Herrera, el bisabuelo del candidato blanco Luis Lacalle Pou, fue uno de los fundadores de la Federación Rural y autor intelectual del primer informe sobre rancheríos rurales, trabajo que sirvió luego para emprender el plan de vivienda rural (Mevir). Así lo recordó ayer el presidente de esa gremial de productores, Carlos María Uriarte, al recibir al postulante del Partido Nacional y su equipo. El recuerdo sirvió para romper el hielo de una reunión donde hubo más coincidencias que otra cosa, y en la que el candidato estuvo a gusto en todo momento. Además de Luis Alberto de Herrera, en los cuadros de la sala de reuniones de la Federación Rural sobre la avenida 18 de Julio ,hay una imagen de Wilson Ferreira Aldunate, otro caudillo blanco.
Las fuertes raíces nacionalistas del medio rural con el Partido Nacional se pusieron de manifiesto en el intercambio de los ruralistas con Lacalle Pou, que con sus ideas conformó a tope a los directivos. El candidato les dijo casi todo lo que querían escuchar, ya sea en el plano impositivo, social y de seguridad. Lacalle Pou defendió al productor y su aporte a la sociedad en impuestos, y por eso prometió que de ganar la Presidencia no les sumará presión tributaria. Es más, aseguró que en la medida de sus posibilidades quitará algunos, como el impuesto al Patrimonio para el sector, que instaló el gobierno del Frente Amplio en sustitución del Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR) luego de ser declarado inconstitucional.
“Algunos dicen que los platudos del campo no pagan. Se habla del impuesto de Primaria y que los grandes latifundistas no aportan a la escuela pública, cuando todos sabemos que sí lo hacen”, aseguró el candidato blanco. A su juicio, la política tributaria debe conceder “certidumbres”, y es por ello que prefiere impuestos a las ganancias y no al patrimonio.“Gracias Luis”, respondía Uriarte luego de la respuesta a cada pregunta de la gremial, en un tono coloquial que el presidente de la Federación no tuvo con el candidato oficialista, Tabaré Vázquez, a quien se refería con respeto como “doctor Vázquez”.
La cercanía se vió también en algunos termos de agua caliente de los directivos de la gremial, que lucían adhesivos de campaña del Partido Nacional.Lacalle Pou también habló del despoblamiento de la campaña y las dificultades de productores chicos para retener a sus hijos en sus casas y que no se vayan a los centros urbanos. También de la dicotomía campo-ciudad, y otras preocupaciones de los que habitan en el medio rural.
“Te agradezco Luis la profundidad en la respuesta, porque esa es una de las principales preocupaciones de la Federación”, dijo Uriarte al candidato.Las coincidencias llegaron también a asuntos muy específicos como el rechazo al proyecto de la minera Zamin Ferrous (Aratirí) de instalarse en Valentines (Treinta y Tres) para extraer 18 millones de toneladas de concentrado de hierro durante 20 años. La Federación Rural se ha manifestado en contra de ese emprendimiento y ayer se reencontró con uno de sus principales aliados en el sistema político.
Por otra parte, el presidenciable nacionalista se comprometió a mejorar la seguridad en el campo para reducir el delito de abigeato.Para ello, mencionó la creación de una guardia nacional republicana, idea del sector de Jorge Larrañaga, que fue modificada para poder ser incluida en el programa de gobierno único de los blancos.El ámbito de cordialidad se prestó también para que el presidente de la Federación Rural expusiera un reclamo al Movimiento de Liberación Nacional, que hasta ahora no había hecho. Uriarte recordó que en 1971 ese movimiento guerrillero irrumpió en la misma sede de la reunión de ayer para robar y atacar sus instalaciones. Dijo que los tupamaros robaron una bandera y reclamó que la devuelvan.
