Tras un 2014 que cerró con una caída de la industria en torno al 2,5 por ciento no se prevé una recuperación para este año. De todos modos, se estima un retroceso algo más moderado de 0,5 por ciento, gracias principalmente a que el sector automotor mostrará un desempeño menos negativo que el del año pasado.

El magro comportamiento industrial que se espera para estos 12 meses estará explicado tanto por el mercado interno como por el escenario externo. En el primer caso, la reducción del poder adquisitivo y el escaso dinamismo del contexto laboral, determinarán la continuidad en la caída del consumo, sobre todo en los bienes durables.

Mientras tanto, el contexto internacional continuará signado por una demanda global débil, un dólar revaluándose en el mundo (que mantendrá presiones bajistas sobre los precios de las commodities ) y un Brasil en pleno ajuste de su política económica, y por tanto, con una demanda débil para nuestros productos industriales.

Por el lado de la oferta, la aceleración de costos, el atraso en el tipo de cambio, las restricciones a las importaciones y la elevada brecha cambiaria, continuarán dificultando la producción y afectando la competitividad de las exportaciones. Hoy la economía cuenta con 18 mil millones menos de lo que requiere para funcionar y ese ajuste ha sido financiado en buena parte por este sector.

En cuanto a la industria cordobesa, las principales ramas de importancia para la provincia mostrarían un comportamiento heterogéneo, destacándose una suba de la molienda, una estabilidad del sector automotor en torno a los niveles de 2014, y una caída de la producción láctea.

En lo que hace a la industria automotriz, 2014 cerró ubicando al sector como uno de los principales protagonistas de la coyuntura económica local, a partir de la profunda crisis que lo afectó. Reducción de la escala de mercado y producción, caída de rentabilidad, aumento de deuda externa privada y problemas para abastecer a los concesionarios son algunos de los legados del año pasado.

Y para este 2015 no se prevén cambios significativos en el contexto de la actividad. El mercado interno presentaría una nueva caída del orden del 10 por ciento, limitado por los cupos de liberación de divisas para las automotrices y una demanda que permanecerá débil. Aunque las ventas a concesionarios de autos fabricados localmente, con más peso en los salones de venta, no distarían de los números de 2014. En caso de que el Banco Central se mantenga firme sobre los cupos actuales, existe riesgo de una caída más acentuada del mercado y de la producción, lo que comprometería la situación laboral en las fábricas.

Por el frente externo tampoco llegan buenas noticias para la industria sobre ruedas. En medio del estancamiento económico y del proceso de ajuste fiscal en Brasil, que incluye el fin de beneficios impositivos para la venta de autos, la comercialización de vehículos en el país vecino se mantendría levemente por debajo del ya pobre 2014. Ello impondrá un techo a las exportaciones argentinas, lo que será monitoreado de cerca por las empresas radicadas en Córdoba, muy expuestas a dicho mercado.

En este marco, luego del fuerte ajuste en la actividad de 2014 (un 22 por ciento negativo), las terminales automotrices arrancarán el año con programas de producción similares a los últimos meses, y el comportamiento de Brasil y el acceso al mercado de cambios en el plano local irán marcando las bases para el segundo semestre.

Por su parte, tanto la molienda de soja como la de trigo enfrentan perspectivas positivas para este año, dada la amplia disponibilidad de granos existente. En trigo, además, impactará positivamente la fuerte mejora que se prevé en la cosecha de este cereal, donde Córdoba liderará la suba, gracias tanto a un incremento del área sembrada como a una mejora en los rindes. Sin embargo, para que se materialice una mejora significativa de la producción será necesario una mayor liberación de exportaciones de harina, que, aunque en 2014 fueron más del triple de las habilitadas en 2013, continúan muy por debajo de los valores observados en 2011 y 2012, lo que limita fuertemente la producción.

Finalmente, la producción láctea, también de relevancia para las tierras cordobesas, continuará complicada. La caída de los precios internacionales ha reducido la rentabilidad de la industria, que con un mercado global sobre ofertado y una reducción en la actividad interna encuentra complicaciones para colocar su producción.