Por JAMIL ANDERLINI.
Mientras los inversores huían de Europa en los peores días de su crisis de deuda soberana, las firmas con sede en China hacían su ingreso. El dinero proveniente de China llegó a los países más castigados de la periferia de la eurozona.
En 2010, la inversión directa china en la Unión Europea alcanzó un total de sólo 6.100 millones de euros, menos de lo que que recibía India, Islandia o Nigeria. Para fines de 2012, esa cifra se había cuadruplicado a casi 27.000 millones, según datos complicados por Deutsche Bank.
La ola de compras, aseguran los analistas, se debió únicamente a una transformación del modelo de inversión extranjera china. Y se espera que siga incrementándose en forma constante durante la próxima década. "Vemos un enorme aumento de la inversión china en Europa, particularmente durante el pico de la crisis de deuda", aseguró Thilo Hanemann, experto en inversión extranjera china y director de investigaciones en Rhodium Group, una consultora.
"En parte fueron compras oportunistas porque los activos estaban baratos, y en parte se debe a un giro estructural de la inversión extranjera china, que pasó de asegurarse recursos naturales en países en desarrollo a adquirir marcas y tecnología en países desarrollados".
La inversión china anual en Europa es hoy inferior al pico de los años 2011 y 2012, pero los analistas aseguran que se vienen grandes operaciones y que esta década repuntarán significativamente.
Los datos oficiales de inversión china (tanto interna como externa) son muy poco confiables porque el gobierno no mide la mayor parte de las actividades que realizan las subsidiarias offshore de compañías chinas y no estudia dónde terminan esas inversiones.
Entidades independientes como Rhodium y Heritage Foundation, un think-tank conservador estadounidense, registró un cambio en el destino del dinero chino; de ir a los países en desarrollo ricos en recursos de Africa se trasladó hasta los países desarrollados, incluyendo Europa.
Las empresas chinas privadas están jugando un rol importante en la transición. Las compañías chinas estatales llevaban la delantera en la inversión extranjera; representaban el 78% de lo que llegaba a Europa entre 2008 y 2013, según Deutsche Bank. En el país asiático, los gigantes estatales dominan industrias como telecomunicaciones, transporte, energía y finanzas.
Pero entre 2011 y 2013, las empresas privadas participaron en el 30% de las fusiones y adquisiciones chinas, comparado con el 4% en los anteriores tres años.
En lo que va de 2014, Italia ha sido el principal blanco de la inversión china en Europa en el primer semestre del año. Del total de u$s 7.000 millones que el gigante asiático apostó en Italia, cerca de la mitad lo hizo en solo 2014.