IAPG ENCABEZADOPAN AMERICAN ENERGY (CABECERA
WEGTGN
SECCO ENCABEZADOALEPH ENERGY ENCABEZADO
PRELASTKNIGHT PIÉSOLD ENCABEZADO
SACDE ENCABEZADOINFA ENCABEZADO
RUCAPANELMETSO CABECERA
Induser ENCABEZADOSAXUM ENGINEERED SOLUTIONS ENCABEZADO
GSB CABECERA ROTATIVOFERMA ENCABEZADO
METROGAS monoxidoMilicic ENCABEZADO
PIPE GROUP ENCABEZADGRUPO LEIVA
cgc encabezadoGenneia ENCABEZADO
BANCO SC ENCABEZADOPWC ENCABEZADO ENER
WICHI TOLEDO ENCABEZADOJMB Ingenieria Ambiental - R
WIRING ENCABEZADOCRISTIAN COACH ENCABEZADOCINTER ENCABEZADO
BANCO SJ ENCABEZADONATURGY (GAS NATURAL FENOSA) encabezado
OMBU CONFECATSERVICIOS VIALES ENCABEZADO ENER
DEBATE
Salarios argentinos y Cristina. Escriben: Oña y Lejtman
21/10/2014

Salarios: caen las ventas y chau cuento

Clarín

Alcadio Oña.

Cuesta encontrar un indicador capaz de validar el argumento que el secretario de Comercio usó para oponerse al plus de fin de año que reclama el sindicalismo: "Los precios suben pero a tasas menores y no hay pérdida del salario real", dijo Augusto Costa. Y si es difícil encontrarle un soporte a semejante afirmación, es porque no lo hay.

Las ventas del comercio minorista reportadas por CAME, una entidad cercana al Gobierno, promedian caídas ininterrumpidas a lo largo de todo el año y desde hace meses sin ninguna excepción. En septiembre, alimentos y bebidas anotó un bajón del 4,9%.

Costa no puede ignorar que si eso ocurre con consumos así de imprescindibles es porque antes el tren de la estrechez pasó por unas cuantas estaciones. Dicho sin vueltas, la explicación está en que los ingresos no alcanzan para comprar lo que antes era posible comprar.

La consultora CCR, especializada en consumos masivos, advierte que también en los híper y supermercados las ventas retroceden a partir de enero -sólo julio pudo empatar gracias al aguinaldo- y que 2014 pinta para ser el peor año desde la crisis de 2002. Es otro dato incontrastable que el sacudón toque las puertas de los súper, justo donde existe una capacidad financiera y un poder de llegada a los consumidores que el comercio chico y mediano no puede igualar.

CAME acaba de informar que ni en el Día de la Madre los negocios levantaron cabeza: las compras se contrajeron 3,5%, con un marcado corrimiento hacia los productos más económicos y a pesar de todos los incentivos que ofrecieron.

A un lado y al otro del espinel, la realidad barre incluso con el debate sobre la precisión de los índices de precios de los institutos privados y la calidad de la estadística oficial, que está en la base del argumento de Costa. Cualquiera sea su medida verdadera, la inflación es finalmente la que cantan los bolsillos flacos.

De este mismo mundo apretado son varias cosas más. Como que las ofertas, con descuentos del 20 o del 30%, no logren mover el amperímetro; que hasta caigan las compras de segundas marcas y que la gente haya achicado a fondo el número de productos que adquiere en cada salida para acomodarlo a sus recursos.

Otra vez precios versus sueldos: en septiembre las compras de electrodomésticos bajaron casi 13%, 18% las de ropa y 41% la de autos. Ni siquiera la venta de naftas, bien de clase media y media alta, quedó afuera del baile: tras una larguísima temporada de crecer sin pausa, ya acumula cinco meses consecutivos por la pendiente.

Es obvio que si la demanda retrocede en toda la línea es porque algo está pasando con los ingresos. De lo contrario, carecería de sentido reimplantar con forceps el Plan 12, o sea, el financiamiento en doce cuotas, u otras variantes similares igualmente de apuro que ensaya el Gobierno.

Por lo demás, no habría venido mal que el secretario de Comercio explicase por qué cuestiona el plus salarial y se mete en un asunto que compete directamente a empresas y sindicatos. Algo semejante hizo el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, con una declaración proclive a la negociación originada en la Unión Industrial.

Tal vez la razón no dicha sea el temor a que el plus quiebre la tendencia descendente de la curva inflacionaria, aunque ella sólo exista en la estadística oficial. Lo único que falta es que Costa y su jefe, Axel Kicillof, culpen a los salarios por la inflación cuando siempre han sostenido que los responsables son los grupos dominantes que imponen precios a toda la cadena.

Desde la propia Unión Industrial insistieron luego con una receta de manual: si hay empresas en condiciones de acordar un adicional, corresponde que lo negocien con sus trabajadores. Es el reconocimiento de que la inflación, de la cual son parte las compañías, está comiéndose los ingresos.

Ni hace falta decir que en la UIA late el miedo a un aumento de la conflictividad gremial hacia fin de año. Más un factor colateral nada despreciable: que la caída del consumo les pega directo a un gran número de empresas muy dependientes del mercado interno.

