Con la aprobación de la Reforma Energética, se ha incrementado de manera importante el interés de las empresas extranjeras en realizar alianzas con compañías nacionales que hasta ahora fungían sólo comoproveedores de bienes y servicios para Petróleos Mexicanos.
Erik Legorreta, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria del Petróleo (Amipe), aseguró que esto les permitirá aprender y adquirir una mayorexperiencia, con el objetivo de desarrollarse y en un futuro incursionar de manera particular en los distintos proyectos que están siendo lanzados por el gobierno federal.
Dijo que en los últimos meses se ha comenzado a notar una mayor presencia de aquellas compañías dedicadas a la exploración y explotación de hidrocarburos, provenientes principalmente de EU.
“En años anteriores la presencia de las empresas norteamericanas se había mantenido en una constante, y se había visto más presencia de compañías europeas, pero ahora las americanas han mostrado un interés importante en renovar su presencia en México”
Legorreta menciona que entre las compañías que ya buscan alianzas con el sector privado mexicano, destacan las españolas, alemanas, canadienses y las asiáticas, por lo que ya hay diversidad en los capitales y experiencia.
“El interés de las empresas extranjeras es muy grande, incluso muchas mexicanas han salido a buscar a sus contra partes extrajeras.
En general, las empresas de perforación y exploración es un sector que nunca había entrado a México, y en esa se ha visto un incremento importante en la búsqueda de socios y alianzas”.
Para el desarrollo específico de los trabajos de exploración y perforación, dijo que son las compañías foráneas las que han mostrado un mayor interés por llevar a cabo asociaciones con mexicanas, pues al trabajar para Pemex ya conocen la geología del país y eso ya les da un valor agregado.
Debido a que el sector petrolero es muy amplio, la oportunidad de hacer alianzas también se han incrementado, principalmente para llevar a cabo proyectos infraestructura, así como en la rama industrial para la construcción de plantas.
El bajo precio del petróleo y la caída en las exportaciones de crudo mantienen al saldo de la balanza petrolera en mínimos históricos, ya que en los primeros tres meses del año dicho saldo fue deficitario en mil 924 millones de dólares, el primer dato negativo del que se tiene registro para un primer trimestre.
El bajo precio del petróleo a nivel internacional y los bajos volúmenes tanto de producción como exportación de crudo en el país tienen al saldo de la balanza petrolera en mínimos históricos.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) muestran que dicho saldo en los primeros tres meses del año fue de mil 924 millones de dólares, el primer dato negativo del que se tiene registro para un primer trimestre. Este déficit petrolero se suma al registrado en los dos últimos meses de 2014, con lo cual el país ya lleva cinco meses consecutivos siendo importador neto de petróleo, acumulando un saldo negativo de tres mil 358 millones de dólares.
El saldo de la balanza petrolera se ha visto afectado por el desplome que han experimentado las exportaciones, que se han contraído 46.2 por ciento respecto a los primeros tres meses de 2014, y han sumado seis mil 184 millones de dólares en dicho lapso. Las importaciones petroleras han registrado ocho mil 108 millones de dólares, con lo cual también se han reducido, pero a una tasa de 21 por ciento.
Manufacturas
Pese a estas cifras, las exportaciones manufactureras mantienen su dinamismo, ya que crecieron 6.2 por ciento en el primer trimestre, totalizando 79 mil 205 millones de dólares.
Las exportaciones automotrices han crecido 10.7 por ciento en el periodo de referencia, mientras que las no automotrices se han expandido cuatro por ciento.
En opinión de analistas financieros, estos datos implican un impacto positivo para la economía, ya que el crecimiento fue superior al esperado por el mercado, además de que con la desaceleración de la industria de Estados Unidos, se esperaban menores exportaciones de bienes a dicho país.
Déficit, también en el comercio total
Entre tanto, el saldo de la balanza comercial total del país se ubicó en dos mil 209 millones de dólares en el primer trimestre de 2015, lo que implicó un aumento de 68 por ciento respecto al déficit comercial que se tuvo en igual periodo de 2014.
