(Por Tomas Heredia) - Río Negro es una de las provincias argentinas mejor dotadas para ejercer una política minera que aliente el motor de la prosperidad en vastas zonas de su territorio.

Pese a la caída estrepitosa de su economía en los últimos diez años- agigantada con las erupciones volcánicas y la sequía impiadosa- la sociedad rionegrina aún se debate en el desconocimiento que existe sobre sus verdaderas posibilidades de desarrollo, especialmente para la castigada Línea sur, asì denominada la ancha franja que se extiende desde el Río Negro hasta el paralelo 42 y desde las primeras estribaciones del oeste cordillerano hasta las playas atlánticas del Este.

Una enorme región que involucra básicamente una estepa desprovista de cursos de agua permanentes-a excepción del Arroyo Valcheta - y caracterizada por suelos esqueléticos, cuando no coberturas basálticas y serranías casi desnudas de vegetación.

Sin embargo, las primeras empresas exploradoras que se animaron a incursionar en el territorio donde la jarilla es su emblema, se encontraron con una rica variedad de rocas portadoras de recursos mineros, algunos de los cuales se perfilan como distritos de enorme importancia-como el de Los Menucos- y posibilidades tangibles de minerales energéticos, como uranio y carbón. La desgraciada Ley 3981, profundamente antiminera, hizo huir en tropel a la mayoría de las empresas- alrededor de quince- que venían invirtiendo importantes recursos financieros en exploración de recursos metalíferos.

La llegada del Gobernador Soria hizo renacer la esperanza, con la inmediata derogación de la Ley, pero su prematura muerte dejó naufragando las ideas en cuanto al desarrollo minero. Todavía hoy no hay claridad sobre temas claves, como las zonas de reserva de Somuncura- de una superficie similar a la provincia de Tucumán- y las zonas restrictivas de nidificación de cóndores; que casualmente se instalan sobre el grueso de los prospectos y proyectos metalíferos.

El único proyecto metalífero que subsiste es el de Sierra Grande; yacimiento ferrífero que originalmente perteneció al Estado.

Dentro de este panorama ciertamente desolador para las compañías exploradoras, se salvan las explotaciones de rocas industriales y ornamentales, que deben ingeniarse cada día para sobrevivir a los avatares de la inflación, los bajos precios y la presión impositiva.

Entre los recursos novedosos de la provincia, asoma con fuerza el Proyecto Pico Quemado, también llamado Ñirihuau. Se trata de un depósito de Carbón de alto poder calórico, coquificable, de calidad superior al de la hasta hoy única cuenca conocida y explotada de Río Turbio en la provincia de Santa Cruz. La exploración se encuentra al borde de la segunda etapa de los estudios, previéndose en ella un programa de sondeos, estudios geofísicos y un denso plan de estudios estructurales y geológicos para definir en un par de años la prefactibilidad del Proyecto. Al momento, se estiman recursos del orden de las cincuenta millones de toneladas de carbón, de uso siderúrgico y con perfil exportador y de uso nacional como fuente de abastecimiento de plantas térmicas y fábricas de cal y cementos.

La exploración se desarrolla sobre concesiones mineras que suman unas 20,000 hectáreas y que cubren las zonas más conspicuas de este yacimiento, sobre las que Dynlux SA- una subsidiaria de Trendix Mining (trendixmining.com.ar) ha apostado todo su esfuerzo en los últimos cuatro años, ahora en alianza con las empresas australianas Excarb y Navaho Gold.

Debe destacarse en este proyecto, que se ha establecido como política empresaria aplicable a todos los activos de Trendix Mining, la especial atención a conformar beneficios sociales para las poblaciones cercanas al emprendimiento. El carbón es un recurso energético que se explota en el planeta desde hace más de 800 años y su uso forma parte del crecimiento de antiguas civilizaciones y asimismo resulta esencial para muchos países desarrollados de varios continentes. La matriz energética sustentada con carbón es para muchos especialistas de un crecimiento permanente, como reemplazo de petróleo y otras alternativas energéticas, en países que no disponen de ellas en cantidad o eficiencia.