Por donde se la mire, esta trama da para algo bastante más sustancioso que una simpleza de ocasión. Es que en el mismo escenario están metidas las pujas internas de las dirigencias sindicales; la que existe entre las grandes centrales y, finalmente, la necesidad de cuidar las bases que dan soporte a cada uno.

Y todo contorneado por un visible descenso en la demanda de trabajadores, que ya ni el empleo público logra amortiguar. No se renuevan contratos; desaparecieron las horas y los turnos extra; crecen las suspensiones y los sueldos subsidiados parcialmente por el Estado, y empiezan a tomar fuerza algunos despidos. El resultado pega sobre los ingresos y alimenta el temor a perder el empleo.

Justamente, este contexto le pone cierto límite a las demandas sindicales. Dicho de otra manera, habrá quienes opten por resignar el plus u otras mejoras salariales a cambio de que se garanticen las fuentes de trabajo. Desde luego, el "caso por caso" no vale para todos los gremios ni es pareja la capacidad de presión de cada uno: los que puedan irán por un adicional que reponga poder de compra al sueldo.

No hay nada definitivamente dramático en el mercado laboral, pero con lo que ya hay alcanza para que a cualquiera le cueste encontrar de dónde saca Costa eso de que "no hay pérdida del salario real".

Cristina y el caballo de Coppola

El Cronista

Por Roman Lejtman.

En la ficción, el caballo se llamaba Khartoum y pertenecía al stud de Jack Woltz, un productor de Hollywood que se negaba a cumplir las pretensiones de Don Corleone. Woltz se levantó una mañana y descubrió la cabeza de Khartoum entre las sábanas de su propia cama. Días después, el Padrino se enteró que su protegido Johnny Fontane, ya tenía su papel en una película ambientada en la Segunda Guerra Mundial.

Los Buitres están hartos del discurso bélico de Cristina y decidieron utilizar la parábola del Padrino para cobrar su deuda excesiva, que Thomas Griesa reconoció en un controvertido fallo judicial. CFK no tiene caballos, pero es amiga y socia de Lázaro Báez, el prototipo de empresario kirchnerista. Si no hay acuerdo, la cabeza de Báez llegará a los tribunales para provocar un escándalo judicial sin antecedentes en la historia argentina.

Carlos Menem benefició a importantes empresas nacionales y extranjeras y su patrimonio se multiplicó a la enésima potencia en diez años de mandato. Menem no se hizo socio de sus beneficiados y debió dibujar sus declaraciones juradas para ocultar la abrupta evolución de sus bienes y sus depósitos. El expresidente nunca se caracterizó por tener compañías y monitorear la fortaleza de sus balances contables.

Cristina Fernández de Kirchner tiene varias empresas y firma acuerdos comerciales que permiten justificar sus declaraciones juradas. CFK tiene con Báez un contrato que evita pérdidas en su hotel de Santa Cruz, aún cuando la temporada turística sea un fracaso al cien por ciento. Báez es buen amigo de la familia Kirchner y un empresario generoso con la Presidente de la Argentina.

A diferencia de Menem, que fue acusado por cobrar comisiones en cada una de las privatizaciones, los amigos empresarios de Cristina están siendo investigados por haber incorporado como socios ocultos a distintos integrantes de la familia presidencial. Y esta distinción es importante, no sólo para cuantificar la ética de los jefes de estado, sino también para seguir la ruta del dinero y ponderar los millones de dólares que cayeron en las cloacas de la corrupción.

Si desde una perspectiva hipotética, Menem cobró una comisión por vender armas a Ecuador, su depósito final es muy difícil de advertir y puede mimetizarse con cierta facilidad. Un pago, una sola operación de lavado y millones de giros electrónicos alrededor del planeta.

En cambio, si sos socio y beneficiaste a un conglomerado de empresas con millones de dólares por la concesión de obras públicas, el rastro del dinero sucio, los asientes contables y la apertura de empresas fantasmas, es más fácil de descubrir por su volumen y periodicidad. Sólo hay que tener voluntad y millones de dólares para gastar en la pesquisa.

Los Buitres quieren que CFK pague la sentencia dictada por Griesa y usan la estrategia filmada por Coppola en la escena del caballo. Están confirmando los pagos de los certificados de obra, los giros del dinero, las razones sociales de las compañías de cartón, los testaferros y las cuentas finales adonde se depositaron las supuestas coimas. Tienen sólidos indicios y el trabajo profesional de la justicia de los Estados Unidos, que no recibe amenazas por teléfono u ofertas millonarias para evaporar las presuntas evidencias en contra de Báez, la familia presidencial y ciertos funcionarios que asumieron en mayo de 2003.

CFK ya está informada de la estrategia Buitre y teme por la suerte de Báez. Aún no sabemos si lo hace por solidaridad personal, o en causa propia. Los Buitre sólo quieren cobrar la deuda a la Argentina y no les importa que esa pretensión afecte la estabilidad política del país.

En El Padrino, la cabeza de Khartoum era real. Perteneció a un caballo que fue comprado por una fábrica de comida para perros sofisticados: como Simón, la mascota presidencial, que mueve la cola cada vez que Báez aparece por la quinta de Olivos.


Vuelva a HOME

;