Noelia Flores presentó un proyecto para fabricar copelas y ganó un subsidio del Ministerio de Minería. Cree que en un mes empezará a producir.
Cuando hay ganas, todo se puede. Esa es la filosofía de Noelia Flores, una calingastina que sin tener antecedentes en la actividad minera apostó no sólo a un nuevo trabajo para ella, sino a la producción de un insumo que jamás se fabricó en San Juan: copelas.
Noelia presentó un proyecto para fabricar copelas y ganó un subsidio del Programa de Asistencia Financiera para la Minería Artesanal. Son $184.000 que el Ministerio de Minería le entregará en dos tramos.
Desde la mina Casposo contaron que son varios los ganadores de subsidios con proyectos impulsados desde la empresa, que asegura la compra de lo producido. En el caso de las copelas, son utilizadas en los laboratorios de empresas mineras metalíferas como también en los laboratorios geoquímicos. Este proyecto fue propuesto por Emmanuel Fernández, Jefe de Refinería de Casposo, quien además capacita a Noelia en la fabricación de copelas
"Yo se coser y quería presentar un proyecto para fabricar los chalecos refractarios para la minería, pero ya había un proyecto para eso y Emanuel Fernández me sugirió esto de las copelas. Ahora estoy capacitándome y toda mi producción se vendería a Casposo. Antes la empresa las compraba afuera, en Chile, por eso esta producción es algo nuevo, en San Juan nadie las produce creo que en Argentina no se producen”, contó Flores.
Desde el Ministerio ya le desembolsaron el 50 % del subsidio con lo que Noelia comprará los primeros moldes y materiales. "Cometimos un error de cálculo en el pedido de fondos, los moldes salían $15.000 las 10 unidades, pero ahora me dicen que salen $40.000, pero tenemos que hacer esa compra sí o sí. Me dieron $91.000 y con eso compro los moldes y los materiales, magnesita y endurecedor de cemento, para empezar a hacer pruebas. Creo que en un mes más ya estaríamos fabricando copelas a prueba”, dijo.
Noelia cree que podrá fabricar unas 200 copelas por día, aunque la demanda es mayor: sólo la mina calingastina Casposo necesita unas 8.000 por mes. "El precio no está actualizado, cuando presente el proyecto cada copela valía $6, pero ya pasaron 4 meses. Las copelas deben ser de calidad si no, no sirven. La idea es también ayudar a gente que no tiene trabajo, hay mucha gente que ya vino a ofrecerse para trabajar, es gente que espera que me vaya bien para trabajar conmigo”, contó.
Mientras tanto, con fondos propios, Noelia construyó un pequeño taller en el fondo de su casa, en Villa Calingasta. Para ponerlo a punto necesita una prensa, una máquina hidráulica, los moldes y materiales.
Para lograr una copela de calidad, primero se realiza la mezcla con magnesita y endurecedor de cemento y se pasa a los moldes, luego se procede al prensado a presión de 25 toneladas.
"Fui a la escuela técnica acá en la villa pero no terminé. Todo esto es nuevo para mí, pero tengo muchas ganas de trabajar y ayudar a sacar adelante a mi familia y a otras familias. Me parece buenísimo que exista este programa y que desde el Gobierno ayuden a la gente que tiene ganas de trabajar como yo. Que tengan esa disposición de fondos para los materiales es buenísimo. Es una ayuda indispensable para hacer algo por nuestra vida y por Calingasta porque puedo ayudar a gente que necesita trabajar”, aseguró.
Hasta antes de este proyecto Noelia era ama de casa, con 4 chicos de 17, 14, 11 y 5 años. Su marido, Alejandro, trabaja en Casposo.
"Es todo un desafío para mí, significa algo nuevo para Calingasta y para San Juan, es difícil pero vamos a hacer copelas de altísima calidad”, aseguró.
