Se trata de la renovación más importante de la petrolera desde que se instalara en el primer parque industrial de la zona, hace medio siglo.
El parque industrial de Talcahuano y Hualpén es el primero que se instaló en el Biobío y uno de los más grandes del país. Se construyó a mediados del siglo XX, y aunque representó uno de los hitos en la modernización de la zona, ahora luce anticuado.
Los altos hornos de Huachipato, por ejemplo, son los que se levantaron en la década del 50. Y en Hualpén, la refinería de la Empresa Nacional del Petróleo, Enap, posee las mismas instalaciones que inauguró el Presidente Eduardo Frei Montalva a mediados de la década del 60.
Claro que la maraña de tuberías y evaporadores ha recibido mejoras pequeñas y hasta modernizaciones medianas. Pero nada como lo que se viene este año. Y es que la refinería se dio cuenta de que en estos cincuenta años ha habido cambios. Hay productos, por ejemplo, que ya no tienen mercado o que son más caros de producir que de vender.
De ahí que Enap haya decidido destinar US$ 800 millones para que la añosa planta en Hualpén entregue ahora combustibles más acordes con el mercado.
En la petrolera explican que se trata de un plan de cuatro etapas, que esperan terminar en 2022.
Según Marcelo Tokman, gerente general de la estatal, en 2017 se invertirían US$ 115 millones, con la idea de mejorar la capacidad de almacenamiento de la planta en Hualpén.
“Dentro de los próximos años se materializará la construcción de otras dos unidades: una de Recuperación de Azufre y otra de Tratamiento de Aguas Ácidas, que provienen de los distintos procesos con que cuenta la refinería”, informa Tokman.
Finalmente se incorporará una unidad de desasfaltado, un proceso que logra recuperar gasolina y diésel de los subproductos que hoy deja la refinería. “Disminuirá la producción de productos de menor valor, como petróleos combustibles, y aumentará la producción de productos de mayor valor”, explica el directivo.
La inversión en el Biobío es parte de un plan mayor, que contempla un desembolso de US$ 3.000 millones. Parte de esto se financiará con la emisión de bonos, y otra con inyección de recursos de parte del Estado. De hecho, el 21 de marzo el Senado aprobó la primera de estas partidas, por un total de US$ 400 millones. Esto, en el marco de la discusión de la ley que moderniza el gobierno corporativo de la petrolera.
La cuantiosa inversión, aunque busca mejorar los resultados de Enap, causa inquietud entre los parlamentarios que terminarán por votar la propuesta. El senador Baldo Prokurica, miembro de la comisión de Energía, señaló que “mis reparos están en la deuda de la compañía”.
Desde Enap afirmaron que el proyecto requiere el apoyo del Gobierno Regional para su ejecución.
Enfrentadas se encuentran la Empresa Nacional del Petróleo (Enap) y la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC) de Magallanes por el financiamiento al proyecto de un parque eólico que la estatal busca desarrollar en Punta Arenas.
La disputa se centra en que la petrolera pidió un aporte de $3 mil millones a la Comisión de Infraestructura del Consejo Regional de Magallanes, para la construcción del parque energético. Sin embargo, esto generó rechazo del presidente de la multigremial de Magallanes, Alejandro Kusanovic.
Desde Enap afirmaron que “el proyecto requiere el apoyo del Gobierno Regional para su ejecución, ya que la empresa no está facultada por ley para financiar más del 66% de un proyecto de esta naturaleza”. En la compañía estatal agregaron que la inversión contemplada para el parque eólico es cercana a US$ 20 millones y que el proyecto de 10 MW producirá el equivalente al consumo de seis mil hogares de Magallanes.
En tanto, Kusanovic sostuvo que “es bienvenida la inversión y las energías renovables no convencionales, pero siempre que sean financiadas por los propios gestores de los proyectos”. Añadió que espera conocer en detalle el modelo de negocios de este proyecto eólico y la pertinencia de la solicitud de recursos que Enap hizo al Gobierno Regional.