El viernes 12, en un acto convocado por las cinco cámaras empresariales que en agosto de 2013 expresaron su programa reaccionario y dijeron que nada de lo que hizo el Frente Amplio (FA) es válido (aunque sus integrantes se hayan enriquecido en estos diez años más que en ningún otro período de la historia del país), en la sede del poder de la más poderosa corporación de la derecha, debiendo responder preguntas propias de una agenda de derecha, Tabaré Vázquez superó a sus tres contendientes. Expuso los logros de las gestiones del FA, desvirtuando los “catastrofismos”, y al más sólido de sus contrincantes, Pedro Bordaberry, lo desarmó con un chiste, que fue aplaudido por todos. Vázquez fue el más sereno y, de esa forma, el que ofreció más garantías de estabilidad para el país en un próximo gobierno. Mostró flexibilidad ante temas supuestamente difíciles, como defender el Mercosur, la firma de los acuerdos transoceánicos (el Acuerdo de Asociación Transpacífico y el Acuerdo Transatlántico sobre Comercio e Inversión) y mejorar la gestión de las empresas públicas, sin apearse de los postulados de mejorar las condiciones de vida de la población, que no estaba en la agenda de preguntas y que los empresarios, que al fin y al cabo viven con sus familias en Uruguay, saben que es necesario. En su edición del 5 de setiembre, Caras y Caretas detalló cómo el doctor Andrés Masoller se impuso ampliamente en el magnífico debate realizado por el Colegio de Contadores, Economistas y Administradores del Uruguay, contendiendo con la sólida exposición del ex ministro de Economía Isaac Alfie y con el economista Ramón Pampín, a quien tocó suplir a la siempre ausente Azucena Arbeleche. El viernes 19 de setiembre le tocó el turno al actual ministro de Economía y Finanzas, Mario Bergara, que participó con el intendente Carlos Enciso en una actividad de Somos Uruguay, en Florida. Bergara expuso sobre “Una década de reformas para el bienestar de los uruguayos”; el intendente lo hizo sobre “Departamento abierto, democracia de cercanía y desarrollo local integrado para construir el futuro”. La disertación del ministro abarcó los siguientes aspectos: el manejo de las cuentas públicas y el rol del Estado, las políticas sociales, el cambio radical en las relaciones laborales, la reforma en el sistema de salud, las políticas en el sector de la vivienda, el nuevo sistema financiero, el enfoque de inserción externa, el funcionamiento de los mercados, la modernización del Estado y lo que él llamó una miscelánea sobre las reformas sustantivas en otros sectores relevantes. El ministro señaló: “La idea de esta presentación es hacer el racconto de algunas de las iniciativas que se fueron desarrollando en estos diez años desde el gobierno nacional […], en donde queremos enfatizar que ha habido un cúmulo importante de reformas estructurales en el Uruguay, que han recorrido un conjunto muy considerable de dimensiones. [...] Hubo un cambio importante en las reglas de juego con las que se trabaja en el sistema económico, con las cuales se toman decisiones, lo que los economistas llamamos ‘la estructuras de incentivos’, y también cambios importantes en la ‘institucionalidad’ y la organización que desde el Estado se utiliza para manejar y administrar la misma. […] Nuestra perspectiva es que ha habido un proceso intenso de reformas, incluso en el terreno de la Reforma del Estado. Muchas veces se piensa en la Reforma del Estado como una cuestión un poco unidimensional, de que es una reforma del servicio civil. Sólo se piensa en los funcionarios públicos, en los vínculos laborales, en las relaciones entre el Estado y los trabajadores del sector púbico en el terreno salarial, de incentivos. Pero, en realidad, la Reforma del Estado involucra una enorme cantidad de dimensiones. Esto reafirma la hipótesis de esta presentación de que en este lapso se ha desarrollado un importante proceso de reforma, que es el soporte que permite administrar un cambio en las reglas de juego en el terreno económico, que hace muy distinta las situación en el terreno de los incentivos, de la institucionalidad y, sobre todo, en sus resultados, de lo que teníamos diez o doce años atrás”. Señaló que algunas de estas reformas ya están implementadas, otras en curso y otras en estado incipiente de desarrollo. “No todas han evolucionado igual. Nadie plantea que ha habido una reforma perfecta en todos sus términos, pero sí que lo grueso se ha hecho en términos adecuados”. Reivindicación del rol del Estado