En los últimos meses ha habido cambios en el tablero de la economía mundial. Y las nuevas fichas han llegado para quedarse. La exuberante oferta petrolera de los países de la OPEP y la revolución del fracking (fractura hidráulica) en EE UU han decretado definitivamente el fin de la era de crudo caro. Además, la locomotora estadounidense ha recuperado el vuelo.
La subida de sus tasas de interés es una decisión inminente y sus efectos –fortalecimiento del dólar y turbulentos movimientos de capital en las plazas internacionales– son ya un hecho. México, como país productor de crudo y como economía emergente, se está viendo doblemente afectado. La respuesta del Gobierno, consciente de que éste será el escenario para los próximos años, ha sido de momento poner sobre las mesa sus armas disuasorias.
Diferentes autoridades políticas mexicanas han salido a la palestra durante la semana pasada para enseñar su arsenal. El secretario de Hacienda Luis Videgaray anunció el lunes que para 2016, el país volverá a contar con seguros de cobertura petrolera, unos contratos que sirven como amortiguadores ante el desplome del precio.
Este año, México ha gastado 773 millones de dólares en estos derivados financieros para asegurarse el barril a 82 dólares. El gobernador del Banco de México (BdM) Agustín Carstens volvió a insistir, por su parte, en que permanecerá muy atento a la política monetaria en EE UU y al tipo de cambio, abriendo la puerta de nuevo a una posible subida de tasa de interés en México.
El petróleo, fuente de una tercera parte de los ingresos del Estado, ha sufrido una caída en picado desde junio del año pasado. El barril de mezcla mexicana es hoy un 50% más barato. Videgaray, que anunció la medida desde Washington, durante la reunión de primavera delFondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), no concretó a cuánto ascenderá esta vez la factura, pero confirmó que el nivel de seguridad será obligatoriamente más alto. “En los últimos dos meses el precio se ha estabilizado entre 45 y 50 dólares por barril y anticipamos que permanecerá en esos niveles en los próximos meses y años”.
Las apreturas presupuestarias motivaron en enero un severo tijeretazo en el gasto público: 9.000 millones de dólares (el 0,7% del PIB). El secretario de Hacienda, que ya anunció otro ajuste el año que viene, envió también un nuevo mensaje de advertencia: “Los mexicanos tenemos que ajustarnos ante una nueva realidad y entender que no estamos enfrentando una situación transitoria”.
En el marco de la misma reunión de Washington, el economista en jefe del BM para América Latina, Augusto de la Torre, respaldó las políticas económicas del Gobierno mexicana. La llegada al poder de Enrique Peña Nieto vino acompañada en diciembre de 2012 de un ambicioso paquete de reformas liberalizadoras en diferentes frentes –energía, finanzas, telecomunicaciones– que recibieron el aplauso mayoritario de la comunidad internacional. “La importante ola de reformas deberá comenzar a rendir resultados positivos. Hay que tener paciencia”, apuntó en relación las grandes expectativas creadas.
De la Torre señaló además los peligros que acechan detrás delcambio de la política monetaria en interés por parte de la FED. “Cuando Estados Unidos suba la tasa de interés, las variables financieras en América Latina tienen que ajustarse. Eso no quiere decir que vamos a tener grandes estragos negativos, pero puede haber volatilidad en el flujo de capital”. Este otro fleco de estrés también ha tenido respuesta por parte del gobernador del BdM. Carstens presumió esta semana de un imponente cajón de reservas de las que echar mano en caso de turbulencias. México, que ha duplicado su colchón en los últimos cinco años, cuenta con 270 millones de dólares en la recamara.
La economía mexicana en todo caso no termina de despegar, tal y como confirmó el FMI en su informe de perspectivas para la economía global, que apuntaba junto a los factores externos –como la caída del petróleo y la depreciación del peso- a una endémica fragilidad de la demanda interna. Lejos de las exuberantes tasas del 5% o 6%, augurada al inicio del sexenio por el Gobierno, el PIB avanzará un 3%, según los cálculos de la institución presidida por Christine Lagarde, un nivel insuficiente para solucionar problemas estructurales del país como la pobreza o la economía informal.
