Con el colapso de los precios del petróleo más del 50 por ciento en los últimos seis meses, Angola - el segundo mayor productor de petróleo de África - ha tenido que introducir medidas de austeridad y revisar su presupuesto para hacer frente a una severa caída en los ingresos previstos.
"Vamos a ir por un momento difícil ahora porque el gobierno no puede permitirse el lujo de ejecutar el presupuesto que habían adoptado para el año", dijo José de Oliveira, un consultor independiente en el sector petrolero.
Angola extrae aproximadamente el 70 por ciento de sus ingresos de sus recursos petroleros. Un colapso de los precios de este tipo, con la oferta que supera la demanda, significa un gran ingreso golpeado por el gobierno.
Se aprobó el presupuesto del país a finales del año pasado y, por primera vez desde el fin de la guerra civil en 2002, el gobierno planeaba gastar más en servicios públicos que en la defensa y la seguridad.
Pero eso fue en base a la suposición de que el barril de petróleo se venderá por 81 dólares. Hoy, esa cifra ha caído a menos de $ 50.
"Algunos gasto público se reducirá, incluyendo subsidios a los combustibles, se aplazarán los proyectos, y la disciplina fiscal del gobierno se fortalecerá", advirtió el presidente José Eduardo dos Santos a fines del año pasado.
Alrededor del 54 por ciento de los angoleños vive con menos de dos dólares al día, según las estadísticas oficiales publicadas en octubre.
Dos Santos se pasó la campaña presidencial de 2012 con la promesa de mejorar el nivel de vida - promesas que ahora puede verse contrarrestada.
RIESGO DE PROBLEMAS MÁS GRANDES
"Existe el riesgo de problemas aún mayores, como no poder pagar los salarios de los funcionarios, o una caída en la calidad y cantidad de los servicios sociales básicos, que afectará a la más pobre", dijo Elias Isaac, director de la Abra Society Foundation en Angola.
Y con las próximas elecciones generales tan sólo dos años de distancia, Dos Santos ahora también corre el riesgo de malestar social.
"Los movimientos de protesta de los jóvenes, que se vieron van a aumentar", dijo el profesor de periodismo y analista político Celso Malavoloneke.
Las manifestaciones se han celebrado con creciente frecuencia en Angola desde 2011 y son reprimidas rápidamente por la policía.
Los jóvenes detrás de estas reuniones están exigiendo la renuncia de Dos Santos - ya en el poder desde hace 35 años - al tiempo que denunció la pobreza, la desigualdad, la falta de acceso a agua y electricidad, y las fallas en los sistemas de salud y educación.
Después de una brutal guerra civil que terminó en 2002, Angola ha visto una década de fuerte desarrollo económico impulsado por sus reservas de petróleo - una riqueza que ha visto cortejados por China, Estados Unidos y Europa.
Pero la crisis económica mundial de 2008 fue un golpe doloroso. Luego, también el precio del petróleo se desplomó, lo que lleva a un estancamiento de la economía, un creciente déficit, un aumento del desempleo, la inflación y la devaluación de la moneda nacional.
"Es muy posible que los angoleños de nuevo será sometido a un poco de todo ahora", escribió Carlos Rosado, del semanario Expansão, en un editorial a principios de este mes. "La pregunta es cuánto."
En cierto sentido, Angola está mejor preparada para hacer frente a un shock a la economía de lo que era en 2008. El país ha puesto en marcha la reforma fiscal, construido sus reservas financieras y realizó esfuerzos para ampliar los sectores no petroleros de la economía.
Pero, dice Malavoleneke ", incluso si el país está en mejores condiciones económicas, la situación en el país es más explosivo que en 2008. Las expectativas de los ciudadanos han crecido."