Con respecto al manejo de las cuentas públicas y el rol del Estado, Bergara formuló definiciones que distinguen al FA de los partidos tradicionales. “Reivindicamos en primer lugar que el Estado tiene un rol relevante para jugar en el proceso económico y en el social, que se desarrollen políticas que tienen efectos para bien o para mal, y que los elementos del contexto son una constelación de riesgos y oportunidades que hay que administrar. [...] Muchas veces se ha dicho que teníamos viento de cola. Sin embargo, vivimos la crisis regional, la crisis global financiera más grande en los últimos setenta años, la crisis europea, que todavía tiene sus coletazos, que nos desafiaron a navegar con políticas claras en esos tiempos turbulentos e inciertos. También hemos asistido a la incorporación de grandes países, como China, al mercado mundial. Y el Estado tiene un rol, no sólo en la estructura de incentivos, sino también en determinar a quién se le cobra impuestos y cómo se utiliza el gasto público. En ese sentido, Uruguay desarrolló luego de 2006, en una intensa discusión, la Reforma Tributaria. [...] Creemos que ha habido un proceso democrático y justo que apuntó a tres objetivos: mayor equidad, mayor eficiencia y mayor impulso a una variable que es la inversión. También había que hacer una administración eficiente –una policía tributaria– para administrar estos impuestos. Se hizo una reforma institucional en la DGI. Se nos cuenta que antes de ella los contadores trabajaban allí y también trabajaban para el sector privado. La reglamentación de la reforma terminó con esto. También se implementó una nueva fiscalidad, de mayor transparencia y administración del secreto bancario dictado por organismos internacionales, al que Uruguay se ha ido adecuando. Decía el intendente Enciso que hoy se recibe más tranquilo a la inversión gracias a estos mecanismos. El otro elemento es el gasto público, en qué se gasta. Se mejoró el proceso presupuestal, su ejecución y control. Antes de 2005 no se respetaba la Constitución y se retaceaban recursos a las intendencias departamentales. Desde 2005 se mejoró la asignación de la proporción de impuestos que va a las intendencias, se enfatizó en la transparencia, en la llegada en tiempo y forma de los fondos de transferencia, que se incrementaron en forma sustancial en los últimos diez años, llegando a US$ 500 millones. Ese es un cambio estructural en las relaciones entre el gobierno nacional y las intendencias. Si hablamos del gasto público, vemos que los resultados mostraron una clara orientación hacia el gasto público social, cuestión de opinión, de debate e ideológica. Hoy, las tres cuartas partes del gasto público corresponden al gasto público social: educación, salud, seguridad y políticas sociales focalizadas. Esta es una definición político-ideológica en la que a veces no todos estamos de acuerdo. Faltan las políticas de administración de la deuda, que cambió radicalmente, construyéndose una nueva institucionalidad para su administración, otra reforma estructural sustancial. Pasamos de una deuda de 100% del PIB a algo más de 50%, y de una deuda neta de 70% del PIB a algo más de 23%. Hoy hay mayor holgura en los plazos en promedio, y más de la mitad está denominada en moneda nacional, por lo cual la variación en el precio del dólar afecta mucho menos”. Políticas sociales
