El tribunal de arbitraje del Banco Mundial condenó a Venezuela deberá pagar a la siderúrgica Tenaris US$ 172,8 millones, en compensación por la expropiación en 2009 de Sirerúrgica del Orinoco (SIDOR).
Tenaris, controlada por el grupo argentino Techint, inició en 2011 un proceso de arbitraje contra Venezuela por la nacionalización de Matesi Materiales Siderúrgicos, luego de que se complicaran las negociaciones para definir una compensación.
En el laudo del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), enviado a las partes el 29 de enero, se ordena la compensación de US$ 87,3 millones y otros US$ 85,5 millones en intereses acumulados desde la valuación de los activos en 2008.
De rojo chavista: la planta de Sidor, operada por PDVSA
Hugo Chávez nacionalizó en 2008 el sector siderúrgico, incluidas tres firmas ligadas al conglomerado Techint, entre las que también estuvo la Siderúrgica del Orinoco (Sidor), la mayor acería del país petrolero.
A pesar de haberse retirado del CIADI en 2012, Venezuela enfrenta unos 30 arbitrajes a raíz de la agresiva política de nacionalizaciones.
El gobierno de Nicolás Maduro ha optado por solicitar anulaciones y revisiones de los laudos recientes, como el caso de la petrolera Exxon Mobil.
Matesi Materiales Siderúrgicos fabricaba tubos sin costura para la industria petrolera venezolana, fue expropiada en 2009 y Tenaris inició un proceso de arbitraje contra Venezuela en agosto de 2011, tras frustrarse negociaciones.
El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), tribunal de arbitraje del Banco Mundial, envió su fallo a las partes en conflicto, tras cuatro años de juicio. Hoy la prensa cifra en unas 250 las indemnizaciones pagadas por el chavismo, sobre casi 1.000 expropiaciones efectuadas .
Techint dijo en un comunicado que el laudo del CIADI ratificó que “Venezuela había expropiado sus inversiones en Matesi en violación de las leyes venezolanas, como así también de los tratados bilaterales de inversión suscritos por Venezuela con la Unión Económica Belgo-Luxemburguesa y Portugal”.
La expropiación de Sidor fue un fracaso sonoro para Venezuela que tuvo que acudir a la importación de productos siderúrgicos para salir de la parálisis en que cayó su industria principal, los hidrocarburos.