El boom de Vaca Muerta no sólo repercute en Añelo y sus alrededores. La industria petrolera –en marcha en cinco cuencas productivas del país– atiende en Buenos Aires y, en la mayoría de los casos, desde oficinas del microcentro o con vista al Río de la Plata se sigue al detalle el crecimiento del desarrollo shale. Allí, además de las grandes operadoras, está asentado el grueso de la industria que provee de bienes y servicios a la actividad hidrocarburífera nacional.

Es el caso de la Cámara Argentina de Proveedores de la Industria Petro-Energética (Capipe), que reúne a unas 54 pymes dedicadas a la fabricación de insumos y servicios para las compañías petroleras de campo. Su actual secretario general, Horacio San Martín, atendió a "Río Negro Energía" en el bar del Tenis Club San Juan, en San Juan al 600 de Capital Federal, y reconoció que el "muy buen" momento que atraviesan se debe al desempeño de YPF y el proyecto de "recuperación del autoabastecimiento".

También reconoció que la situación actual tiene un techo para las pequeñas y medianas empresas: el financiamiento. Algo que se traduce en la imposibilidad de acceder a apoyos económicos a corto plazo que permitan sostener la alta demanda de contrataciones de las operadoras. "Hoy las garantías las tenemos que aportar nosotros y son limitadas porque generalmente respondemos con los bienes de la familia y, aunque lo quisiéramos hacer, Vaca Muerta no se puede financiar de esa manera porque no alcanzan todas las casas de todos los dueños de las pymes para hacerlo", dice.

–¿Cómo encuentra la reactivación petrolera a los proveedores y prestadores de servicios?

–Estamos viviendo una época muy buena porque a partir de la recuperación de YPF y la búsqueda del autoabastecimiento se han abierto muchas nuevas inversiones para nuestro sector, fundamentalmente desde YPF. Hay inversiones millonarias de esas a las que no estamos acostumbrados a escuchar en el país que serán muy beneficiosas, principalmente, para Río Negro y Neuquén. Se habla de 100.000 millones de dólares, algo impresionante.

–Cuáles son las principales complicaciones que atraviesan.

–Lo cierto es que tenemos un diálogo fluido con el ministerio (de Industria) y con el gobierno (Nacional) y pese a que también contamos con programas de financiamiento, hoy las pymes del sector petrolero atraviesan un freno para su crecimiento. Estamos produciendo al 100%, centralmente en proyectos con YPF, y no contamos con adelantos o anticipos para completar las demandas. Es decir que son proyectos que a veces demandan de seis a siete meses y todo ese tiempo lo solventan los propietarios.

En un momento de crecimiento esto implica una crisis adicional porque se necesita un financiamiento mayor. Entonces, empresas que antes no necesitaban financiamiento, al crecer se ven en la obligación de tomar crédito, algo que toma mucho tiempo para el ritmo de esta industria. En definitiva, lo que necesitamos son medios ágiles para poder activar cuando ya tenemos la orden de compra, si es que no nos dan anticipo, o tener anticipo o certificación para que las pymes puedan seguir produciendo y no financiando el crecimiento.

–¿Los contratos de servicios no los toman como garantía?

–Eso es todo un tema. Este planteo lo estamos haciendo porque debería bastar una orden de YPF para que realmente fuera suficiente garantía para la entrega de un adelanto financiero. Hoy tenemos que aportar garantías propias y esas garantías son limitadas porque en las pymes en general están todos los miembros de una familia, entonces terminaríamos hipotecando el galpón, la casa o la fábrica y, aunque lo quisiéramos hacer, Vaca Muerta no se puede financiar de esa manera porque no alcanzan todas las casas de todos los dueños de las pymes para financiar Vaca Muerta.

Hay que buscarle una forma, nosotros hemos pedido un fideicomiso del Banco Nación o que YPF saque un bono, que ellos pueden sacar a largo plazo con una baja tasa, y que toda la población pueda aportar para que de esa manera se cree un fondo fiduciario que lo administre el banco.

–¿Las trabas a las importaciones son otro inconveniente?

–Hay que poner cada cosa en su lugar. Lo que se busca controlar en las importaciones, en algún punto es beneficioso para la industria nacional. Lo que ocurre en gran parte de nuestro sector es que casi siempre se necesita de algún componente del exterior. En algunos casos puede ser hasta el 15 ó 20%. Para eso hay que pedir que se aprueben esas importaciones a través de la DJAI (Declaraciones Juradas Anticipadas de Importaciones) y en la medida en que no se avalan esos expedientes, se nos complica toda la cadena de fabricación.

A lo mejor nos falta, por decir algo, un tornillo y eso ya es suficiente para el que el bien no esté terminado y no lo podamos entregar. De todos modos de a poco vamos aceitando los mecanismos y el diálogo. De a poco la cosa va mejorando.

Por Pablo Lupano.

Todo lo referido al medioambiente es para la industria petrolera un tema sensible. Los mayores controles y punitivos, pero sobre todo la imagen negativa derivada de los incidentes que afectan la naturaleza, hicieron que las empresas dejaran de verlo como un tema accesorio para incorporarlo en la lista de sus prioridades. Por eso, destinan importantes recursos para la compra de equipos totalmente homologados, disposición de residuos, verificación de plantas y hasta para equipos de abogados ante posibles demandas, que suelen ser varias veces millonarias.

Muchas de las empresas proveedoras de la industria están dedicadas exclusivamente al tema del medioambiente. Hoy se nuclean en la Cámara Empresaria de Medio Ambiente (CEMA), que incluye a consultoras, laboratorios, servicios de ingeniería, certificadoras, estudios de abogados y provisión de equipos, entre otras.

Gabriel Valeraga, secretario de la CEMA, señaló que "hoy es cada día mayor el conocimiento, la calidad de la legislación y la internalización de los costos ambientales para evitar pérdida de imagen y riesgos financieros", aunque consideró que "aún es mucho lo que hay que hacer para llegar a un nivel de riesgo y una calidad ambiental adecuados".

Justamente a raíz del desarrollo de recursos no convencionales y de la técnica conocida como fracking, aumentaron los temores y se alzaron voces críticas por una eventual afectación al medioambiente. Para Valerga, sin embargo, esto "no difiere demasiado de la explotación convencional en cuanto a los aspecto ambientales, no hay nada que la disponibilidad tecnológica de hoy no tenga acotados. Ciertamente, las críticas son desmedidas por ignorancia del tema o directamente son malintencionadas", señaló.

DEMANDA EN CRECIMIENTO

Consideró que en la medida en que el Estado cumpla su rol de asegurar la calidad de vida de los habitantes y las industrias contabilicen y pongan en valor los cuidados ambientales para sus accionistas, las pymes del sector servicios tienen una muy buena oportunidad. "La clave es que se termine de comprender que el ambiente no es un gasto sino una oportunidad de hacer más eficiente un negocio", aseguró.

Valerga indicó que "efectivamente la demanda creció para las pymes de la Cámara con la explotación de Vaca Muerta, aunque a un ritmo bastante lento, a tono con las inversiones", al tiempo que afirmó que una "explosión de actividad tampoco es positiva, porque los recursos humanos y técnicos involucrados necesitan tiempo de maduración para estar capacitados".