En relación con las políticas sociales, Bergara señaló también que hay una definición completamente diferente a la anterior. “Se implementó un Plan de Emergencia en 2005, cuando 40% de la población estaba bajo la línea de pobreza. Se implementó el plan de US$ 100 millones y también se lo terminó. La política económica incorporó las políticas sociales. Se creó el Mides y se obtuvo un mapa nítido de la pobreza y la indigencia en Uruguay, que permitieron mejores resultados. No es la misma realidad de 2004, con 40% de pobreza. Hoy tenemos 10%. No es lo mismo tener 5% de indigencia contra 0,5% de hoy, y mejores indicadores de equidad”, afirmó, respondiendo implícitamente las descabelladas afirmaciones del asesor de Luis Lacalle Pou, el economista Juan Dubra. También mejoró la seguridad social, que era totalmente insustentable: "Hicimos reformas en la Caja Policial y en la Caja Bancaria, y está pendiente la reforma en la Caja Militar". Con otros mercados
En lo relativo al enfoque de inserción externa, se refirió al “regionalismo abierto”; a la institucionalización de la Comisión Interministerial para Asuntos de Comercio Exterior; y la reforma aduanera: su visión de control y facilitación de comercio, su programa de modernización y el Código Aduanero. Sobre la optimización del funcionamiento de los mercados, se refirió a las reglas y la institucionalidad para la promoción de inversiones: los cambios reglamentarios y los regímenes especiales, como las Asociaciones Público Privadas. Enfatizó las políticas de innovación y la creación de la ANII; la moderna legislación concursal; la transparencia de la información corporativa; la promoción y la defensa de la competencia, y el fomento de la actividad de la CND, la Agencia Nacional de Desarrollo y las políticas hacia Mipymes, implementadas a través del BROU y la Dinapyme. En relación a la modernización del Estado, describió las políticas, los cambios institucionales y los sistemas de transparencia; el avance del gobierno electrónico y los ejemplos del Plan Ceibal –tan criticados por alguna oposición–, así como la trazabilidad ganadera. Con respecto a otras reformas sustantivas, se refirió al cambio drástico en la matriz energética; a las políticas para minería de gran porte; a la nueva visión y gestión del Instituto Nacional de Colonización; al ferrocarril y la nueva organización del sector (lo que definió como una reforma inconclusa); a la nueva institucionalidad en materia de juegos y apuestas; a las políticas culturales y sus incentivos, tales como la Ley de Cine, mecenazgo, sector audiovisual, y el apoyo a las entidades culturales públicas. El ministro hizo hincapié en la calidad de los indicadores sociales, económicos y fiscales que recibirá el próximo gobierno (ver cuadros), y también en la menor vulnerabilidad financiera de Uruguay.
Relaciones laborales
El ministro Bergara enfatizó que hubo un cambio radical en las relaciones laborales: "Estamos orgullosos de que Uruguay hoy esté señalado por la Confederación Sindical de las Américas como primer país en materia de trabajo decente y como el de mejor estructura laboral en las Américas. Se restituyeron los Consejos de Salarios, que no funcionaban desde 1991. Con cada ley que se discutía parecía que se caía el mundo. Nada de eso pasó, todo mejoró y permitió que hubiera un derrame social relevante. Los salarios crecieron en esta década como creció la economía; no crecieron por encima del PIB, crecieron con la productividad. Tenemos la tasa de desempleo más baja de la historia y la tasa de cotizantes al BPS más alta de la historia”.
La salud pública
Con respecto al sector de la salud, Bergara señaló que hubo una profunda reforma de incentivos y de instituciones. Se creó el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), con nuevos incentivos y formas de financiación. Se implementó una nueva institucionalidad asociada al SNIS y la descentralización de ASSE. En relación con las políticas en vivienda, destacó la nueva institucionalidad del sector, la creación de la Agencia Nacional de Vivienda y la reforma de Banco Hipotecario del Uruguay, así como los esquemas de incentivos y el régimen de vivienda social. Con respecto al nuevo sistema financiero, destacó el enfoque regulatorio y las nuevas mejores prácticas implementadas, la reforma de la institucionalidad en el Banco Central del Uruguay, la modalidad de los bancos públicos y la cultura de pagos, la nueva ley de mercado de valores, la actualización de normas para el mercado de seguros y la Ley de Inclusión Financiera.
* Publicado en Caras y Caretas el viernes 26 de setiembre de 2014
Por Guillermo Hirschfeld.