Los miedos al uso de carbón frente a la perturbación o impacto causado al planeta, se ven hoy menos preocupantes ante el uso de nuevas tecnologías más limpias y eficientes; que hacen de este mineral un extraordinario recurso para la generación de electricidad y abastecimiento de industrias básicas.

Como es sabido, la sustentabilidad de la industria minera descasa en tres bases que incluye aspectos económicos, ambientales y sociales.

Los tres aspectos se integran en un solo objetivo, que es el de generar la utilización de recursos claves, a veces imprescindibles, para el crecimiento de una Nación. Tal es el caso de Chile, cuya economía tiene como viga maestra el aprovechamiento de sus abundantes recursos mineros.

Sin embargo, para que la sustentabilidad sea real, se requiere inevitablemente de políticas gubernamentales, que sean conscientes que ciertos recursos estratégicos no pueden prosperar sin el acompañamiento y la fusión de intereses con las empresas mineras.

Si una sociedad no está convencida que una operación minera es sustentable, entonces la misma corre el riesgo de fracasar apenas iniciada la exploración ó postergada indefinidamente.

Para el fracaso, contribuyen también los grupos autodenominados “ambientalistas”, que se oponen a la actividad minera, no por la defensa del medio ambiente, sino por un posicionamiento ideológico absurdo, sobre el que se polemiza permanentemente y ha conseguido, hasta ahora, varias provincias argentinas que, por políticas basadas en el miedo, en el “por las dudas” y fundamentalmente en la ignorancia y falta de interés para conocer la verdad sobre el uso de recursos mineros, han sancionado leyes violatorias del Código de Minería Nacional y de nuestra propia Constitución.

Hay muchos ejemplos sobre el avance tecnológico en los últimos años para las técnicas de explotación y sobre métodos hidrometalúrgicos y biotecnológicos capaces de aventar la falaz difusión de mentiras ambientales sobre daños atribuidos a la industria minera.

Asimismo, cada vez más se incorporan a las empresas mineras profesionales dedicados a la planificación y ejecución de remediaciones sobre las labores extractivas de mina a medida que se agotan los recursos de los rajos y blancos a cielo abierto, que extienden de manera impensada la economía del sector impactado por la explotación minera, convirtiendo por ejemplo las zonas en espacios recreativos o hasta en recursos hídricos artificiales generadores de hidroelectricidad.

En concordancia con lo expresado, las empresas involucradas en el Proyecto Pico Quemado, son conscientes que tienen la responsabilidad de llevar adelante la puesta en marcha de un emprendimiento que es, hasta este momento, el más importante que haya tenido la provincia de Rio Negro en varias décadas, ya que las inversiones a realizar en infraestructuras, en construcción de mina y en plantas de tratamiento, así como el desarrollo a ocasionar sobre el Oeste rionegrino, impactarán de manera extraordinaria sobre la sociedad y generará beneficios multiplicadores sobre otras actividades humanas de la región.

Entre los numerosos aspectos de la planificación que se integra a la exploración llevada a cabo, se contempla un modelo de inclusión social similar al efectuado en el proyecto de Litio de Salar de Olaroz, donde se dio participación de utilidades al gobierno de Jujuy y se estableció porcentajes de las mismas a las poblaciones cercanas al área del Salar.

Estamos hoy en un punto de inflexión en el cual el actual Gobierno tiene el compromiso de allanar los aspectos de relación comunitaria, tal como la reciente Ley de procedimientos mineros de Río Negro. Sin embargo, Trendix Mining ha avanzado significativamente en el Estudio de Base Social y en la relación con las poblaciones del entorno del Proyecto.

Existe entre todas las partes un sentimiento mutuo de confianza y entusiasmo por lo que se está haciendo. Estamos seguros que nuestras percepciones iniciales, cuando comenzamos a evaluar la cuenca carbonífera, han sido acertadas y nos espera la continuidad de un trabajo gratificante, de genuina inserción social y de impensados beneficios para la Patagonia Norte y quizás sea Pico Quemado la llave que abra definitivamente la voluntad de incorporar a los recursos mineros en su conjunto al progreso rionegrino.

*Geólogo. Trendix Mining