mundo, atravesó una recesión técnica en el primer semestre, con la inflación al alza, rozando el techo de la meta oficial del 6,5%.

Analistas y sectores productivos critican además la falta de infraestructura y de competitividad del gigante sudamericano.

Pero el ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, atribuyó ayer a turbulencias externas la devaluación del real y la caída del Ibovespa, aunque reconoció que existe "especulación interna" relacionada con las elecciones del próximo domingo.

Durante una conferencia de prensa en la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (FIESP), el funcionario, que dejará el cargo si la presidenta fuera reelegida, explicó que esa volatilidad tiene que ver con la expectativa sobre la tasa de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos y agregó que el escenario brasileño tiene vinculación con "la situación en Escocia y Ucrania".

Mantega admitió, sin embargo, que la devaluación de la moneda brasileña y la caída de la Bolsa de Valores de las últimas semanas "puede estar vinculada a la cuestión electoral". "Algunos 'players' del mercado usan la cuestión electoral para movilizar el mercado, hacer especulación interna, pero es de poca expresión. Si se observa el cuadro global, es de poca expresión", dijo.

Agencias EFE, AFP y Reuters

El dólar paralelo cedió ayer 15 centavos, a $ 15,60, en una plaza atenta a los movimientos de la Procelac, que impulsa una reforma del Régimen Penal Cambiario para neutralizar la comercialización en las cuevas. Así, los operadores decidieron tomarse un descanso para no incitar ninguna decisión en ese sentido.

En el mercado mayorista, el BCRA abrió ligeramente el grifo de divisas para la importación, aunque eso le significó un inyección de u$s 50 millones en la rueda. Necesitó incluso la asistencia del Nación, que con otros u$s 20 millones dejó al billete a $ 8,483. De esta forma, el oficial cotizó 3 centavos arriba, a $ 8,49, en las casas de cambio.

Fue una tarde de récords para el tipo de cambio implícito. El contado con liquidación sumó 22 centavos a $ 14,91, al tiempo que el denominado dólar "MEP" lo hizo en 11 centavos a $ 14,97.

Por otro lado, la resurrección de la presidenta brasileña Dilma Rousseff en las encuestas revolucionó a los mercados. El real cayó un 1,64% hasta las 2,4557 unidades por dólar, un mínimo desde diciembre de 2008, en el ápice de la crisis financiera global. El Bovespa, en tanto, se desplomó un 4,52% para finalizar en los 54.625,35 puntos. Petrobras lideró el derrumbe: perdió un 11% en la plaza paulista, un 10% en Wall Street y otro 8% en Buenos Aires.

Por otro lado, el juez Griesa declaró a la Argentina en desacato, una resolución inédita para la Justicia de EE.UU. No se sabe cuáles serán los pasos a seguir del magistrado, aunque el mercado no parece darle demasiada relevancia.

Por ejemplo, los bonos no detuvieron su recorrido alcista, en línea con el dólar implícito. El Bonar X anotó una suba del 1,71%, seguido por el 1,55% del Boden 2015 y el 1,09% del Bonar 2024. El Discount y el Par bajo ley doméstica también ganaron un 1,73% y un 0,86% respectivamente. Fue un gran día asimismo para los cupones PBI, que exhibieron ventajas de hasta el 5,52%

El panel líder de la Bolsa porteña avanzó por su parte un 0,45% hasta las 12.593,07 unidades, con un notable volumen negociado de $ 322 millones.

Por: Jorge G. Herrera

Como si fuera poco ahora también emergieron los nubarrones cambiarios desde Brasil, que ha visto caer su moneda frente al dólar a niveles no vistos desde diciembre de 2008, complicando la estrategia pausada del Banco Central. Ayer el real cotizó contra el dólar a 2,456 unidades en el mercado paulista. Se trata del mayor valor de cierre desde el 9 de diciembre de 2008, cuando terminó en 2,473 reales por dólar.

El Banco Central a cargo de Juan Carlos Fábrega intenta seguir ajustando el tipo de cambio oficial con microdosis (con un nivel de brecha cambiaria de más del 80%) en pos de no alimentar aún más las expectativas inflacionarias. Ayer el dólar oficial cotizó a $ 8,49 (mientras el "blue" cerró en $ 15,6). En medio de la compulsa preelectoral brasileña, la divisa se depreció más del 9% en los últimos treinta días. Este proceso se ha intensificado sobre el tramo final de las elecciones presidenciales. Los analistas advierten que el movimiento alcista del dólar frente al real continuará no sólo por factores externos, sino porque los inversores extranjeros están retirando sus fondos (y así tomando ganancias de las altas tasas de interés domésticas) hasta que se defina la elección.