El próximo domingo, 2.620. 717 uruguayos se encuentran registrados para acudir a las urnas y elegir a su presidente. Hasta finales de 2013 Tabaré Vázquez era claro favorito a la presidencia. Sin embargo, el escenario ha cambiado: Luis Lacalle Pou ha recortado distancia y las elecciones charrúas se presentan muy reñidas.
Tabaré Vázquez es el candidato del Frente Amplio, la coalición de partidos de izquierda del país y que gobierna actualmente el Uruguay. De hecho, Tabaré fue el primer presidente del Frente. Luis Lacalle Pou es el candidato que presenta el Partido Nacional (PN) de centro-derecha. Tercero en las encuestas se encuentra Pedro Bordaberry, del Partido Colorado (PC).
El Frente Amplio gobierna Uruguay desde 2005 y en ambos mandatos han disfrutado de mayoría parlamentaria en las dos Cámaras legislativas, sin embargo, según los últimos sondeos, las posibilidades de que el partido conserve la mayoría están mermando. Todo indica que ninguno de los candidatos obtendría más del 50% de los votos en esta primera vuelta.
Los últimos sondeos conceden a Tabaré Vázquez entre el 41% y el 43% de los votos, en segundo lugar ubican a Luis Lacalle Pou en una horquilla del 28% -33% y tercero a Pedro Bordaberry, con un 15% de apoyo electoral.
Para obtener la victoria en la primera vuelta es necesaria la obtención de la mayoría absoluta, por tanto todo indica que la elección definitiva se dará en una segunda vuelta en la que se enfrentarán Tabaré Vázquez y Luis Lacalle Pou. El compromiso que asuma el Partido Colorado desde la primera vuelta hasta el balotaje será clave para el Partido Nacional. El apoyo de Pedro Bordaberry será clave para el candidato de centro-derecha. Sin embargo, al mismo tiempo, cuanto mayor sea la posibilidad de victoria definitiva del Partido Nacional, seguramente mayor será el compromiso de los colorados. El régimen de incentivos, en este caso, es proporcional a los números que consiga Lacalle Pou en esta primera vuelta.
Nos encontramos ante un final completamente abierto. Cabría la posibilidad de que tuviera lugar un balotaje muy reñido si en la primera vuelta por ejemplo se dieran las siguientes condiciones: una diferencia de votos entre Tabaré y Lacalle no superior a los diez puntos; si Tabaré no obtuviera un apoyo superior al 45% y al mismo tiempo si Bordaberry obtuviera al menos el 15% de los votos. Por el contrario, si Lacalle Pou alcanzara el mínimo porcentaje que estiman los sondeos, es decir un 28%, Tabaré obtuviera el máximo con un 43% y Bordaberry lograra menos de un 15%, sería bastante difícil para los blancos superar al Frente Amplio.
A finales de 2013 Tabaré Vázquez se presentaba como claro favorito con una diferencia de 21 puntos sobre Luis Lacalle Pou. No obstante, se ha producido un crecimiento sostenido del Partido Nacional que obedece principalmente a la sintonía que generó Lacalle Pou con los nuevos votantes, fruto de un estilo desenfadado propio de lo que la sociedad civil le estaría exigiendo a la nuevas generaciones políticas.
La victoria de Luis Lacalle Pou supondría un cambio de aire en la política y las transformaciones que plantea podrían inyectar impulso a las reformas de un país que goza de crecimiento, pero que a su vez, presenta debilidades que deben ser superadas.
Entre las propuestas de campaña del candidato de centro-derecha destacan el replanteamiento del acuerdo de intercambio de información tributaria con Argentina, la revisión de la ley de despenalización relativa al cultivo de marihuana (especialmente el candidato Lacale Pou se muestra contrario a la producción por parte del Estado), el impulso de un replanteamiento de la ayuda social más condicionada y con mayor control de las responsabilidades de los beneficiarios, y en materia de política internacional el acercamiento al proceso de integración de la Alianza del Pacífico.
