Petróleos Mexicanos (Pemex) anunció el inicio de operaciones del gasoducto Corredor Interoceánico, que unirá el Golfo de México con el Pacífico a lo largo de 300 kilómetros y llevará por primera vez este combustible por ducto a la zona sur del país.
Esta obra abarcará diversos ductos para el transporte de hidrocarburos, con capacidad de hasta tres millones de barriles diarios, así como infraestructura portuaria, de almacenamiento y distribución, la cual requerirá una inversión total de 1,400 millones de dólares.
De acuerdo con la empresa productiva del Estado, en la primera etapa del proyecto se invertirán 200 millones de dólares, para el tramo de la terminal Pajaritos en Coatzacoalcos, Veracruz, a Salina Cruz, Oaxaca.
Lo anterior, con la finalidad de sustituir en la refinería Antonio Dovalí Jaime el uso de cuatro millones 380,000 barriles de combustóleo pesado al año por gas natural.
En un comunicado, la compañía petrolera precisó que gracias a este cambio se generarán ahorros por 173 millones de dólares, con lo que prácticamente se cubrirá el monto de la inversión.
Además, será posible reducir la contaminación al disminuir las emisiones a la atmósfera de bióxido de carbono en 450,000 toneladas y de óxidos de azufre en 50,000 toneladas anuales, lo que promoverá el desarrollo de una AcciónNacional de Mitigación Apropiada (NAMA).
Precisó que el proyecto será clave para la compensación por bonos de carbono, los cuales representarán un ahorro sustantivo de recursos en las operaciones de la compañía.
“Este corredor, además de satisfacer la demanda de gas natural en el mercado nacional, será un polo para atraer inversiones y mayor actividad económica en el sur del país, generando empleos formales de calidad”, afirmó.
Pemex expuso que en la actualidad se cuenta ya con tres estaciones de compresión y el gasoducto de 12 pulgadas suministrará 90 millones de pies cúbicos al día de gas natural seco a las instalaciones de la refinería.
Además, recordó que como parte de este proyecto, invirtió 1,000 millones de pesos en la modernización de la terminal marítima de Salina Cruz, lo que permitió reanudar las exportaciones de petróleo crudo a Asia, Norte y Sudamérica, convirtiéndolo en un proyecto sumamente rentable para México, ya que evita el recorrido por el Canal de Panamá.