A nivel local muchos recuerdan el impacto que tuvo la devaluación del real en 1998, bajo la administración de Fernando Henrique Cardoso, del 50%, que causó estragos en el tipo de cambio de convertibilidad y en la economía argentina.

En poco más de treinta días el tipo de cambio nominal bilateral con Brasil registró una pérdida del 7,5%. Si bien los analistas reconocen que se trata de un movimiento más amplio de fortalecimiento del dólar, sin duda la moneda brasileña es una de las más dañadas de las vinculadas a commodities. A esto se suma que los últimos sondeos electorales favorecen a la presidenta Dilma Rousseff, lo que no trajo una buena lectura para el mercado, que evalúa un mayor riesgo de que triunfe en la primera vuelta. Luego de haber pasado una temporada de estabilidad entre abril y agosto (donde el tipo de cambio bilateral ganó competitividad), el real comenzó a experimentar la mayor volatilidad electoral y ahora el comportamiento alcista se intensificó, deteriorando la paridad bilateral en contra del peso.

Por lo pronto, el mercado estima un real más depreciado éste y el próximo año. El valor del real es uno de los faros que sigue el BCRA al momento de evaluar sus movimientos cambiarios sobre el dólar oficial. Si el comercio bilateral ya viene sufriendo por la recesión en ambos países, ahora la pérdida de competitividad del peso complicará todavía más las exportaciones argentinas al mercado brasileño. Por lo que a las presiones que soporta el BCRA para acelerar las microdevaluaciones ahora se suma el ingrediente de un real más depreciado.

A menos de una semana de la elección, los tres principales candidatos a la presidencia de Brasil se enfrentaron en embates directos en el debate del domingo por la noche en la TV Record. En la primera oportunidad, la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), cuestionó los cambios de postura de su rival Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB), en una estrategia que viene utilizando la propaganda electoral de la dirigente petista.

"Usted cambió de partido cuatro veces. Cambió de posición de un momento a otro en temas de extrema importancia, como la CLT (Consolidación de las Leyes de Trabajo), el Banco Central y el pre-sal", afirmó Dilma. "En el debate de la TV Bandeirantes, usted dijo que había votado a favor de la CPMF (Contribución Provisoria sobre Movimientos Financieros), pero los registros del Senado muestran que no", acusó.

Marina contestó que cambió de partido para no cambiar de "ideales y principios". Dijo que cuando era senadora votó a favor de la CPMF contra la voluntad del PT, su partido en la época, como una de las fuentes del fondo de combate a la pobreza, propuesto por el ex senador fallecido Antonio Carlos Magalhães, que pertenecía al Partido del Frente Liberal (PFL).

"Fue con la oposición seria del PT, que en esa época decía que yo favorecía a un senador de derecha. Por eso digo que no hago oposición por oposición, no solo en el caso de la CPMF", afirmó, y citó otros proyectos, como el protocolo de Kyoto. Sin embargo, Marina no explicó los votos contrarios a la creación de la CPMF en otras ocasiones.

La ex senadora también apuntó contra Dilma cuando tuvo la oportunidad de preguntar. Dijo que el cambio en la política para el etanol generó el cierre de 70 plantas y la pérdida de 60.000 empleos. 
"¿Qué sucedió para que usted cambiara el rumbo de la política del presidente Lula y causara ese fracaso?", cuestionó Silva a Rousseff.

La presidenta rebatió ese punto diciendo que desgravó impuestos de ese sector y aprobó leyes que permiten aumentar de 25% a 27,5% el porcentaje de etanol en la nafta. "La política de mi gobierno para el etanol se basó en algo a lo que usted se opone: subsidio", afirmó Dilma.

La mandataria fue el objetivo de la mayoría de los demás candidatos y pidió dos derechos de respuesta, que le fueron negados porque la organización entendió que no se trataba de acusaciones que la injuriasen.

Aécio Neves, el candidato por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que ocupa el tercer lugar en las encuestas, se concentró en el tema de Petrobras y dijo que un grupo político está utilizando a la empresa estatal para mantenerse en el poder. Citó las denuncias de corrupción que rondan a la petrolera, por el supuesto desvío de dinero que denunció el ex director de la compañía Paulo Roberto Costa, indicado por el PT para el cargo, y que habría participado del esquema de corrupción.

Dilma respondió que fue ella quien sacó de su puesto a Costa y que fue la Policía Federal de su gobierno quien hizo la investigación.