Afortunadamente, ninguno de los candidatos representa una amenaza a la institucionalidad lograda en las últimas décadas en el país. Uruguay ha mantenido un crecimiento elevado y una política de apertura económica que presenta una alta seguridad en las inversiones y un notable aumento de las exportaciones. Se trata de un país con una democracia asentada e instituciones consistentes. Asimismo, Uruguay ha logrado reducir la pobreza y actualmente es el país de América Latina con mayor porcentaje de clase media. Este crecimiento ha sido fruto de la aplicación de políticas estables, continuadas, sensatas y ortodoxas.
Los principales candidatos para las elecciones presidenciales del próximo domingo en Uruguay cerrarán este jueves sus campañas en distintos puntos del país.
Todos los partidos abordan los principales temas y sus líderes visitan la mayor cantidad de lugares posibles para tratar de arañar los últimos votos. Cuando concluya la campaña vendrá el periodo de silencio preelectoral.
Los "blancos" celebrarán su último acto en la ciudad de Las Piedras, en el departamento de Canelones, el segundo más poblado del país, considerado clave en la definición electoral y donde el FA obtuvo la mayoría en 2009.
Bordaberry culminará su campaña en Montevideo con una movilización bajo el lema "Sí, se puede y la virada (el giro) ya comenzó" y con la seguridad y la educación como asuntos centrales.
Tabaré Vázquez también cerrará su campaña en Montevideo, el principal granero de votos de la coalición de izquierda que gobierna Uruguay desde 2005.
Allí, el veterano político buscará recuperar el entusiasmo de sus seguidores para poner al FA más cerca de un tercer mandato consecutivo, para lo que necesitará no solo no perder el voto de los desencantados con el oficialismo, sino también atraer al importante número de indecisos que se perfilan como claves en esta elección.
Por Veronica Smink.
Hoy en día muchos en el mundo asocian a Uruguay con la figura de su presidente, José Mujica.
El carismático líder, de 79 años, logró el reconocimiento internacional por sus políticas progresistas y su estilo informal y humilde, y puso a la pequeña nación sudamericana en el mapa.
Lea también: Cómo vive José Mujica, el presidente "más pobre del mundo"
Pero la era de "El Pepe" –como se le conoce en el país- está llegando a su fin: este domingo los uruguayos deberán elegir a un nuevo líder que los represente a partir de marzo de 2015.
Sin la posibilidad de reelección, los principales candidatos para suceder a Mujica son tres hombres que distan mucho del estilo del actual mandatario.
Las encuestas de opinión dan como favorito al candidato del oficialista Frente Amplio (FA), Tabaré Vázquez (2005-2010), antecesor del presidente.
Pero a pesar de que Vázquez cuenta con un apoyo del 41% al 43% del electorado, esto no le alcanzaría para una victoria en primera vuelta, que requiere del 50% más uno de los votos.
Así, quien podría disputar la presidencia del país en un eventual ballottage sería el Partido Nacional (PN) –también conocido como blanco-, con su candidato, el joven diputado Luis Lacalle Pou.
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Los sondeos:
FRENTE AMPLIO: 43% (Cifra), 42% (Factum e Interconsult), 41% (Equipos Mori)
PARTIDO NACIONAL:33% (Cifra), 32% (Factum), 31% (Interconsult), 28% (Equipos Mori)
PARTIDO COLORADO: 17% (Interconsult), 15% (Cifra, Factum y Equipos Mori)
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Según los sondeos, los blancos cuentan con un respaldo de entre el 28% y el 33%, lo que los colocaría cómodamente en una segunda vuelta el próximo 30 de noviembre.
Otro político que buscará suceder a Mujica será el senador Pedro Bordaberry, del Partido Colorado (PC), quien perdió las elecciones de 2009 contra el actual presidente.
El PC cuenta con una intención de voto de entre el 15% y el 17%, y, junto con los blancos, podrían quitarle la mayoría parlamentaria que el FA ostenta hace una década.
En la sombra de Mujica
Para cualquiera de estos candidatos será difícil igualar el reconocimiento mundial que logró Mujica, quien anunció que se postulará como senador en estas elecciones.
Desde que asumió la presidencia el 1 de marzo 2010, "El Pepe" logró imponer una nueva forma de liderazgo que fue incluso elogiada por el propio presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
Sus políticas convirtieron a Uruguay en un pionero mundial.
Desde convertir a ese país en el primero de América del Sur en aprobar el aborto hasta ser el único en el planeta que legalizó la producción, distribución y venta de marihuana.
Todo ello llamó la atención del mundo, e hizo que la revista británica The Economist eligiera a Uruguay, en 2013, como "el país del año".
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Con todo, sería lógico pensar que el peso político de Mujica es crucial para definir la elección de su sucesor.
Sin embargo la mayoría de los analistas uruguayos consultados por BBC Mundo concordaron en que el mandatario juega apenas un papel menor en determinar quién ganará los comicios.
Afuera y adentro
Adolfo Garcé, profesor de ciencias políticas en la Universidad de la República, resumió por qué Mujica no tiene mayor peso en la elección.
"Si bien en el exterior su figura es enorme, dentro de Uruguay, Mujica es considerado un político más, y su figura divide bastante", señaló.
La última encuesta de la consultora Cifra muestra que un 58% de los uruguayos aprueba la gestión del presidente.
Eso es menos de la aprobación que tenía Vázquez (71%) en septiembre de 2009, cuando atravesaba igual período de su gobierno.
Mientras que afuera muchos admiran algunos de los anuncios de Mujica, como su decisión de recibir a cinco prisioneros de la cárcel estadounidense de Guantánamo, en Uruguay la mayoría rechazó ese tipo de gesto.
Según Oscar Bottinelli, director de la encuestadora Factum, el presidente juega un papel indirecto en los comicios, ya que parte del voto será un plebiscito de su gestión.
"La campaña de los blancos y colorados se centró en los problemas de inseguridad y la educación, dos cuentas pendientes del gobierno de Mujica", afirmó.
No obstante, muchos creen que el presidente jugará un rol importante a la hora de "traccionar" votos de la izquierda.
Su partido, el Movimiento de Participación Popular (MPP), es el más grande dentro de la coalición del FA, lo que aportaría valiosos votos para mantener la mayoría en el Parlamento y darle un triunfo a Vázquez.
Para el corresponsal de BBC Mundo en Brasil, Gerardo Lissardy, el papel de Mujica en este sentido se asemeja al de Luiz Inácio Lula da Silva, quien es considerado vital para lograr la reelección de Dilma Rousseff este domingo.
Internas
Sin embargo, algunos también observan ciertos cortocircuitos entre Mujica y Vázquez, que podrían afectar al FA.
Esta semana, el actual mandatario criticó a su antecesor (y aspirante a sucesor) por cuestionar a su equipo económico y su decisión de vender marihuana en farmacias (algo que Vázquez llamó "insólito").
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Bottinelli dijo a BBC Mundo que el "poco entusiasmo" que muestra Vázquez hacia las políticas más progresistas aprobadas por Mujica podría restarle votos del sector más socialista del FA.
Más allá de esto, lo cierto es que Mujica ha hecho campaña activa a favor de Vázquez, incluso ganándose la crítica de quienes lo acusan de violar las normas electorales que prohíben al presidente hacer propaganda política.
Para Garcé, Mujica tendrá un rol vital a la hora de captar el voto de los sectores más pobres.
En cambio, analistas como Bottinelli creen que la gestión del presidente pudo haber alejado a los sectores medios y medios altos, al haber aplicado políticas impositivas que muchos consideraron asfixiantes.
Lo cierto es que mientras que la oposición busca capitalizar sobre el desgaste generado por Mujica, también ha mostrado cierta tendencia a imitar algunas de las características más apreciadas del mandatario.
En ese sentido, Garcé destacó que el estilo "desestructurado, liso y llano" que distingue a Luis Lacalle Pou recuerda a muchos al carácter famosamente "campechano" de Mujica.
